Así vivió la IBERO el sismo del 19 de septiembre de 2017; solidaridad: la constante
Jue, 19 Sep 2024
Integrantes de la comunidad cuentan lo que vivieron el 19 de septiembre de hace siete años
Hacemos un recuento de algunas acciones de solidaridad emprendida por quienes forman la Universidad Iberoamericana
Agradecemos a la Biblioteca Francisco Xavier Clavigero por su apoyo en la realización de este artículo
Siete años han pasado desde el sismo del 19 de septiembre de 2017, el segundo de los movimientos telúricos mortales que han enlutado a la sociedad mexicana en esta fecha y que, aunque provocó temor entre integrantes de nuestra comunidad, terminó siendo muestra, una vez más, de la solidaridad que caracteriza a la Universidad Iberoamericana.
Se conmemoraban los 32 años del mortífero terremoto del 19 de septiembre de 1985, y lo aprendido en los simulacros de ese día tuvo que aplicarse pasadas las 13 horas, porque la tierra volvió a moverse.
“Estaba en el edificio T, 5º piso, cuando una de las compañeras se percató del movimiento; salimos muy rápido de la oficina y recuerdo que todos nos abrazamos a los muros que se encuentran por lo que era la recepción. Cada vez subía su intensidad, parecía una eternidad”, contó a PRENSA IBERO Verónica Beristáin, colaboradora de la IBERO en la Dirección de Admisión y Experiencia de la Trayectoria Universitaria: “Se escuchaba cómo caían los libreros, las cosas de los escritorios. Fue realmente muy impactante”.
El temor que sentía Verónica lo atravesaron también miles de mexicanos y mexicanas en varios estados de la República: toda la Ciudad de México, Morelos, Puebla, Estado de México, Guerrero y Oaxaca. Semanas después del 19 de septiembre sabríamos que, oficialmente, 369 personas habían perdido la vida, la mayoría, 222, en la capital del país.

“Cuando se detuvo el sismo, nos esperamos un momento a las indicaciones por parte del comité de Protección Civil para evacuar el edificio; bajamos por la escalera lo más rápido que pudimos, estábamos muy asustados”, señaló Verónica, “Ya que estábamos abajo, comenzamos a comunicarnos con nuestros familiares. Para mí, lo más estresante era saber que mi hijo de siete años estaba en la escuela y no poder comunicarme con él; la comunicación, como sucede en estos casos, es muy complicada, ya que las líneas se saturan”.
Raúl, colaborador de la Dirección de Comunicación Institucional, sufrió los embates del sismo mientras comía con tres de sus compañeros en la cafetería El Cubo: “sentimos una ligera sacudida seguida de una muy fuerte que azotó todos los estantes de alimentos; salimos caminando con dirección hacia La Fuente con un movimiento bastante duro. Fue uno de los sismos más fuertes que he sentido en la vida”.
Lo que Raúl y miles de otras personas sentían era un movimiento telúrico con magnitud 7.1 con epicentro al noroeste de Chiautla de Tapia, en Puebla, a una profundidad de 51.2 kilómetros.
“Pude contactar con mi mamá en medio del sismo, ya que es una práctica que tenemos ella y yo”, contó Raúl a PRENSA IBERO: “Al empezar a llegar las noticias y los videos, unos minutos después pudimos ver vistas panorámicas de la ciudad llena de humo; videos empezaban a circular de edificios cayéndose y de estructuras rotas”.

Luego de un largo rato de incertidumbre, Raúl pudo volver a su oficina: “muchas cosas estaban caídas, había estantes caídos, libros caídos, impresoras a mitad de pasillo, a una compañera la golpeó un estante, pero alcanzó a detenerlo y no pasó a mayores”.
Raúl declaró que una vez fue seguro, la IBERO apoyó el traslado de su comunidad con unidades de Iberobús hacia varias rutas, “pero siendo honesto, estaba muy lleno todo y un amigo y yo decidimos bajar caminando hacia Metro Observatorio”.
Durante su recorrido, Raúl pudo percatarse de cómo la gente que trabajaba en la zona cercana a la Universidad Iberoamericana trataba de volver a sus hogares: “la fila de autos era inmensa, realmente había toda una procesión de gente bajando de avenida Santa Fe, Constituyentes y Prolongación Paseo de la Reforma”.

Aunque Verónica y Raúl lograron comunicarse pronto con sus familiares y volver a casa tras el paso de las horas, la tragedia alcanzó a otros integrantes de la universidad.
Uno de ellos fue el Mtro. José Carlos Álvarez Rivero, quien educaba a las y los jóvenes del Departamento de Ingeniería y Ciencias Químicas, y falleció en un edificio de la colonia Roma junto a su hijo, el ingeniero José Carlos Álvarez Del Real.
Al momento de su fallecimiento, Álvarez Rivero tenía casi medio siglo de trabajar en la institución.
Manos a la obra
Una vez superado el susto inicial, integrantes de la comunidad IBERO que estuvieron en posibilidad de ayudar decidieron poner manos a la obra.
Desde las 9 horas del 20 de septiembre, estudiantes, académicos, y colaboradores y colaboradoras convirtieron la IBERO en un centro de acopio, y con voluntarios y voluntarias de la sociedad civil, donaron víveres, y apoyaron en el ingreso, selección y etiquetado de productos, así como con el armado de cajas y el posterior traslado a zonas devastadas.



“Me tocó el terremoto de 1985 y recuerdo la manera en la que la sociedad se unió para trabajar, ayudar y reconstruir. Esa es la misma sensación que veo ahora con las nuevas generaciones. Están entendiendo que es parte de la identidad de la ciudad y de lo que significa vivir en una sociedad como México. Hay que saber cómo ayudar y estar dispuestos”, comentó en su momento Kiyoshi Osawa, quien en 2024 continúa con su labor educativa en la IBERO como académico de tiempo completo del Departamento de Comunicación.
El centro de acopio de la IBERO fue sólo una de las valiosas aportaciones de la IBERO a la sociedad; recordemos algunas otras acciones:
- La IBERO se unió a universidades de gran prestigio y a autoridades capitalinas en la integración de un Comité Científico para la Reconstrucción y el Futuro de la CDMX.
- Estudiantes con conocimientos en inglés y alemán integraron cuadrillas y se trasladaron para ofrecer servicios de traducción en donde se necesitaba.
- La Clínica Jurídica para Personas Refugiadas Alaíde Foppa dio asesorías a personas que habían resultado afectadas al dañarse sus hogares.
- Nuestra estación IBERO 90.9 se sumó a la cobertura noticiosa en beneficio de la sociedad y emprendió la campaña ‘Más allá del sismo, lo que podemos hacer’ junto a varios Departamentos de nuestra escuela, elaborando valioso material informativo para afrontar la crisis; además, colaboradores y colaboradoras se trasladaron a las zonas devastadas para informar en tiempo real lo que ocurría.
- Se dio forma al programa educativo IBERO Niños, que atendió a las y los hijos de integrantes de la comunidad que se quedaron sin clases a raíz del sismo.
- La XV Carrera Atlética IBERO, organizada por la Dirección General del Medio Universitario, destinó sus ganancias a las víctimas


El apoyo al Tec de Monterrey
Uno de los actos de solidaridad más destacados de nuestra universidad fue la adhesión al Convenio Interinstitucional ‘Solidaridad Universitaria’, del que también formaron parte la Universidad Anáhuac campus sur; la Universidad La Salle; la Universidad Panamericana; el Instituto Tecnológico Autónomo de México; y el Tecnológico de Monterrey.
Con este acuerdo se buscó dar opciones de continuidad educativa a las y los alumnos del Tec de Monterrey, campus Ciudad de México, escuela que resultó severamente dañada por el sismo.
Con la alianza, las y los jóvenes de Tec pudieron concluir con el semestre, y el siguiente, en nuestra universidad y en las instalaciones de las otras universidades.
Confiada a la Compañía de Jesús, a más de 80 años de su creación, la IBERO se ha dedicado a formar a los hombres y mujeres que México necesita. Su liderazgo educativo ha ido más allá de las aulas y la ha colocado como una de las mejores universidades privadas a nivel nacional e internacional.
Texto: Jorge Luis Cortés
Agradecemos al equipo de la Biblioteca Francisco Xavier Clavigero de la IBERO por su apoyo en la recolección de material de archivo.
Notas de interés:
Las opiniones y puntos de vista vertidos en este comunicado son de exclusiva responsabilidad de quienes los emiten
y no representan necesariamente el pensamiento ni la línea editorial de la Universidad Iberoamericana.
Para mayor información sobre este comunicado llamar a los teléfonos: (55) 59 50 40 00, Ext. 7594, 7759
Comunicación Institucional de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Prol. Paseo de la Reforma 880, edificio F, 1er piso, Col. Lomas de Santa Fe, C.P. 01219
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