Consultamos el reporte Datos y cifras de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), edición 2020, en donde los países con más registros de patentes en 2019 fueron Estados Unidos (3.1 millones), China (2.7 millones) y Japón (2.1 millones), ese año, México sólo presentó 15,941 registros, una cifra menor a la de Brasil, quien tuvo 25,396. El informe revela, además, que China tuvo el 44% de los registros de diseños industriales y alcanzó el mayor número de nuevas marcas (25.2 millones), un porcentaje muy por encima de Estados Unidos (2.8 millones), India (2 millones) y Japón (1.9 millones). 

¿Cómo puede México avanzar en este rubro? Recientemente el Dr. Isidro Soloaga, investigador del Departamento de Economía de la IBERO, nos explicaba que en la cadena de valor mundial (GVC, por sus siglas en inglés), las mayores ganancias están en el valor agregado (relacionado con el diseño de los productos) y la post venta, mientras que la menor tajada queda en la fabricación, que es el proceso en el que está basada la economía mexicana; esta es la razón por la que el Mtro. von Ziegler pone énfasis en promover las patentes y obtener el control en el registro de los diseños, dado que nos representarán una mayor prospección económica.  

 ¿Qué nos impide subirnos a la ola de los desarrollos tecnológicos? 

Desde el punto de vista económico, el Dr. Soloaga opina que el gobierno mexicano debe ver más allá de la maquila de manufactura e imponer condiciones a las empresas extranjeras para que nuestras y nuestros ingenieros se incluyan en el “valor agregado” (el diseño de los productos), algo que le ha funcionado a China e India, que durante décadas fueron fabricantes y ahora tienen su propia industria; asimismo, el Mtro. Alejandro von Ziegler ve necesario que como sociedad también tengamos un cambio de mentalidad.  

“Las y los mexicanos tenemos todo para innovar”, dice el académico del Departamento de Estudios en Ingeniería para la Innovación (DEII), para quien la “creatividad tiene dos componentes, lo que yo llamo el tesoro hereditario genético y la adaptación ambiental; respecto del primero, está comprobado que todos los seres humanos del planeta somos creativos, es nuestro contexto el que puede impulsarnos o condicionarnos, esto tiene que ver con un concepto que las y los psicólogos llaman ‘autoestima’ ”.