El Encuentro Nacional Juvenil Ignaciano (ENJUVI) 2019, que reunió a más de 700 jóvenes de cuatro países, concluyó este domingo con el llamado a realizar una reflexión crítica del entorno, “que clama justicia y verdad”.

De acuerdo con los organizadores, jesuitas de Costa Rica, Ecuador, Brasil y México acudieron a este evento que se realizó en la Universidad Iberoamericana.

Durante tres días, los jóvenes participaron en talleres, un panel vocacional en donde expresaron su experiencia de vida dedicada a la misión, una conferencia del Padre Dizzi Perales, S. J., entre otros.

El ENJUVI reúne a jóvenes de comunidades articuladas a la Red Juvenil Ignaciana y pretende brindar herramientas y estrategias de formación para consolidar el proceso de las comunidades desde el discernimiento y la convivencia.

Durante la Eucaristía de clausura del encuentro, el padre Francisco Magaña, S. J., provincial de los Jesuitas de México, llamó a los más de 700 jóvenes ignacianos a sopesar y tomar decisiones desde el corazón, a navegar a lo profundo y a lo alto, sin perderse en la superficie.

“La invitación que Jesús nos hace es a navegar, a ir a lo profundo, a ir a lo alto. Todos vamos buscando la felicidad, se supone que así vamos navegando por la vida y tomando decisiones para encontrarla; sin embargo, al ver la realidad de nuestro mundo y de nuestro país, con tanta injusticia, violencia, desaparecidos, corrupción, degradación ambiental, nos damos cuenta que es fácil equivocarnos; fácilmente podemos perdernos en la superficie, no ir a lo profundo y alto.

“Por eso el lema de este ENJUVI es corazones en discernimiento, hay que sopesar las cosas y decidir desde el corazón”.

El sacerdote también dijo sentirse con mucha esperanza al ver que las y los jóvenes quieren decidir pensando no sólo en ellos mismos, sino en la humanidad.

Refirió que la lógica del mundo -entendido éste no como la casa común, sino como estructuración social- es depredadora, “aísla y lleva al desinterés por los otros, al desprecio, al descarte y a la violencia”.

Por lo cual, instó a no quedarse navegando en las orillas y en la superficie, y pidió poner el corazón en consonancia con aquel que ha sido traspasado.

“Hay que perder el miedo a volar alto”

Por su parte, los jóvenes congregados en las canchas de tenis de la IBERO dijeron reconocerse inmersos en una realidad que los seduce al éxito y a la competitividad, a través de ideas transmitidas por un sistema económico donde el egoísmo supera la solidaridad y el individualismo rebasa a la comunidad.

Sin embargo, expresaron, “nos encontramos en el camino con distintas vocaciones y testimonios que salen al encuentro desde un llamado constante al trabajo por el bien común”.

Así, al leer la declaratoria final del ENJUVI 2019, llamaron a perder el miedo a volar alto y recordaron que la invitación es a navegar a lo profundo a través de la reflexión crítica del entorno, que clama justicia y verdad.

“Creemos que humanizarse es nacer a la escucha de los otros, siguiendo a Jesús, joven en discernimiento que nos invita a navegar más adentro a través de la reflexión crítica de nuestro entorno que clama justicia y verdad.

“¡Joven revolucionario de la ternura, hay que perder el miedo a volar alto y estar dispuesto a escuchar la voz del viejo sabio: caminando se hace camino!”.

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Fotos: Thania Parajón