Las emociones que vivan los infantes en este tiempo de cuarentena estarán determinadas, en gran medida, por sus padres o por sus cuidadores. La Mtra. Cristina Curiel, académica del Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana, señaló que lo que ocasiona que los infantes se porten bien, regular o mal, o incluso si logran dormir, es un reflejo del estado de ánimo de los padres.

La especialista recomendó a los padres de familia tratar de entender sus propias emociones. “Si tengo mucha angustia por la incertidumbre que genera la cuarentena, la crisis económica y la posibilidad de contagiarme, aunque no se lo comunique a mis hijos, ellos lo van a recibir porque son expertos en investigar las emociones de sus padres”.

Explicó que las y los niños necesitan ver primero cómo están los papás para decidir cómo se sentirán ante alguna situación. Por ejemplo, en un menor de seis años, cuando ocurre un choque, lo primero que hace es voltear a ver cómo están su madre y su padre. Si los ve con cara de susto, entonces reaccionan con un “me tengo que asustar”.

La integrante de la Sociedad Psicoanalítica de México explicó que los infantes aprenden las emociones a través de sus padres o de las personas que los cuidan, ya que son ellos quienes dictan la pauta.

En ese sentido, la académica hizo un llamado a validar las emociones de los niños y las niñas. A preguntarles si están ansiosos; y si ellos contestan afirmativamente, invitarlos a hacer un dibujo.

Explicó entre más pequeños, tienen menos posibilidad de expresar su sentir con palabras, pero pueden expresarse mejor sus emociones a través de los dibujos.

Añadió que es importante abrazar a las y los menores y que no se les prohíba expresar lo que sienten. Si en esta cuarentena están inquietos, gritan o lloran, es importante entender que para ellos la vida también está alterada.

Frente a este escenario, es importante poner en palabras la situación, explicarles que pronto pasará y que cuando todo se normalice podrán hacer varias cosas.

“Debemos decirles a los niños que a todos nos cuesta trabajo estar en la casa y no ir a nuestras ocupaciones habituales. En la medida en que se validen las emociones, las circunstancias serán diferentes”.

Por esta razón, señaló, estamos en un buen momento para implementar una tradición familiar que genere un recuerdo benéfico. “Hay que entender que los niños no se van a acordar del virus como tal, sino de lo que sintieron en sus casas durante la cuarentena”.

La especialista recomendó hacer un calendario para realizar actividades sencillas con los niños (por ejemplo, martes de películas, miércoles de juegos de mesa o jueves de galletas). Asimismo, llamó a los padres a tratar de reconocer sus emociones y recurrir a especialistas.

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