COVID-19: Violencia familiar cimbra estabilidad psicoemocional de infantes
Cuando la violencia familiar se ejerce particularmente en contra de la madre, se cimbra la estabilidad psicoemocional fundamental de los niños y las niñas, dijo la Mtra. Margarita Griesbach Guizar, directora general de la Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia, en la mesa de diálogo ‘Violencias de género y en el entorno familiar en el marco de la pandemia’.
Esta afectación directa y grave a su desarrollo psicoemocional ocurre porque las niñas y niños no viven la violencia en contra de sus madres como meros testigos, como si hubieran presenciado un robo violento en la calle.
En el dialogo, organizado por el Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, Griesbach abundó que resulta grave que los infantes vivan en un clima de inseguridad emocional, pues requieren de la certeza y la seguridad que le dan sus figuras significativas, que son sus progenitores o quienes ejercen la función de sus cuidadores principales.
Una afectación adicional a la infancia es que cuando los niños ven a su madre atrapada en la violencia de género dentro de la familia, se va a ir perpetuando la violencia hacia el futuro, por una comprensión de la masculinidad construida sobre los pilares de la violencia y el ejercicio del poder.
Aislamiento y acceso a redes incrementan explotación sexual cibernética
En otro tema, Margarita Griesbach mencionó que al estar los niños, niñas y adolescentes pasando más horas a solas en sus cuartos, conectados a internet sin supervisión, es un hecho que ha incrementado exponencialmente la explotación cibersexual en los últimos cinco años.
En esta explotación sexual, un ‘consumidor’ contrata a distancia el abuso de un niño y lo ve en vivo a través de medios electrónicos. Los principales ‘consumidores’ de esta explotación sexual cibernética viven en Estados Unidos, Holanda e Inglaterra.
Los contextos de precariedad económica acrecientan la oferta y la comisión de este tipo de delitos y de violencia en contra de las y los niños, “pero también el aislamiento y el acceso a las redes genera un incremento en la demanda”, por lo que los consumidores de este tipo de material de abuso y explotación infantil aumentan.
Si alguien con la inquietud de conocer este tipo de material tuviera que meterse a un callejón espantoso para obtenerlo, disminuiría la probabilidad de consumirlo; mas cuando puede estar cómodamente aislado en la soledad de su propia casa, es más fácil tenerlo. “Y entonces vemos que este tipo de material de explotación y abuso sexual de niños, niñas y adolescentes en las redes ha tenido un incremento brutal”.
El tema no es menor, pues Griesbach dijo que tan sólo en el 2018 las redes abiertas, es decir, tipo Facebook, reportaron que había en línea 18 millones de imágenes de abuso y explotación sexual de niñas y niños; mientras que el 94 por ciento del material que tienen Interpol y otras bases de datos implica a menores de 13 años.
De hecho, la Organización Internacional de Policía Criminal detectó que los diez sitios más violentos de explotación sexual de niños y niñas que se encuentran en la ‘internet oscura’ (que permite mayor anonimato, porque requiere de software específico y configuraciones o autorización para acceder) recibieron tres millones de direcciones como usuarios de esos sitios, en más o menos un año.
En México no se atiende este tipo de violencia
Aunque estas violencias mencionadas por Margarita Griesbach requieren de soluciones especializadas, de una atención diferenciada para la protección de niños, niñas y adolescentes, “en ambos casos nos enfrentamos a un enorme vacío”.
La ciberexplotación sexual requiere de intervenciones de monitoreo, detección de imágenes y conexión de esas imágenes con las víctimas, para intervenir a favor de éstas y protegerlas.
Y “a pesar de que las instituciones policiacas en México tienen enorme capacidad técnica especializada, no se pone en práctica, y lo que vemos es que la cantidad de casos detectados son nulos. Y lo reportado por los organismos internacionales policiacos especializados en estos temas es básicamente que, es un desastre trabajar con México, porque es muy frustrante que existiendo capacidad material y técnica no hay la posibilidad de colaboración”.
Texto: PEDRO RENDÓN/ICM
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