“El mundo ha evolucionado muy de prisa y la Iglesia no ha sido capaz de hacerlo con la misma rapidez”, por lo que es urgente “abrirse a un nuevo paradigma de la Iglesia”, advirtió el Dr. Juan Antonio Estrada, S.J., profesor invitado del Departamento de Ciencias Religiosas de la Universidad Iberoamericana. El reconocido teólogo y filósofo español impartió la conferencia “Del Papa Francisco a León XIV: una Iglesia en cambio” el pasado 3 de junio, en la que reflexionó sobre el rumbo actual de la Iglesia católica y los desafíos que enfrentará bajo el nuevo pontificado.

Impulso al sacerdocio de mujeres y a la abolición del celibato obligatorio

Con una mirada crítica y esperanzadora, urgió a la Iglesia católica a abrirse a nuevas dinámicas, abrazar su diversidad y convertirse en una institución verdaderamente universal. Expresó su deseo de que el Papa León XIV sea un pontífice de transformación que retome el impulso del Concilio Vaticano II —reafirmado por Francisco— y avance con decisión en temas postergados, como la abolición del celibato obligatorio y la apertura del sacerdocio a mujeres.

Francisco humanizó la figura del Papa

Con un estilo cercano y lúcido, el también Doctor Honoris Causa por el Sistema Universitario Jesuita (SUJ) afirmó que el cristianismo vive una crisis estructural derivada de su lentitud para adaptarse al mundo contemporáneo. En contraste, resaltó que el Papa Francisco abrió caminos significativos al devolverle humanidad al papado, promover una Iglesia sinodal, cercana al pueblo y con voluntad de transformación. Su liderazgo —dijo— ha significado una ruptura con la sacralización institucional del papado, recuperando el espíritu del Concilio Vaticano II y su apuesta por una Iglesia más abierta, plural y comprometida con la justicia social.

El Dr. Estrada destacó también los pendientes que dejó Francisco: una mayor inclusión de las mujeres, la promoción del laicado, el debate sobre el celibato obligatorio y el reconocimiento de las múltiples formas de vivir la fe en distintas culturas. “Hay que repensar el modelo de Iglesia desde la diversidad, la escucha y la comunidad”, sostuvo.

Una Iglesia que dialogue con la modernidad

Con esperanza, el teólogo llamó a seguir empujando una Iglesia que dialogue con la modernidad, que abrace la igualdad de género y que enfrente con valentía sus sombras: los abusos de poder, las violencias encubiertas y los escándalos financieros que han dañado su credibilidad.

Finalmente, expresó su deseo de que el Papa León XIV continúe —con su propio estilo— la senda reformista de Francisco. “La Iglesia necesita avanzar, aun con errores, antes que quedarse inmóvil por miedo al cambio”, concluyó.

Texto y fotos: Mariana Domínguez Batis

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