Desde su primer día como Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México el Dr. Saúl Cuautle Quechol, S. J., impulsó la educación continua, y en su agenda estuvieron presentes la apertura y clausura de cursos y diplomados, dijo el Mtro. Randolfo González de la Mora, titular de la Dirección de Educación Continua (DEC).

Recordó que el Padre Saúl acompañó a la DEC en varias ceremonias relevantes, por ejemplo, con el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, con la Secretaría de Seguridad del Estado de México, con la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) y con el Museo Memoria y Tolerancia (MMyT).

En lo concerniente a la educación continua, su agenda siempre fue de impulso y estímulo a que la IBERO no dejara de ser ese espacio de incidencia social que requiere México. Y hoy más que nunca, en esta coyuntura por la pandemia, la crisis económica y el deterioro institucional que vive este país, la Universidad debe recordar que tiene una misión histórica que no se puede detener, apuntó González.

El Rector Cuautle “nos pidió no detener el trabajo de la DEC, continuarlo, incrementarlo, llevarlo realmente a niveles de mayor solidez institucional, por el bien de la IBERO”. Es así que el maestro se quedó con la encomienda del P. Saúl, hacer que la educación continua siga siendo el motor de vinculación institucional de la IBERO, para ayudarla a estar cerca de una sociedad “que requiere de nuestra capacidad de trabajo y creatividad por los derechos humanos, por el bien de todas y todos”.

Algo que preocupaba mucho al Padre era que todas las vinculaciones que lograba la DEC no se quedaran sólo en Educación Continua o en la Dirección General de Vinculación Universitaria, sino que pudieran ser escaladas, transversalizadas y se convirtieran en proyectos institucionales, para crecer más a nivel de publicaciones, investigaciones, servicio social, prácticas profesionales o iniciativas en programas curriculares. “Esa era una de las mayores inquietudes que tenía realmente Saúl para el siguiente año, y vamos a trabajar en eso”.

Tal fue la cercanía del Dr. Cuautle Quechol con la Dirección de Educación Continua, que el primer acto público presencial y fuera de la IBERO en el que participó durante la presente pandemia fue en junio de este año, cuando acudió a una actividad de la DEC, la graduación del Diplomado Seguridad con Justicia y Gobernabilidad: Modelo colaborativo, ciudadanía, empresa y autoridad, acontecida en la sede Iztapalapa del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.

El maestro consideró “simbólicamente rescatable” que ese primer acto público del doctor Cuautle fuera en Iztapalapa, en una casa donde se atiende a personas víctimas de violencia, y con motivo de un diplomado que tiene el objetivo de construir alternativas de seguridad desde la perspectiva ciudadana y los derechos humanos.

De hecho, en su momento, el Padre dijo con toda claridad al equipo de la DEC: yo lo que necesito es que sigan haciendo lo que hacen, yo lo que necesito es que le ayuden a la Universidad a que salga de Santa Fe, a que sea realmente un enclave de incidencia y de transformación.

Sencillo en su trato, claro, directo, cálido, Saúl era una persona que no se escudaba ni en la investidura de la Compañía de Jesús, ni en la investidura rectoral, sino que quería ser un jesuita, un sacerdote, “un Rector cercano, tocable, tratable”, por lo que abrió la Rectoría a un trato muy horizontal, destacó González.

Tan pronto se enteraron del fallecimiento del Padre Saúl Cuautle Quechol, las y los integrantes de DEC estuvieron platicando, “tratando de recuperar la memoria de Saúl y cómo nos había acompañado; porque él nos acompañó, no nosotros a él. Él nos ayudó en nuestro trabajo, lo estimuló. Se va a extrañar su cercanía con nosotros”.

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