Donación, una medida para evitar el desperdicio de alimentos: experta
El desperdicio de alimentos como problema global fue el tema de la conferencia que impartió la Mtra. Lorena Patricia Mora Flores, estudiante del Doctorado en Ciencias de la Ingeniería de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, en el IV Congreso Ingeniería de Alimentos. Mtro. José Carlos Álvarez Rivero.
En su ponencia en este congreso -organizado por la Sociedad de Estudiantes de Ingeniería de Alimentos de la IBERO- mencionó que alrededor del 33% de los alimentos producidos en el mundo se desperdicia, cantidad con la cual se podría acabar con el hambre a nivel global. Una cifra similar publicó la FAO en 2011 (30%).
Sin embargo, aunque se están produciendo muchos alimentos -la porción de tierra que se utiliza para ello equivale a toda el área de China, Mongolia y Kazajistán, indicó Mora-, gran cantidad de ellos se tiran y otros se están distribuyendo mal, por lo que en el mundo todavía hay gente que padece inseguridad alimentaria, hambre y desnutrición.
Lo anterior se debe a que no se está logrando que los alimentos lleguen a tiempo (al consumidor) antes de descomponerse, sus precios son muy altos y la producción no es nada equitativa, pues hay lugares donde se produce mucho y se come menos, y hay lugares en donde se produce poco y se necesita más.
Aunque por si solo es grave el desperdicio de alimentos, este problema conlleva el desperdicio de todos los recursos que se utilizaron para producir el alimento. Por ejemplo, cuando se tira una manzana, también se desperdicia el agua con la cual se regó el árbol, el trabajo de las personas que la cosecharon, los recursos de transporte para que esa manzana llegara del campo a la mesa, etcétera.
No obstante, existen maneras de contribuir a disminuir o evitar el desperdicio de alimentos: hay que mejorar la logística de producción y de transporte; hay que planear las compras, tanto las que se hacen en casa como en las empresas; hay que tener métodos buenos para conservar los alimentos en pequeñas y medianas empresas.
Igualmente, continuó la maestra, se pueden utilizar los subproductos, por ejemplo, quienes producen queso pueden secar por aspersión el suero de éste, para luego añadirlo como aditivo en bebidas para deportistas.
Asimismo, hay que tener prácticas de producción y procesamiento eficientes; contar con proveedores responsables interesados en la sustentabilidad; y sensibilizar a las y los consumidores a comprar sólo los alimentos que necesitan, para evitar que éstos se les echen a perder.
Y también se puede hacer donación altruista de alimentos. Al respecto, Mora Flores detalló que, por ejemplo, en México se tira el 54.1% de los pescados y sardinas, de estas últimas, se podría dar semanalmente a cada familia mexicana 1.32 kilos de sardina.
PEDRO RENDÓN/ICM
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