Educar para la paz, un cambio de paradigma: Propuesta de Política Pública desde la IBERO

Mié, 8 Mayo 2024
“Educar para la paz” ya es uno de los objetivos explícitos de nuestra política educativa. Sin embargo, hasta ahora el acercamiento ha sido superficial, sin una estrategia articulada y sostenida que permita su viabilidad y asegure su pertinencia
Se requiere construir un diagnóstico para realizar una tipología de los contextos y una clasificación de las problemáticas vinculadas con la ausencia de paz y con la ausencia de educación para la paz
  • Se requieren soluciones a largo plazo para que realmente puedan impactar nuestra construcción social y cultura como país. (Ilustración generada con Firefly)
  • Debe hacerse de la formación en convivencia social uno de los principales objetivos de la educación nacional. (Ilustración generada con Firefly)

Desde hace años, México vive lo que se nos ha vendido como una “crisis de seguridad”, que en realidad es una ausencia de paz generalizada en el país. Lo que empezó con la llamada Guerra contra el Narco ha mutado a un estado constante de violencia en distintas entidades, lo que ha alterado por completo la vida de las ciudades y las personas que las habitan.

Ni siquiera dos cambios de partido en el poder ejecutivo han podido mejorar esta situación y las cifras son preocupantes: Según el INEGI, pasamos de tener 8 homicidios por cada cien mil habitantes antes de 2008 a 12 homicidios para esta misma proporción en 2023. Además, la Red Lupa estima en más de 110 mil el número de personas desaparecidas actualmente en México. Entre los grupos más vulnerables a esta violencia se encuentran las mujeres, las personas migrantes y las pertenecientes a pueblos originarios.

En estos años ha habido distintos llamados a reconstruir el tejido social, pero estos suelen ser consignas abstractas que no han sido acompañadas de acciones. Se requieren soluciones a largo plazo para que realmente puedan impactar nuestra construcción social y cultura como país. La educación juega un papel clave para hallar estas soluciones. Es importante señalar que la educación, así en abstracto, no puede resolver los conflictos violentos que actualmente padecemos, sin embargo, sí puede ser una de las bases sobre la que se construya una sociedad mexicana más justa e igualitaria, dado que las conductas violentas son principalmente conductas aprendidas y pueden ser transformadas con procesos educativos sólidos.

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Con información de la Dra. Sylvia Schmelkes del Valle y la Dra. Cristina Perales Franco, del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE), de la Universidad Iberoamericana. 

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Actualmente, “Educar para la paz” ya es uno de los objetivos explícitos de nuestra política educativa. Sin embargo, hasta ahora el acercamiento ha sido superficial, sin una estrategia articulada y sostenida que permita su viabilidad y asegure su pertinencia.

Por ello se considera fundamental que los y las responsables de la política educativa, así como docentes y directivos, se enfoquen en desarrollar una estrategia educativa sistemática para construir una cultura de paz y formar personas capaces de construir paz, para coadyuvar a contrarrestar la cultura de la violencia que se gesta en la sociedad. Dicha estrategia vincularía la formación para la paz con la formación en derechos humanos, equidad de género, interculturalidad, sustentabilidad y democracia, así como hacer de la formación en convivencia social uno de los principales objetivos de la educación nacional.

Una propuesta educativa orientada a la paz a nivel nacional debería comenzar por establecer una dependencia de alto nivel en la estructura de la Secretaría de Educación, que pueda coordinar y orientar los esfuerzos de todas las subsecretarías y sobre todos los niveles educativos, y que tenga capacidad de interlocución y articulación con otras instituciones y sectores. Cualquier política educativa debe desarrollar tanto acciones curriculares como prácticas pedagógicas y de gestión congruentes, además de estar acompañada de presupuesto y formación para los responsables de esta.

Desde este esquema se requeriría construir un diagnóstico para realizar una tipología de los contextos y una clasificación de las problemáticas vinculadas con la ausencia de paz y con la ausencia de educación para la paz. A partir de este diagnóstico se podrían diseñar propuestas de intervención educativa centrada en la convivencia y en la formación de constructores de paz.

Se proponen nueve acciones fundamentales en la construcción de esta propuesta:

1. El diseño de un programa de actualización de directivos y docentes, formándolos como constructores de paz, que incluya incentivos para aquellos que se certifiquen.

2. Entrenamiento de figuras como supervisores y ATP que apoyen a docentes y directivos en su trabajo de formación para la paz mediante observación, modelaje, planeación conjunta y revisión.

3. Asegurar que todas las escuelas cuenten con infraestructura escolar en buen estado e insumos suficientes para el desarrollo del trabajo educativo. Tener espacios de trabajo y aprendizaje dignos son parte fundamental para el éxito de estas estrategias.

4. La construcción de una política docente que incentive el trabajo directivo y docente en la gestión de la convivencia a nivel áulico y de escuela, promoviendo cambios en las culturas escolares.

5. La definición de un espacio curricular, sostenido y articulado con los otros contenidos, donde se pueda aprender desde y sobre la convivencia.

6. Transversalizar la formación en convivencia en toda la vida escolar.

7. Implementaciones de políticas situadas contextual y culturalmente pertinentes junto con cada una de las comunidades educativas.

8. Diseñar mecanismos de evaluación de la política y de la labor educativa congruentes con sus fines, evitando la burocratización.

9. Establecer vínculos con organizaciones de la sociedad civil y universidades para el apoyo a esta propuesta.

En años recientes, la educación se ha vuelto un terreno de conflicto entre las fuerzas políticas de nuestro país quienes continuamente establecen reformas que no han llegado a concretarse. Más allá de que estas políticas se reviertan o muten en el futuro, educar para la paz debería ser siempre una prioridad de las autoridades, sin importar su procedencia política y, dado a la complejidad de las problemáticas de violencia, la paz debe articularse con acciones más amplias en términos económicos y sociales.

Garantizar la dignidad en la vida de las y los mexicanos requiere urgentemente comenzar a sentar los pilares en los que se construirá una sociedad mexicana más justa y pacífica; es una tarea que debemos empezar ya mismo. 

El presente documento es una iniciativa de política pública desarrollada desde instancias académicas de la Ibero que generan conocimiento agregado sobre temas de gran complejidad social. Con ello aspiramos a contribuir al enriquecimiento de las plataformas de campaña de las personas que contenderán por puestos de elección popular en los comicios de este año. El compendio ‘Construyendo en conjunto: Propuesta de Políticas Públicas desde la Universidad Iberoamericana para México’ se entregó a candidatos y candidatas que han participado en los Encuentros por la Democracia celebrados en nuestra institución. 

 

 

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