Experta explica cómo el mindful eating transforma la relación con la comida
La alimentación consciente ha demostrado ser de gran ayuda para conseguir mantener los hábitos alimentarios saludables en el tiempo, ya que disminuye la ingesta compulsiva y mejora la autorregulación emocional, señaló la Mtra. Alejandra García Quiroz, coordinadora de la Especialidad en Nutrición Clínica y en Nutrición Geriátrica del Instituto de Posgrados y Ciencias, con sede en Monterrey, Nuevo León.
De acuerdo con la nutrióloga, la práctica del mindful eating o alimentación consciente permite desarrollar recursos internos de autoobservación y autorregulación que brindan la posibilidad de desactivar la reacción automática al comer, a través de percibir claramente las reacciones corporales y emocionales que surgen cuando nos alimentamos.
“Las personas aprenden a detenerse, hacer una pausa y a responder de manera más adaptativa, desactivando la cadena reactiva que se genera con el estrés y la agitación de la vida diaria”, dijo García tras impartir la plática La ciencia detrás de la alimentación consciente (mindful eating), que organizó el Departamento de Salud de la IBERO.
De acuerdo con la maestra en Nutrición y Dietética Aplicada, esta práctica ayuda a cuidar el bienestar de las personas y hacer elecciones más conscientes e intuitivas en torno a la alimentación, desde la libertad y la responsabilidad utilizando todos los sentidos para escoger los alimentos que sean tanto nutritivos como placenteros, y aprendiendo a estar conscientes del hambre física y de las señales de saciedad para guiar las decisiones de cuándo comenzar a comer y cuándo detenernos.
La especialista destacó que la alimentación consciente o mindful eating es una práctica que tiene su origen en el mindfulness y ha sido estudiada y conceptualizada por distintos investigadores, entre los que destaca la Dra. Jan Chozen Bays, quien asegura que comer con atención plena es una experiencia que implica a todas las partes de nuestro ser: cuerpo, corazón y mente a la hora de elegir, preparar y consumir los alimentos, e incluye todos los sentidos.
Para la Dra. Chozen, la alimentación consciente desarrolla un alto grado de conciencias alrededor de la experiencia de comer y respeto a cómo elegir alimentos que promuevan la salud y el bienestar. Sumerge a las personas en los colores, texturas, aromas, sabores y sonidos del comer y beber.
El mindful eating desarrolla un alto grado de conciencia alrededor de la experiencia de comer, y es mucho más que “comer despacio, sin distracciones”, pues, aunque esto es importante, la alimentación consciente abarca todo el proceso de alimentación y es una poderosa estrategia para transformar la relación de las personas con la comida.
“Nuestra relación con los alimentos es central, refleja nuestras actitudes hacia nuestro medio ambiente y hacia nosotros mismos. Como práctica, la alimentación consciente puede hacernos consientes de nuestras propias acciones, pensamientos, sentimientos y motivaciones, así como comprender las raíces de la salud y la satisfacción”, dijo la nutrióloga.
En pacientes con diabetes tipo 2, señaló la especialista, se reportan menores niveles de estrés, menos síntomas de ansiedad y depresión, así como mayor bienestar general. Pues en un estudio de la Dra. Carla Miller y colaboradores, se obtuvo como resultado que la capacitación en alimentación consciente y la educación terapéutica en la autogestión de la diabetes mellitus tipo 2 facilita la mejora en la ingesta dietética, favorece la pérdida de peso moderara y el control de glucosa
Romper un hábito alimentario y formar uno nuevo es difícil, todo requiere de un proceso y de tiempo. El cambio de una conducta alimentaria no se da un día para otro, pueden pasar hasta nueve meses para que se experimente e internalice un cambio de hábito por lo que se requiere de tiempo.
Al respecto, la especialista compartió sugerencia para incorporar el mindful eating:
1. Planificar comidas con anticipación.
2. Decorar la mesa crear un ambiente agradable y relajante para las comidas.
- Si te encuentras en un espacio que es cómodo y relajante es más probable que comas despacio y con atención plena. El objetivo es crear un espacio dedicado a disfrutar las comidas.
3. Comer sentado y en un lugar cómodo, concreto y sin distracciones como la televisión, el celular o la computadora.
- Elige comer en silencio si estás solo.
- Disfruta el tiempo que tienes para estar presente con tu familia durante la comida.
- Hacer que sea una prioridad el crear el espacio para comer sin distracciones, si es posible.
4. Tómate un momento antes de profundizar en tu comida para estar agradecido por la comida que puedes disfrutar.
- Ya sea que tengas una tradición familiar de oración o reconocimiento antes de la comida o simplemente quieras observar unos segundo en silencio para dar gracias por tu comida, el tener esta práctica te abrirá un espacio para disfrutarla de manera más genuina y consiente.
5. Mastica más veces la comida.
-Cada bocado suficientemente, saboreándolo sin prisa.
-Termina lo que tienes en la boca antes de dar el siguiente bocado.
-Utiliza correctamente los cubiertos, dejándolos en la mesa mientras masticas, esto ayuda a comer despacio.
-Sugerencia: mastica de 30 a 50 veces el bocado.
6. Es aconsejable tratar de que la comida dure de 20 a 30 minutos.
- Y sería ideal disponer de unos minutos de descanso (10 a 15) después de comer.
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Valentina González/ICM
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