La Dirección del Programa Técnico Superior Universitario y el Departamento de Comunicación de la IBERO organizaron el Simposio de inclusión de Personas Sordas en los ámbitos educativo y laboral, con la intención de abrir un espacio de reflexión en torno a las barreras y experiencias de la inclusión de personas sordas en la sociedad.

El Mtro. Rodrigo Ortiz Sánchez, quien es coordinador del Programa de Inclusión de la Universidad Politécnica de Santa Rosa Jáuregui, en Querétaro, y asesor externo del proyecto de inclusión de personas sordas en el Programa de Técnico Superior Universitario de la IBERO, fue el invitado especial para hablar sobre lo que él considera una deuda social que se tiene con las personas sordas.

Durante la conferencia magistral Inclusión cultural de personas sordas en la educación, retos y oportunidades, el también licenciado en Lingüística dijo que a diferencia de lo que muchas personas creen sobre que la educación para personas sordas es algo novedoso, realmente es algo que existe desde hace tiempo, y mencionó el ejemplo de la primera escuela pública para sordos la cual, dijo, fue fundada en 1755 por el abad francés Charles Michel de l'Épée.

“Fíjense qué ha pasado desde ese año, ya casi van a ser 300 años de que hay educación para personas sordas y en nuestro país, bueno, creo que tenemos una deuda con las personas con esta condición de vida”, aseguró el académico, que cuenta con más de 10 años de experiencia en la enseñanza con estudiantes con discapacidades sensoriales y físicas en distintos niveles educativos.

También consideró que uno de los mayores retos que se tienen para la inclusión de personas sordas es el desconocimiento por parte de la población. Señaló que para atender de manera efectiva a las personas con discapacidad auditiva es necesario preparar al cuerpo docente para que puedan responder ante las dificultades que se les puedan presentar.

“Tendríamos que estar considerando qué sucede con esos estudiantes que todavía tienen retos auditivos o estudiantes que van a perder la audición y poderles brindar una atención de manera efectiva”, recalcó.

Además, señaló que incluso existe una diferencia en escribir la palabra “sordo”, con “S” mayúscula o minúscula.

• Sordo: Persona con discapacidad auditiva que es usuaria de la lengua de señas y que por lo general conoce la cultura.
• sordo: Persona con discapacidad auditiva que no necesariamente es portadora de esta cultura ni es usuaria de la lengua de señas.

“Por ejemplo, la Revista de Estudios de Educación de Sordos de la Universidad de Oxford sí te pide que cuando vas a mandar un artículo tienes que hacer muy clara esa diferencia entre cuando estás haciendo énfasis en una persona sorda usuaria de una lengua de señas o una persona que no tiene toda su capacidad auditiva, entonces hacer énfasis en esto y que siempre podamos tener presente que existe esa diferencia”, señaló el lingüista.

Para Ortiz Sánchez, la innovación educativa no sólo se trata de tener las mejores máquinas, el equipo más caro o las instalaciones más bonitas, sino de incluir y atender a personas con discapacidad auditiva de manera efectiva. De igual manera, advirtió que no es un camino fácil, y que requiere constantes cambios e innovaciones.

“Traer a una persona con una situación de vida distinta a lo que estamos acostumbrados va a implicar que el proceso de enseñanza cambie, por lo que las personas que se dedican a la pedagogía buscarán nuevas metodologías de enseñanza, porque si algo no está funcionando de una manera adecuada, siempre debemos buscar cambiarla o mejorarla”.

Otro reto que consideró importante es la falta en el país de intérpretes capacitados y capacitadas, pues dijo que siempre se piensa que el proceso de enseñanza únicamente abarca al estudiantado y al cuerpo docente, cuando la figura de las y los intérpretes es igual de importante para una correcta comunicación educativa.

“En nuestro país no hay formación de intérpretes de lengua de señas y entonces lo único que existe es una certificación de intérpretes de conferencia, y el proceso educativo es completamente distinto al proceso de pararte y solamente restituir la información del español a la lengua de señas”, lamentó el coordinador del Programa de Inclusión.

Durante su última participación, el académico agregó que además de capacitar a las escuelas, se debe impartir y promover la inclusión de personas sordas, a las empresas y a las instituciones laborales, ya que deben ser más conscientes de que las universidades ya están egresando a profesionistas en esta situación de vida.

“Necesitamos que se estén ofertando puestos de acuerdo con el perfil de las y los egresados con esta discapacidad, eso termina siendo ahorita un papel fundamental que tienen que hacer las universidades, ese es el tema del trabajo colaborativo, cómo entonces mi trabajo como universidad no solamente es educar a los estudiantes sino también salir y entonces educar al empleador”, concluyó Rodrigo.

Por su parte, el Vicerrector de la IBERO, Dr. Alejandro Anaya Muñoz, indicó que es importante promover la sensibilización y concientización que garanticen los derechos y oportunidades de la comunidad sorda en equidad de condiciones.

“Nos reunimos con un propósito fundamental, que es promover esa equidad, promover la diversidad y la inclusión en nuestra comunidad universitaria. Hoy más que nunca entendemos que la inclusión no es simplemente una palabra, sino que es un compromiso con el principio de igualdad, que es a su vez piedra angular de los derechos humanos en una sociedad”, declaró el Dr. Anaya Muñoz.

Agregó que no se pueden ignorar los puntos de vista, los mensajes, las ideas y los argumentos de aquellas personas que se comunican de manera diferente, pues consideró que la comunidad de personas sordas ha demostrado sus deseos de contribuir de manera significativa en todos los aspectos de la vida.

Asimismo, señaló que el simposio brinda la oportunidad de reflexionar sobre los retos y las barreras que todavía enfrentamos en materia de inclusión de personas sordas y también permite compartir las experiencias y los avances que se han tenido en los ámbitos educativo y laboral.

“En la IBERO reconocemos la importancia de preparar a nuestro estudiantado para un mundo laboral diverso y global en el que la inclusión no es sólo un objetivo sino una realidad palpable y que tenemos que seguir impulsando más y más”, declaró el Vicerrector.

Para concluir su participación, reiteró que son las diferencias las que enriquecen a la comunidad IBERO, por lo que invitó a las y los asistentes a seguir trabajando para construir en conjunto un mundo en el que todas y todos sean tomados en cuenta y todas las personas tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial.

Texto y Fotografías: Alberto Elihú Cortés Hernández

Notas relacionadas:

• Educación de calidad debe estar al alcance de todos: Silvia Schmelkes
• IBERO celebra X Congreso Iberoamericano de Pedagogía
• El problema son las barreras, no las personas con discapacidad: Katia D’Artigues
• Somos Uno Más: la discapacidad intelectual en la experiencia universitaria