Autoridades de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) inauguraron el foro La universidad ante la inclusión de las personas con discapacidad, mismo que durante dos días tendrá diferentes mesas de diálogo y la presentación del Observatorio sobre la Inclusión Social de las Personas con Discapacidad (OBINDI).

El Dr. Alejandro Anaya Muñoz, vicerrector académico de la IBERO, dijo que el objetivo del evento interinstitucional es “fomentar el diálogo y compartir experiencias entre las universidades y las organizaciones de la sociedad civil en torno a las iniciativas de inclusión e incidencia en políticas institucionales, y políticas públicas relacionadas con las personas con discapacidad”.

Comentó que la discapacidad es un tema complejo porque su conceptualización ha cambiado a lo largo de los años. “En las últimas décadas, ha pasado de ser una condición puramente médica a tratarse como una problemática social y de derechos humanos”, lo que ha significado un cambio de paradigma plasmado en documentos oficiales a nivel nacional y mundial.

El Vicerrector recordó la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la cual concibe a la discapacidad como un fenómeno multidimensional caracterizado por la existencia de barreras generadas por la sociedad y por el entorno, que impiden la plena participación e inclusión de las personas.

“La Universidad Iberoamericana, acorde con su Ideario y su visión humanista, inspirada en los valores de la Compañía de Jesús, se esfuerza para contribuir en la construcción de una sociedad más justa, equitativa y solidaria, poniendo especial atención a todos los grupos vulnerados en sus derechos”, expresó el doctor Anaya Muñoz.

En ese sentido, la IBERO ha buscado y propuesto iniciativas para visibilizar, acompañar y escuchar a las personas más desfavorecidas, y por ello, celebró el Vicerrector, este foro interinstitucional permitirá poner con mayor fuerza en el ojo público en el tema, así como los derechos humanos de las personas con discapacidad.

En la Iberoamericana hay varios proyectos y áreas que atienden el tema de la discapacidad dentro y fuera del ámbito educativo: el Programa Somos uno Más; el Comité de Atención a Estudiantes con Necesidades Educativas Específicas; y el Programa de Técnico Superior Universitario con seguimiento a estudiantes con discapacidad auditiva.

Además, en el Departamento de Arquitectura, Urbanismo e Ingeniería Civil ha promovido desde hace años la accesibilidad del espacio público; y el Instituto de Investigación Aplicada y Tecnología (InIAT), a través del Centro de Ingenierías y Tecnología de Rehabilitación (CITeR), un espacio dedicado a las ayudas técnicas.

Sobre el lanzamiento del Observatorio sobre la Inclusión Social de las Personas con Discapacidad (OBINDI), expresó que “será un espacio de confluencia, interacción, divulgación y difusión para generar conciencia y dar visibilidad a las distintas problemáticas que enfrentan las personas con discapacidad y coadyuvar en la construcción de una sociedad incluyente en nuestro país.

“También dará insumos para la investigación sobre la discapacidad en una perspectiva multidimensional, así como un lugar para atraer a más organizaciones civiles, entidades de gobierno y especialmente a las propias personas con discapacidad, las cuales encontrarán un espacio para el diálogo y el acompañamiento por parte de organizaciones y universidades”.

En el OBINDI se podrán consultar, en su momento, los resultados de investigaciones que se realicen, así como reportes, boletines, materiales, nuevas tecnologías, infografías y contenidos desde nuevas perspectivas sobre la discapacidad en México.

Por su parte, el Dr. José Antonio de los Reyes Heredia, rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), afirmó que las universidades son espacios educativos que salvaguardan, difunden y reproducen lo más destacado del pensamiento humano, “son para decirlo de otro modo, los pilares de la inteligencia de nuestras sociedades”.

Dijo que para cumplir con las tareas de construir y reconstruir el tejido comunitario es necesario que todas las personas, sin importar sus circunstancias, puedan acceder en condiciones equitativas a la diversidad, y se incorporen de forma integral a sus comunidades. “Esto significa que las universidades no sólo deben abrir sus puertas a todas las personas, sino construir los mecanismos suficientes para que esta incorporación ocurra en condiciones adecuadas”.

En el caso de las personas con discapacidad, manifestó, las tareas que permiten lograr este propósito resultan muy variadas y de compleja implementación porque incluyen lo mismo adecuaciones de infraestructura educativa que adaptaciones curriculares, pedagógicas, instrumentación de medidas de apoyo específicas, ajustes presupuestales, y la promoción activa de valores de respeto e inclusión entre la comunidad universitaria.

Expresó que estos espacios de reflexión son importantes porque sientan bases que permiten a las instituciones de educación superior “avanzar en forma rápida y efectiva para consolidarnos como espacios incluyentes, equitativos y respetuosos de las diferencias de distinta índole que existen entre todas las personas que forman parte de nuestra comunidad”.

La Dra. Marisol Silva Laya, directora de la División de Investigación y Posgrado de la IBERO, celebró la organización del foro La universidad ante la inclusión de las personas con discapacidad, sobre todo por la confluencia tanto de la Iberoamericana y la UAM para generar conocimiento y contribuir en la solución de problemáticas de este fenómeno.

“Las universidades tenemos la indeclinable responsabilidad de generar nuevo conocimiento, relevante para enfrentar los grandes problemas de nuestra sociedad. La investigación que se realiza en las universidades no sólo debe responder a los más altos estándares académicos y científicos, sino que debe tener pertinencia e incidencia social”, dijo la doctora Silva Laya.

Recordó que la pertinencia social implica el compromiso por abordar los problemas que degradan al ser humano, a la sociedad y al medio ambiente; mientras que la incidencia social reconoce el papel estratégico de la investigación “tanto para desentrañar las complejidades de estos problemas como para generar propuestas y acciones que contribuyan a su solución. No cabe duda que el tema de discapacidad e inclusión debe abordarse con este espíritu”.

Los conocimientos requeridos para enfrentar este problema son diversos: el papel y la participación de las personas con discapacidad en nuestra sociedad; cuestiones de salud, la tecnología para la discapacidad y las habilidades para su aprovechamiento; las expresiones artísticas de colectivos; así como la accesibilidad en el diseño del espacio público.

“El estudio de la discapacidad y la inclusión requiere el diálogo de saberes para construir una perspectiva multidimensional, un entendimiento interdisciplinar e intervenciones transdisciplinares. La manera tradicional de hacer investigación académica dentro de los linderos de la universidad y desde una mirada disciplinar se ha topado con límites para la incidencia social.

“En su lugar, la investigación comprometida debería ser diseñada y desarrollada con la participación de diversos actores y, especialmente, las personas y comunidades afectadas por los problemas estudiados. Ello resulta fundamental para formular las preguntas adecuadas, interpretar los fenómenos con sentido integrador y sistémico, y diseñar estrategias con mayor potencial para la transformación”, detalló la doctora Marisol Silva.

El Dr. José Mariano García Garibay, rector de la Unidad Lerma de la UAM, señaló que “la inclusión de las personas con discapacidad es un reclamo impostergable que debe ser atendido en todas sus dimensiones y en todos los ámbitos sociales”, ya que a pesar de la existencia de leyes y normativas, las medidas han tenido un bajo impacto en la realidad.

De acuerdo con el Censo de 2020, 7.8 millones de mexicanos tienen algún tipo de discapacidad y 13.6 millones padecen alguna limitación, lo que suma poco más de 21 millones de personas con alguna discapacidad y limitación en el país. De este universo, sólo el 1.4% está matriculada en la universidad o en otras opciones de educación superior.

“Por lo que es urgente avanzar hacia una inclusión en la formación universitaria. Para revertir estos rezagos, es necesario un enorme esfuerzo tanto de las instituciones públicas y privadas, así como de la sociedad civil”, expresó el directivo, quien además recordó que fue en la Unidad Lerma que surgió la idea de formar una comisión que generara políticas y lineamientos para la inclusión de personas con discapacidad.

Posteriormente, y anteponiendo la necesidad de contar con un diagnóstico para ubicar esta problemática en su exacta dimensión se instrumentó en conjunto con la Universidad Iberoamericana la iniciativa de crear el proyecto del Observatorio sobre la Inclusión Social de las Personas con Discapacidad (OBINDI).

El Dr. García Garibay comentó que este Observatorio buscará conjuntar académicos no sólo de la UAM y la IBERO, “sino de otras instituciones públicas y privadas, y sumar actores de la sociedad civil, colectivos y activistas que están trabajando en estos temas para arribar a políticas públicas y al diseño de soluciones y promover una cultura de inclusión”.

El Foro interinstitucional La universidad ante la inclusión de las personas con discapacidad, organizado por la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), se celebrará los días 28 de febrero y 1 de marzo.

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