En la Universidad Iberoamericana Ciudad de México se ha identificado que la cultura de inclusión que se vive es una de aceptación y pertenencia entre las y los estudiantes, docentes y trabajadores, mencionó la Dra. María Edith Reyes Lastiri, coordinadora del programa Somos Uno Más, durante la Jornada de Inclusión Universitaria, organizada con motivo del Día Internacional de Personas con Discapacidad.

Al exponer el tema Cultura, políticas y prácticas de inclusión en la IBERO dijo que desde la mirada educativa es importante considerar que la inclusión es un proceso que tiene avances constantes y en ocasiones retrocesos, por lo que se deben identificar cuáles son las barreras a la participación o aprendizaje del estudiantado para saber cómo podrían eliminarse, y así todas y todos los alumnos puedan participar plenamente, tengan un buen rendimiento académico, no deserten, ni sean expulsados de las instituciones educativas.

Para detectar esos avances y retrocesos en la inclusión algunas personas que trabajan en esta área utilizan el Índice de Inclusión que, para saber si hay o no una cultura inclusiva, contiene las siguientes preguntas -entre otras- a formular a quienes integran las instituciones: ¿cómo te sientes en la institución, ¿la institución es agradable?, ¿te sientes acogido?,¿sientes que perteneces a ella?

Algunos reactivos de este índice en algún momento se aplicaron en la IBERO -por parte las y los académicos de Somos Uno Más-, informó la doctora, quien destacó que los resultados permitieron corroborar que “sí existe una cultura de inclusión” en la Universidad, como dieron cuenta quienes participaron en este ejercicio, que manifestaron percibir un ambiente de pertenencia, de calidez y de aceptación dentro de la Comunidad IBERO.

Después, el equipo coordinado por Reyes identificó que distintas políticas de convivencia dentro de la Iberoamericana -por ejemplo, el Protocolo para la Prevención y Atención de la Violencia de Género- se ajustan a las normas o leyes de la Ciudad de México, del país e incluso internacionales. La idea de la elaborar este tipo de políticas “es desarrollar una Universidad para todos, donde todos somos todos, porque somos una diversidad”.

Las políticas inclusivas también se encargan de organizar el apoyo para atender a toda la diversidad. Determinan, por ejemplo: qué se debe hacer para ayudar al alumnado de pueblos originarios, qué hacer para atender a las y los estudiantes sordos que cursan la carrera de Técnico Superior Universitario en Hoteles y Restaurantes, o cómo se puede organizar el apoyo para incrementar la participación en la Universidad del estudiantado de Somos Uno Más.

Para llevar a cabo la práctica inclusiva, Reyes Lastiri indicó que se debe orquestar un proceso educativo y movilizar recursos, económicos desde luego, pero, sobre todo, capacitar en temas de inclusión a las y los maestros, para a través de cursos de inducción sensibilizarlos ante la diversidad.

Para actualizar los datos en torno a la percepción que tienen estudiantes, docentes y trabajadores/as de la IBERO sobre la inclusión en la Universidad, en el próximo semestre Primavera -enero de 2022-, el equipo de la Dra. Edith Reyes aplicará un instrumento elaborado por dos pedagogas españolas -Salceda e Ibáñez-, que contiene una serie de 54 indicadores de inclusión en la educación superior.

Los resultados de este instrumento permitirán conocer más sobre la inclusión en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, identificar áreas donde sea necesario reorientar los apoyos a la inclusión y mejorar la comunicación entre las diferentes instancias universitarias, para conocer qué hace cada una.

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PEDRO RENDÓN/ICM