Los estudios de género tienen como objeto principal identificar las desigualdades, inequidades e injusticias; de ahí que su identidad principal sea la crítica, no sólo a otras disciplinas, sino también a sí mismos, lo que habla de su carácter honesto, realista, abierto y con capacidad de renovación constante, afirmó la doctora Citlalin Ulloa Pizarro, académica de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

En el marco del comienzo de las clases del Doctorado en Estudios Críticos de Género, uno de los nuevos posgrados de la IBERO, Ulloa dijo que los estudios de género cuentan con sustentos sólidos para estudiar las relaciones humanas, “las formas en que nos relacionamos con otros y también, sobre todo, con nosotros mismos”.

Asimismo, “los estudios de género tienen diferentes saberes y disciplinas, en diferentes tiempos a lo largo del tiempo. Cuentan con marcos teóricos-metodológicos rigurosos que iniciaron adoptando posturas críticas para hacer aportes a diversas disciplinas; el primer ejemplo lo tenemos en Margaret Mead, en el campo de la antropología social en 1925, haciendo críticas a Sigmund Freud”.

Lo dicho da cuenta de la importancia de contar en la Universidad Iberoamericana con un Doctorado en Estudios Críticos de Género, programa que “se une al Ideario de la Universidad y a su filosofía educativa para trabajar por el respeto a la dignidad humana, a la justicia, la libertad, el respeto a las diferencias y a las diversidades”.

En el inicio de los cursos, Ulloa, coordinadora del Doctorado en Estudios Críticos de Género, mencionó que este programa, tal como lo hace el feminismo comunitario, reconoce el trabajo y los saberes de sus ancestras y ancestros, algunos de ellos presentes en el Auditorio Crescencio Ballesteros de la IBERO, para atestiguar la apertura de este posgrado, “que también es de ustedes, porque ustedes también han aportado todos estos conocimientos para poder tenerlo aquí, en marcha”.

Entre las personas a quienes la doctora agradeció su asistencia se encontraban maestras y maestros de diferentes universidades, como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y El Colegio de México (Colmex), quienes con sus conocimientos y libros “nos han enseñado cómo hacer un programa de estudios críticos de género”.

Ulloa Pizarro también agradeció la presencia de la Dra. Teresa Forcades i Vila, teóloga feminista y Consejera Técnica Externa del Doctorado en Estudios Críticos de Género, una persona que como académica también ha aportado muchísimos conocimientos “que nos han movido también cuando uno la lee, cuando uno la escucha, hacia otros ámbitos y a poder ver la realidad desde otro lugar”. 

Posgrado con incidencia social

El innovador Doctorado en Estudios Críticos de Género, que forma parte del padrón del Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), como programa de reciente creación, arrancó con una primera generación de 15 estudiantes, y a partir de un enfoque crítico aspira a incidir de manera creativa en la construcción de una sociedad más justa e incluyente, mencionó el Dr. Alejandro Guevara Sanginés, vicerrector académico de la IBERO.  

Con la primera clase de este programa, impartida por la Dra. Forcades, la IBERO se suma al compromiso de transversalizar la perspectiva de género en el ámbito educativo. “Somos conscientes que para lograrlo se necesita mucho más que un solo programa, es una labor cotidiana, es una labor que se construye día a día, sabemos que tendremos que ir sumando otros esfuerzos y otras iniciativas, como muchas que ya están encaminadas en la IBERO. Pero el primer paso está dado y no me queda la menor duda que es un paso muy importante que responde a las necesidades sociales, políticas y culturales de nuestro país, de una manera crítica e innovadora”.

El Dr. Guevara también externó su agradecimiento a Forcades i Vila, de quien dijo: “Sin duda su pensamiento y sus propuestas reflejan el tipo de programa que queremos ser; un programa que salga de las corrientes hegemónicas de pensamiento y que busca la transformación de nuestro país”.

La consejera técnica externa del doctorado, Teresa Forcades, consideró que este programa adquiere importancia ante los feminicidios y asesinatos homofóbicos suscitados en México; pero aclaró que no estaría bien orientar sólo hacia esos fenómenos al programa, el cual primero debe tener un enfoque hacia aquello que permite la aparición de esas conductas violentas en los márgenes de la sociedad. “Lo que creo que es una aportación más propia del doctorado es precisamente identificar cuál es la ligazón entre esa violencia extrema y esas conductas que pasan casi por normalizadas”.

Y sobre sus actividades en la consejería, la Madre Forcades (quien es monja benedictina), dijo que ha participado desde reuniones para tratar asuntos metodológicos del doctorado, hasta la selección de diferentes candidatos a integrar el claustro. “Ese es mi papel, junto al de mis compañeros, aportar lo que mi experiencia me permite discernir como lo más útil para orientar unos estudios de este tipo”.

Texto y fotos: PEDRO RENDÓN/ICM

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