INAH Reconoce a Egresado IBERO por Tesis Doctoral Sobre Violencia y Sociabilidad en Xalapa, Veracruz
Mar, 11 Nov 2025
Ernesto Manuel García Mestizo realizó una investigación etnográfica que abarca más de cuarenta años de historia para realizar su trabajo de investigación
Ernesto Manuel García Mestizo.
Por:
PRENSA IBERO
Ernesto Manuel García Mestizo, investigador y egresado del Doctorado en Antropología Social de la Universidad Iberoamericana, expresó sentirse profundamente honrado por haber recibido una mención honorífica en los Premios INAH 2025, uno de los reconocimientos más prestigiosos a nivel nacional en el ámbito de la Antropología y las Ciencias Sociales. Para él, este galardón representa un reconocimiento a la calidad, el rigor metodológico y el compromiso social de las investigaciones que buscan comprender y transformar realidades complejas.
Relató que fue contactado por teléfono un día después de la publicación de los resultados, ya que un error en su correo electrónico había dificultado la comunicación. “Sentí sorpresa; incluso dudé que fuera cierto. Pero cuando consulté la página oficial del INAH y confirmé los resultados, me convencí”, recordó.
El académico destacó la importancia de este tipo de premios, pues visibilizan el valor de la etnografía y la reflexión crítica sobre problemáticas sociales como la violencia y la desigualdad en las periferias urbanas. Señaló que no considera este reconocimiento como un logro individual, sino como un esfuerzo colectivo de quienes apuestan por investigaciones rigurosas, éticas y colaborativas.
Su tesis doctoral, titulada “Sociabilidad y violencia en el proceso de urbanización de una colonia popular: etnografía en la periferia urbana de la ciudad de Xalapa”, aborda la violencia crónica en Veracruz, uno de los estados más afectados por este fenómeno. A través de una investigación etnográfica que abarca más de cuarenta años de historia, el autor analiza cómo los procesos de urbanización y la violencia transformaron la convivencia y los vínculos comunitarios en una colonia popular.
Durante su trabajo de campo, el investigador identificó una transformación en la vida comunitaria: de una sociabilidad basada en la cooperación y el sentido de identidad, hacia lo que denomina “la sociabilidad del miedo”, una forma de convivencia marcada por la inseguridad, pero donde aún persisten la solidaridad y la resistencia.
La elección del tema, explicó, responde tanto a una motivación personal como profesional. Nacido y criado en las periferias de Xalapa, fue testigo de cómo la violencia criminal alteró los espacios de interacción. Su investigación busca dar voz a estas experiencias y desafiar los prejuicios que estigmatizan a las comunidades periféricas. “La antropología tiene el deber ético de llevar al debate público las experiencias de dolor y desigualdad para evitar que el silencio nos vuelva cómplices”, afirmó.
Entre los principales aprendizajes de su trabajo de campo, destacó haber comprendido cómo las periferias, lejos de ser espacios marginales, son lugares de conocimiento donde emergen horizontes de esperanza y resistencia. “Incluso donde la violencia y el Estado actúan en sus márgenes, surgen estrategias de sobrevivencia que mantienen vivo el sentido de comunidad”, señaló.
En su investigación, la Antropología, la violencia y la vida cotidiana dialogan a través de la etnografía como conocimiento situado. Este enfoque, explicó, permite entender las complejidades de la violencia urbana y sus efectos en el tejido social.
El investigador reconoció que su formación en el Doctorado en Antropología Social de la Universidad Iberoamericana fue determinante para el desarrollo de su tesis. Las clases y seminarios le proporcionaron bases teóricas y metodológicas sólidas, así como un espacio académico caracterizado por el diálogo y la reflexión crítica. Atribuyó a sus profesores y colegas la posibilidad de cuestionar categorías conceptuales y repensar el trabajo de campo desde la empatía y el respeto.
Desde su perspectiva, lo que distingue a la IBERO en la formación de investigadores en ciencias sociales es su vocación humanista y su compromiso con la producción de conocimiento riguroso orientado a comprender la complejidad social.
Finalmente, el académico dedicó el reconocimiento a las personas de la colonia Revolución, quienes compartieron sus historias y experiencias, así como a sus padres, Jacinta y Manuel, y a la memoria de su abuela Lina. Como mensaje para las y los estudiantes de antropología, aconsejó acercarse a la realidad con empatía, respeto y compromiso. “La investigación social no consiste solo en aplicar teorías, sino en practicar la escucha y el reconocimiento de lo que las personas nos comparten. Solo así podemos revelar la complejidad de la vida social”, concluyó.
Notas de interés:
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