Licenciatura en Nutrición, 50 años de trabajo en favor de la sociedad

Mié, 7 Sep 2022
Nació en un contexto de desnutrición en el país; medio siglo después, los temas son las comorbilidades, la nutrición gerontológica y la importancia de la lactancia
  • De izquierda a derecha: Dr. Alejandro Anaya, vicerrector académico; Dr. Luis Arriaga, Rector; Dra. Alma Polo, directora de la División de Estudios Sociales; y la Dra. Alicia Parra, directora del Departamento de Salud (Alberto Hernández/IBERO).
  • El Dr. Luis Arriaga recordó que la carrera nació con un enfoque más comunitario que clínico, basado en la 'cura personalis' (Alberto Hernández/IBERO).
  • Las y los asistentes se dieron cita en el Auditorio José Sánchez Villaseñor de nuestra IBERO (Alberto Hernández/IBERO).
  • Dra. Mónica Ancira Moreno, coordinadora de la Licenciatura en Nutrición y Ciencia de los Alimentos (Alberto Hernández/IBERO).

En los 70, 55% de la población mexicana carecía de una alimentación adecuada a causa de problemas sociales, económicos y educativos. No había personal especializado ni estudios enfocados a nuestro contexto, por lo que en 1972 nuestra IBERO abrió la Licenciatura en Nutrición y Ciencia de los Alimentos, programa pionero que hoy festeja sus 50 años.

Hace medio siglo, los objetivos fueron satisfacer las necesidades alimenticias en México debidas al incremento industrial y al aumento demográfico; contribuir a resolver los problemas de desnutrición; fomentar la investigación sobre los alimentos; identificar problemas nutricios; planear programas de acción; y asesorar a proyectos y empresas.

Cada uno de estos puntos se ha logrado, incluso la licenciatura ha ampliado sus círculos de actuación frente a los cambios contextuales en la población en distintos ámbitos. Por ello, personal directivo e integrantes de diferentes generaciones de la carrera se dieron cita en el auditorio José Sánchez Villaseñor para celebrar a este programa educativo.

El Dr. Luis Arriaga Valenzuela, S. J., nuestro Rector, recordó que la carrera nació con un enfoque más comunitario que clínico, basado en la cura personalis, es decir, priorizar tanto a las personas como a su bienestar. “Hoy, esa sensibilidad nos lleva a ir más allá de nuestra especie para reconocer que el cuidado incluye también la sanción de un mundo roto”.

Comentó que la nutrición, relacionada con la alimentación y con la salud, es una condición para el ejercicio de los derechos humanos. Expresó que nuestros programas están orientados a incidir y cambiar condiciones que vulneren derechos, y llamó a trabajar frente al aumento de las brechas de desigualdad en la seguridad alimentaria, la nutrición y la salud digna.

Durante su discurso, pidió al Departamento de Salud mantener su liderazgo y seguir formando profesionales capaces de comprender el contexto y desarrollar intervenciones; seguir aportando a través de la investigación, la apertura de clínicas y observatorios; así como la creación de programas que profundizan sobre las comorbilidades y la nutrición gerontológica.

El Dr. Alejandro Anaya, vicerrector académico, identificó algunas fortalezas de la licenciatura: un proceso pedagógico basado en la práctica; laboratorios y clínicas con espacios y tecnología de punta; generación de conocimiento vanguardista; y la actuación de nuestro alumnado en la resolución de problemas de salud de sectores vulnerables.

En este sentido, la Dra. Alma Polo, directora de la División de Estudios Sociales, destacó que la carrera procura una formación sólida a partir de un programa innovador acreditado a nivel nacional e internacional. Respecto al Departamento de Salud, comentó que se ha vuelto un referente en temas de comorbilidades, gerontología y lactancia.

En 50 años, el panorama ha cambiado. La Licenciatura en Nutrición y Ciencia de los Alimentos hoy enfrenta nuevos retos: sobrepeso y obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes y deficiencias nutricionales, mencionó la Dra. Alicia Parra, directora del Departamento de Salud. Frente a este contexto, es vital una vez más la presencia de nuestra Universidad.

Como hace medio siglo, la sociedad necesita de un liderazgo transformador, con un enfoque humanista que ponga sus saberes en beneficio de los demás. Aquí está la esencia de las nuevas generaciones de nutriólogas y nutriólogos de nuestra IBERO: una mirada al futuro, un postura colaborativa e incluyente, y con habilidades tecnológicas.

Iván Cabrera

 

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