El locutor, editor, creativo sonoro y destacado egresado de Comunicación de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, Martín Hernández, ya imparte la materia "Sonido Fílmico" a las y los estudiantes de la Maestría de Cine de nuestra casa de estudios. Ha sido nominado dos veces al Oscar (por edición de sonido en 'The Revenant' y 'Birdman') y es ganador de un Ariel por el sonido de la película 'Amores perros'.

Desde una de las aulas multimedia y sentado a un lado de una consola de protools, el dos veces nominado al Óscar recibe a Prensa IBERO para platicar sobre la forma en que las y los jóvenes usan la tecnología digital para contar historias en audio y video. Con esa voz que lo caracteriza (tan WFM y Radioactivo) cuenta:

"Ahora es más fácil, la tecnología lo ha facilitado. Llegar a concretar una idea con un nivel de calidad casi mundial. Las herramientas antes eran muy costosas. Era muy difícil filmar, revelar, sincronizar sonido, ir a un estudio y corregir un color. Todo esto sucedía, pero estaba fuera del alcance de los no profesionales y hoy a todo tipo de nivel, se hacen cosas impresionantes en la recámara de alguien a los veintitantos años".

A unos minutos de que se disponga a dar clases a estudiantes de la Maestría en Cine, le preguntamos cómo observa a las y los jóvenes, la forma en cómo la tecnología ha detonado su iniciativa para producir sus propios contenidos en redes sociales, cómo consumen las actuales producciones cinematográficas y cómo leen a los medios de comunicación.

"Creo que hay una combinación extraña, muy bonita, entre incredulidad e ingenuidad. Hay cuestionamientos de quienes no creen en nada, pero hay una sorpresa de quienes todavía tienen esa ingenuidad. Necesitamos esa ingenuidad, y espero todavía yo conservarla en muchas cosas de mi vida. Creo que sin esta extraña combinación no se puede sostener la vida", señala.

Sobre las habilidades y cualidades que debe tener cualquier estudiante que quiere dedicarse a la Comunicación o al Cine, Martín Hernández afirma que no hay una regla y no debiese existir una forma para medirlas, pues la respuesta tiene que ver con todo el quehacer humano.

"Si logras descubrir qué es lo tuyo, dónde está, dónde lo tienes guardado y si logras explotar eso y trabajar en ello y disfrutarlo, ya la hiciste. No es una cuestión de que un día me dijeron que estos eran los requisitos y yo ya los cumplí. No funciona así".

"Es conocerte, descubrir algo a temprana edad o a la edad que sea y potencializarlo porque te conoces, porque lo quieres disfrutar, hacer crecer o desarrollar y entonces ya después estudias una técnica o vas a un instituto, pero si no sale de adentro, nadie te va a dar nada".

Texto: Luis Reyes/Foto: Alberto Hernández

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