Migración calificada por miedo; posgraduadas en el extranjero deciden no regresar

Mié, 2 Nov 2022
Vivir sin miedo en otro país, argumento recurrente en becarias Conacyt que deciden no regresar a México.
Investigador de la IBERO presenta estudio sobre migración de personas altamente calificadas.
  • (Pixabay).
  • Dr. Manuel Triano Enríquez, investigador invitado del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (EQUIDE) de la IBERO.

La experiencia de vivir sin miedo en otro país, es uno de los argumentos recurrentes en mujeres mexicanas que estudiaron un posgrado en el extranjero con apoyo de una beca del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), y que decidieron no regresar a nuestro país, señaló el Dr. Manuel Triano Enríquez, investigador invitado del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (EQUIDE) de la IBERO.

Ese fue uno de los hallazgos de su investigación ‘Migración de personas altamente calificadas: el caso de exestudiantes de posgrado que realizaron sus estudios en otro país con el apoyo de becas Conacyt’, para la que ellas también relataron que estudiando en el extranjero descubrieron que podían caminar en la calle, incluso de noche, sin miedo y sin que las acosaran.

Presentado en el ‘8° Congreso Anual de Economía y de Políticas Públicas SobreMéxico’, Triano detalló que su investigación se centró en el periodo 2010-2020, durante el cual aún se sentían los efectos de eventos como la huelga de la UNAM o la crisis económica y financiera del 2008-2009, pero también sucedieron cambios como la salida del Reino Unido de la Unión Europea, así como las llegadas de Trump y López Obrador a las Presidencias de Estados Unidos y de México.

Para construir las trayectorias de las personas se apoyó en una aproximación cualitativa basada en entrevistas abiertas y semiestructuradas, en las que las personas contaron su experiencia escolar, laboral, migratoria y familiar. Elaboró 47 estudios de caso, y la exploración se centró en el norte global, es decir, principalmente en quienes estudiaron en Estados Unidos, Canadá, Inglaterra u otros países de Europa.

Por medio de una selección elaborada siguiendo criterios analíticos, “que no tiene propiedades estadísticas”, construyó cuatro escenarios: becarios que no regresaron, becarios que sí regresaron, no becarios que no regresaron y no becarios que sí regresaron.

Triano aclaró que la construcción de estos escenarios es una distinción analítica “porque en la realidad las personas van y vienen, tienen beca de Conacyt y la pierden, se van sin beca y la obtienen después. Entonces, no son casos puros, son casos sucios por la historia de las personas”.

Al dar cuenta de los principales resultados, apuntó que en el Congreso sólo presentó los que corresponden a personas becarias Conacyt que regresaron y no regresaron a México, cuya edad mediana está entre 30 y 31 años al momento de concluir su último posgrado, el año promedio de término del mismo se encuentra entre 2016 y 2017, y que cursaron una maestría o doctorado en una disciplina STEM -ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas- o en ciencias sociales.

Entre los hallazgos, están los siguientes:

Hay quienes no retornaron a nuestro país porque encontraron mejores trabajos en el extranjero y les pagan mejor. Algunos/as estudiaron profesiones que no tienen campo profesional en México y no volvieron porque es muy complicado encontrar empleo acá.

Algunas personas usaron la modalidad que les da un año adicional para trabajar en Estados Unidos, un mercado de posibilidades y ofertas que los busca, les da mayores salarios, “y entonces, después de comenzar a recibir buenos sueldos y nuevas oportunidades de crecimiento profesional, se vuelve muy costoso regresar a México”. A quienes les hubiera gustado fundar una empresa en México, reconocieron que es más fácil hacerlo en el extranjero.

Entre las mujeres, un motivo importante fue la posibilidad de vivir la ciudad sin miedo; tener la oportunidad de caminarla sin temor a ser violentadas.

Las y los posgraduados que desean dedicarse a la academia, recurrentemente dijeron que era más difícil hacerlo en México, porque aquí existe una política del favor, en la que con frecuencia se deben tener amigos para poder ingresar en una universidad, y conseguir así una plaza implica deber un favor que se cobra toda la vida. También hay quienes decidieron no regresar por el cambio de administración en 2018, por las condiciones adversas en ciencia y tecnología -menos recursos y hostigamiento a la comunidad-.

Hay personas racionales estratégicas, que como se querían ir a vivir al extranjero utilizaron de manera instrumental la beca Conacyt, la cual solicitaron y obtuvieron, pero desde el principio decidieron que no iban a regresar a México ni a cumplir con las responsabilidades con el Consejo.

Entre quienes sí regresaron a México, algunas de sus razones fueron, lo que Triano describió como la mística de universidad pública, es decir, el interés y convencimiento personal por retribuir a las instituciones públicas algo de lo que éstas invirtieron en ellos/as.

Igualmente encontró que había quienes tenían un trabajo seguro en nuestro país -algunas veces acordado antes de comenzar el posgrado-, tenían familiares enfermos o adultos mayores y querían estar cerca de ellos para acompañarlos, o bien, porque en algún momento de su estancia en el extranjero tuvieron dificultades de salud mental –depresión y ansiedad-, en ocasiones asociadas al cambio de clima, por la lejanía con las personas queridas o la presión académica.

Y otras personas se repatriaron porque no tuvieron buena relación con sus mentores -que, en el extranjero, en algunas ocasiones pueden funcionar en los hechos como una especie de agentes colocadores de empleo-, o no participaron como profesores o investigadores asistentes, que es un primer paso para colocarse en los mercados de trabajo.

Finalmente, el investigador de la IBERO señaló que los mecanismos de rendición de cuentas de Conacyt con las y los becarios son débiles, y no hay un costo real ni incentivos activos para que regresen a México una vez concluido su posgrado.

Entre las propuestas para mejorar el programa de becas de Conacyt, mencionó: involucrarlos desde que están cursando su maestría o doctorado con alumnos/as que estudian el grado inmediato anterior en México, para que publiquen juntos en revistas científicas o participen en sus comités de tesis; buscar profesionalizar el trabajo de mentorías que muchos becarios ya hacen de manera informal; y celebrar de manera periódica congresos de becarios en el extranjero en los que vayan a presentar avances de sus investigaciones, pero que funjan como un espacio para construir redes de becarios Conacyt en el extranjero.

Textoy foto: PEDRO RENDÓN

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