#Opinión. No a las armas nucleares: mensaje desde el Nobel de la Paz
Jue, 31 Oct 2024
Mi mayor reconocimiento a la organización Nihon Hidankyo, que este 2024 fue homenajeada con el Nobel de la Paz. Es la novena ocasión en que el Premio es entregado a personas u organizaciones con tema nuclear, pero es la primera vez que se les da a individuos que sufrieron y sobrevivieron un ataque de esta naturaleza.
Cada vez que se entrega este reconocimiento, debemos notar la dirección hacia la que sopla el viento internacional.
Desgraciadamente, el tema nuclear está otra vez en la Agenda Internacional de manera delicada y peligrosa, con rubros que van desde el desarrollo hasta, peor aún, su utilización.
Por un lado, podemos tener en cuenta la situación entre Rusia y Ucrania, donde se ha contemplado el uso de estas armas, a una menor escala, pero al fin y al cabo armas nucleares, y, por otro la posible transferencia de armamento de este tipo por un tercer país a Ucrania, no necesariamente para uso, sino como disuasión, pero al final, no hay garantías de su no utilización. En este mismo conflicto el presidente Macron de Francia, en discurso, mencionó dichas armas, buscando un paraguas nuclear europeo.
La mención de estas armas no ocurría en décadas. Las armas nucleares eran un secreto a voces y no eran parte de la retórica por el costo político que conlleva, pero en los últimos años, somos testigos de que mandatarios, militares, organizaciones e incluso la sociedad civil han hecho a un lado las autorrestricciones y hablan del uso de armamento como posibilidad, un impresionante retroceso en la concepción de la paz.
En más de una ocasión, el expresidente de Estados Unidos, y de nuevo candidato a la Casa Blanca, Donald Trump, ha mencionado el uso de armas nucleares, tanto en la esfera militar como medida de mitigación a fenómenos naturales, como huracanes, que amenacen a su nación. Su referencia más reciente es la sugerencia a Israel para realizar ataques a instalaciones nucleares de Irán, lo que nos lleva a otro punto de conflicto en el planeta: Medio Oriente, con Israel y su actuar contra diferentes organizaciones, sus acciones en Gaza, Yemen, Líbano y personas relacionadas a Irán, así como los ataques que ha recibido el país desde la acción desatadora de Hamás en octubre de 2023.
En la lucha entre un estado nuclear no oficial, como Israel, con otro estado en consolidación de tal armamento, como Irán, las diferencias pueden acelerar procesos y generar un efecto dominó en la zona y llevar a naciones árabes a tratar de desarrollar a mediano plazo armamento similar.
Por ahora, en la zona, se utilizan misiles balísticos, que pueden transportar ojivas nucleares, por lo que podemos decir que la escalada ha subido y no es un enfrentamiento menor.
A nivel planeta, tanto Estados Unidos como Rusia se están quedando sin tratados, ya sea poque no se firman los siguientes convenios, o no desmantelaron lo que debieron, o sus acciones de desarrollo de nuevas tecnologías no son sujetos de regulación; estamos presenciando un escenario parecido al de los años 50 y 60, y del siglo XX.
Otra región del mundo que está tensa y en creciente escalada es Asia-Pacífico. China está desarrollando cada vez más y mejores armas nucleares, y este crecimiento está posicionando a la nación en el tercer o segundo lugar con arsenal mundial, y esto es para elevar su seguridad como potencia creciente, y se da en un contexto de diferencias con los Estados Unidos y la búsqueda de un mayor Mar territorial, Zona económica exclusiva, así como el control de las rutas comerciales y el gran punto de diferencia es la soberanía de Taiwán. Otra de las disputas territoriales a mediano plazo sería los que existen con India con quien hay una carrera nuclear; ambas. China e India, están sufriendo un desequilibrio de fuerzas y si India no quiere verse empequeñecido crecería su arsenal, esto a su vez de Pakistán que buscará el equilibrio para con India.
En la misma región de Asia, desde que Corea del Norte dejó el Tratado sobre la No Proliferación (TNP), con sus pruebas nucleares, ha estado mostrando músculo, probando y lanzando misiles que han pasado sobre Corea del Sur y Japón. Recordemos, las alertas que se han activado, esto ha generado que la población de ambos países reclame a sus gobiernos que no solo se debe confiar en la sombrilla nuclear estadounidense y la búsqueda de un escudo propio, algo que en Japón parecía imposible. Se tiene la idea de armarse nuclearmente ante las amenazas en la zona y el mundo de este siglo XXI.
El Nobel de la Paz en sí mismo busca atraer la atención a temas más relevantes en ese momento histórico para este 2024. Nos está diciendo la caída del tabú para con las armas nucleares, que el solo hecho de contemplar la posibilidad del uso y no como la última opción nos indica que como sociedad global hemos retrocedido al siglo XX, a la Guerra Fría; pero a diferencia de esa bipolaridad histórica ahora vivimos en un mundo más inestable debido a la multipolaridad y a una nueva carrera espacial.
La primera ocasión que se otorgó a Japón el Nobel fue en 1974 al ex Primer Ministro Eisaku Sato, que trabajó para que Japón entrara a los tratados de no proliferación nuclear, un gran logro y avance en la época para que no se diera una carrera armamentista y que el único país que sufrió un ataque de ese tipo renunciara al desarrollo y utilización de este armamento.
México, en 1982, logró el Nobel de la Paz con su Excelencia el Embajador Alfonso García Robles y su trabajo de no proliferación, el Tratado de Tlatelolco, que daría el antecedente para la creación de zonas libres de armas nucleares alrededor del orbe. México tiene la experiencia y el prestigio para continuar con tan notable labor, el mundo nos necesita porque desgraciadamente llegamos a ese escenario oscuro y nada deseable que contemplamos como probable a finales de mis estudios universitarios en Relaciones Internacionales en la IBERO, a inicios de este siglo, cuando aún quedaba mucho optimismo y el tema de la amenaza nuclear se estaba erradicando de la Agenda Internacional, pero quienes seguíamos buscando un desame no bajábamos la guardia y alertábamos de este futuro, ahora presente.
Las variables se están configurando para que esto vaya a peor, pero aún es tiempo de actuar, aún debemos seguir en la lucha de “No a las armas nucleares”. Ese es el mensaje del Nobel de la Paz 2024.
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Por: Erasmo Zarazúa, académico del Departamento de Estudios Internacionales de la IBERO
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