#OPINIÓN | Reforma electoral, INE y... ¿la democracia en peligro?

Vie, 28 Oct 2022
La Mtra. Ivonne Acuña señala que hay para quienes cuando la democracia permite la representación de quienes se adueñaron del país y sus recursos sí es considerada democracia, pero cuando defiende y representa a la mayoría de la población, deja de serlo
  • Lorenzo Córdova Vianello, consejero presidente del INE
Por: 
Mtra. Ivonne Acuña Murillo*

Mucho revuelo ha provocado la intención del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, de realizar una reforma electoral que traslade la decisión sobre quienes deberán formar parte del órgano electoral, entiéndase las y los consejeros del Instituto Nacional Electoral  (INE), a la ciudadanía.

¡Democracia en peligro! ha dicho más de una(o), incluyendo a un expresidente de triste memoria, que no caballero de la triste figura como diría Cervantes.

¡Vaya un escándalo! ¿Cómo se le ocurre a este dictador de Macuspana que la ciudadanía podrá con semejante reto? Es acaso que no comprende que aquellos y aquellas que resulten elegidos deberán tener las mayores capacidades técnicas y que el pueblo bueno, su pueblo, no tiene los conocimientos ni las capacidades para hacer una selección de esta envergadura.

Pareciera que volvemos al tiempo en que los gobiernos priistas veían a la sociedad, esa que crearon a la medida de sus necesidades, como menor de edad. Aquella a la que dirigían cada elección presidencial, estatal y municipal para que votara por aquellos personajes elegidos previamente desde la cúpula del poder político.

Peor aún, a los días en que se negó el derecho al voto a las mujeres porque se asumía que no contaban con experiencia política (como la iban a tener si no se les permitía participar), que la gran mayoría no estaba interesada en votar (¿acaso se les preguntó?), que eran conservadoras e iban a ser fácilmente manipuladas por la Iglesia contrarrevolucionaria (como si no pudieran pensar por sí mismas).

La visión no ha cambiado. Desde las élites política y económica representadas por una parte del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN) y, paradójicamente, el Partido de la Revolución Democrática (algún día de izquierda y hoy de derecha o socialdemócrata o algo así) se vocifera, se escupe con arrojo que la democracia está en peligro, que estamos a punto, cosa de un mes dijo de nuevo el exmandatario sin memoria de cuyo nombre no quiero acordarme, de vivir un retroceso sin precedentes.

Pero, yo pregunto: ¿de qué democracia están hablando? ¿de la inaugurada por el abuelo del PRI, el Partido Nacional Revolucionario (PNR), en 1929, nacido para civilizar el acceso al poder de las élites que habían ganado la Revolución de 1910, siguiendo la visión del expresidente Plutarco Elías Calles?; ¿de la fundada por Lázaro Cárdenas en 1939 cuando el exmandatario dividió al partido y a la sociedad en sectores con la intención de crear un sistema de pesos y contrapesos y facilitar el control de la sociedad?; ¿de la consolidada por el PRI en una serie de ocasiones a partir de 1946 cuando se consolidó el control sobre la sociedad?; ¿de la surgida en 1977 cuando se liberalizó y despresurizó el sistema político permitiendo al Partido Comunista de México (fundado en 1919) salir de la clandestinidad y crear una serie de partidos satélite que permitieron disgregar el voto opositor para impedir que el PRI perdiera la hegemonía?

Creo que me voy acercando: ¿de la democracia derivada de las reformas electorales de los años 90 y de los acuerdos políticos que permitieron al PRI mantener unos años más el poder de la presidencia a cambio de pactar con la derecha representada por el PAN, para dar paso a un sistema de partidos que de manera más sofisticada siguiera representando los intereses de las élites política y económica?; ¿de la democracia del fraude electoral de 2006, llevado a cabo con ayuda del entonces Instituto Federal Electoral (IFE), de la elección inequitativa del 2012 o alguna anterior?; O ¿es acaso que estamos hablando de la democracia que operó en 2018 cuando, por primera vez, las grandes mayorías decidieron, a través de 30 millones, 113 mil, 483 votos --el 53.19% de los sufragios--, quien habría de gobernarlos?

Que someter a votación popular la elección de las y los consejeros es politizar la reforma electoral, politizar al INE, politizar el debate, advierten algunos, algunas intelectuales. En este punto, confieso mi extrañeza, pues ¿no se supone que elegir a un nuevo o nueva gobernante es un asunto político? ¿acaso la elección de consejeros y consejeras, por muy técnico que sea el proceso, no es un asunto político? ¿qué el enfrentamiento entre el mismo consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, y del consejero Ciro Murayama con el presidente de la República no es un asunto político? Habrá que avisarle a Aristóteles, el filósofo griego, por supuesto, que hemos dejado de ser zoon politikón (animales políticos).

En mi opinión, la democracia que está en peligro es aquella que por décadas ha representado los intereses económicos y políticos de una élite no nacionalista, sátrapa, saqueadora, extractivista, que no ama a México y mucho menos a su gente. A sus integrantes les aterroriza pensar que los recursos del país dejen de estar a su disposición, les causa dolor de estómago imaginar que las personas de bajos recursos tengan la posibilidad de una vida mejor, “bola de mugrosos que no saben apreciar la vida buena, mejor que sigan como están” se dirán entre ellos. Nosotros, las y los de arriba, ¡sí que podemos!, ¡sí que queremos!, ¡sí que merecemos”, ¡sí que sabemos cómo hacerlo!

Qué la reforma ofrecida por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, sí el presidente, aunque les pese, es perfectible y debe ser analizada, debatida y mejorada, sin duda. Que no debe perderse lo ganado en materia de organización y calificación de elecciones por supuesto. Pero, es un hecho que cuando la democracia permite la defensa y representación de quienes se han adueñado del país y sus recursos sí es considerada democracia, y cuando se acerca, aunque sea tímidamente, a la defensa y representación de la gran mayoría de la población, deja de serlo.

Pregunto de nuevo: ¿Cuál es la democracia que está en peligro?

*La Dra. Ivonne Acuña Murillo es académica del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la IBERO

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