#OPINIÓN | UCRANIA: Un año de afrenta a la conciencia colectiva

Jue, 23 Feb 2023
Un acuerdo negociado se ve distante y las expectativas de un conflicto de larga duración empiezan a dominar el discurso de especialistas, dice Erick Fernández, experto IBERO
Los Estados latinoamericanos han asumido una neutralidad poco empática, acusa el canciller de Ucrania, Dmytro Kuleba
Por: 
Erick Fernández Saldaña*

A pocas horas que se cumpla un año de la intervención de Rusia en Ucrania, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, señaló ante la Asamblea General de esta organización que “esta invasión es una afrenta a nuestra conciencia colectiva” y sin duda lo es.

365 días han transcurrido de la sorpresa inicial de los ataques y la reacción de condena de distintos sectores y gobiernos del mundo ante la intervención rusa, de la aparente “normalización” de las acciones militares que se acumulan como una ecuación de fondos de apoyo occidentales para la compra de armas y municiones frente a las escaramuzas de batallas en distintas regiones del territorio ucraniano, y del alejamiento de la paz negociada como horizonte inmediato. Por eso, la afrenta que nos interpela es pensar en las víctimas, los desplazados, la verdadera crisis humanitaria que el conflicto bélico supone.

Más allá de la visita en la semana pasada a Kyiv del presidente estadounidense, Joe Biden, donde planteó la solidaridad y el compromiso de su gobierno con los esfuerzos de la resistencia ucraniana traducida en millones de dólares, cooperación estratégica definida en términos de equipo y armamento, el escenario de un posible arreglo negociado se ve distante en el corto y mediano plazo, por lo que las expectativas de un conflicto de larga duración empiezan a dominar el discurso de especialistas, líderes políticos y estrategas militares en buena parte del orbe.

La reacción a la presencia de Biden en la capital ucraniana no se hizo esperar por Vladimir Putin, quien en un esperado discurso dirigido al pueblo ruso -pero cuyo destinatario final preparaba sus maletas para regresar a Washington- anunció el retiro de Rusia del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas o nuevo START por sus siglas en inglés. Decisión que aumentó rápidamente el nivel discursivo de confrontación entre los actores tradicionales de la Guerra Fría.

Biden -en su viaje de regreso a Estados Unidos- realizó una escala en Varsovia, donde reafirmó el compromiso de la OTAN con el pueblo y gobierno de Ucrania frente a las decisiones de Moscú, sin precisar los alcances de esta posición, que aleja aún más la posibilidad de incorporar al Estado ucraniano a esta organización militar europea, como ha sido interés del presidente Volodymyr Zelensky desde el inicio del conflicto.

¿Y nuestra región latinoamericana qué papel tiene en la intervención de Ucrania? Una respuesta directa remite no solo a la distancia geográfica y progresivamente al desinterés en el conflicto.

En una reciente entrevista donde periodistas de esta parte del mundo pudimos encontrarnos con el canciller ucraniano, Dmytro Kuleba, el pasado 15 de febrero, señalaba que los Estados de nuestra región asumen posiciones desde la condena a la intervención, pasando por un concepto respetable pero poco empático de neutralidad o incluso no haciendo nada, lo que lamenta mucho.

Señalaba el ministro Kuleba que “Si un país no condena directamente la invasión rusa como un acto de agresión, toma el lado incorrecto de la historia”. Y en esa línea argumentativa buscará realizar una labor de convencimiento con los líderes de nuestro hemisferio insistiendo que “su apoyo es necesario para evitar la destrucción de Ucrania como nación”.

Después de este encuentro, Kuleba emprendió una gira por Alemania para buscar apoyos de diversos gobiernos europeos y ayer miércoles 22 de febrero asistió a la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York donde sentenció: "Nunca en la historia reciente la línea entre el bien y el mal ha estado tan clara. Un país quiere simplemente sobrevivir. El otro quiere matar y destruir".

Así, estas horas previas al aniversario de la intervención militar de Rusia a Ucrania, apuntan a una nueva resolución de la ONU de condena; los medios de comunicación tienen su mira puesta en la efeméride; actos de solidaridad en todas las coordenadas del mundo, pero la búsqueda por resolver la afrenta colectiva que nos recuerda el secretario general de la ONU debe estar más allá de la fecha y nos remite recordar a las víctimas en el eje de la reflexión antes que el lenguaje del terror armamentista como solución de la guerra.

*Erick Fernández Saldaña es Internacionalista y Corresponsal, Encargado del área de periodismo de la Licenciatura en Comunicación de nuestra Ibero, e Investigador de ORBICOM-Cátedra UNESCO Comunicación y Sociedad-Ibero

Link de interés:

 

Las opiniones y puntos de vista vertidos en este comunicado son de exclusiva responsabilidad de quienes los emiten
y no representan necesariamente el pensamiento ni la línea editorial de la Universidad Iberoamericana.

Para mayor información sobre este comunicado llamar a los teléfonos: (55) 59 50 40 00, Ext. 7594, 7759
Comunicación Institucional de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Prol. Paseo de la Reforma 880, edificio F, 1er piso, Col. Lomas de Santa Fe, C.P. 01219