Durante la Asamblea 2025 de la Asociación Internacional de Universidades Jesuitas (IAJU), celebrada en Bogotá, el P. Arturo Sosa, S.J., Superior General de la Compañía de Jesús, ofreció un contundente discurso: “La universidad jesuita: testimonio de esperanza, presencia creativa y dialogante”.
Ahí exhortó a las universidades jesuitas del mundo a enraizarse en su carisma ignaciano y actuar como antídoto frente a un contexto de miedo, polarización política y devastación ecológica.

“Quien tiene esperanza no sólo cree que otro mundo es posible, sino que se comporta desde ahora como si viviera en él”, afirmó el Padre Sosa.

Contra el miedo, profundidad y diálogo

Sosa trazó una crítica directa a las “cuatro P” que amenazan la democracia global: populismo, polarización, postverdad y proteccionismo. Frente a ellas, insistió en fortalecer el discernimiento ético e intelectual de las universidades, enraizado en la espiritualidad ignaciana.
“Necesitamos afinar el olfato político”, dijo, apelando a la parábola evangélica de la cizaña. Señaló que la universidad ignaciana está llamada a ser semilla de esperanza y discernimiento, incluso en un tiempo donde reina la incertidumbre.

Universidades como faros de transformación

El discurso también abordó la crisis climática como la amenaza más urgente del presente. Sosa convocó a integrar el cuidado de la Casa Común en todos los niveles universitarios —currículum, operaciones, comunidad y formación estudiantil— y a formar “ciudadanos ecológicos” capaces de responder con ética y responsabilidad. Además, alertó sobre los riesgos de una inteligencia artificial sin rumbo moral y llamó a formar profesionales que prioricen la dignidad humana: 

"Desde nuestra identidad, tenemos la responsabilidad de contribuir a una visión ética, humanista y espiritual del futuro digital, o sea, espacios en las que se dialoga críticamente con los avances tecnológicos priorizando la dignidad humana, la justicia y búsqueda del bien común. Esto implica fomentar una alfabetización digital crítica, cultivar una ética del cuidado y la responsabilidad en el diseño y uso de tecnologías, y formar profesionales conscientes de las consecuencias humanas y sociales de su trabajo".

Sosa subrayó que las universidades jesuitas deben cultivar una “presencia creativa” y formar parte de una “solidaridad apostólica” que trascienda fronteras, ideologías o credos. En un mundo marcado por la secularización, dijo, la universidad puede seguir siendo fuente de sentido y transformación social si se arraiga en el legado ignaciano.

Texto: Prensa IBERO / Fotos: IAJU

Notas relacionadas:

• Rector de la IBERO Llama desde Bogotá a una Acción Universitaria Global por la Democracia
• Asamblea de la Asociación Internacional de Universidades Jesuitas, por primera vez en AL
• Líderes de Universidades Jesuitas de Todo el Mundo Analizarán Desafíos Globales en la Javeriana de Bogotá