Reducir la hiperconcentración de fuentes de empleo en ciertos lugares de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), como Polanco e Insurgentes, permitiría reducir la movilidad urbana, disminuir el problema de tránsito vial y tener un menor gasto energético (gasolina), dijo el doctor Alberto Montejano Escamilla, arquitecto egresado de la Universidad Iberoamericana y especialista en sistemas de información geográfica aplicados a estudios urbanos.

De las 76 demarcaciones que conforman la ZMVM (16 delegaciones, 59 municipios mexiquenses y uno de Hidalgo), el Distrito Federal concentra el 70 por ciento de los trabajos de esta megalópolis, la décima del mundo, donde sus 20.1 millones de habitantes realizan 22 millones de viajes diarios, 14.8 millones de ellos en transporte publico y 6.8 millones en privado.

Pero mientras las zonas del centro como la Delegación Cuauhtémoc tienen diversidad de uso de suelo -empleo, comercio, vivienda-, las periféricas como Otumba, Estado de México, son monofuncionales (habitacionales), llamadas ciudades dormitorio porque al no estar conectadas con centros de empleo quienes ahí viven deben desplazarse diariamente a las primeras para ir a trabajar.

Por tal motivo Montejano considera que deben desarrollarse varias centralidades urbanas (policentrismo), entendidas éstas como puntos clave de producción y consumo donde se realizan las actividades humanas más intensas, al ser lugares con una alta densidad de bienes y edificios (de oficinas) y con la capacidad de atraer a la población por las actividades que ahí se realizan, entre otras las laborales.

En su ponencia dictada en la Ibero, Técnicas de análisis espacial para la detección de centralidades urbanas.

El caso de la zona metropolitana del Valle de México, abundó que ese policentrismo sería una solución a los problemas de tránsito vehicular en la ZMVM, al funcionar las centralidades urbanas como espacios de autocontención, por ser zonas que cuentan con sus propias fuentes de empleo.

Ciertamente no se puede obligar a la gente a trabajar en un lugar determinado, pero sí se puede aumentar la probabilidad de que las personas encuentren empleo cerca de donde viven promoviendo el policentrismo y una adecuada mezcla de usos de suelo, que redundaría en una disminución de la movilidad vial en la urbe.

En todos los grandes conjuntos de casas de interés que durante diez años se desarrollaron ampliamente en todo el arco nororiente podrían crearse las centralidades urbanas, mediante reducciones del precio del suelo y políticas fiscales que incentiven a las empresas a irse para allá, lo que descentralizaría el empleo y lo localizaría cerca de donde se construyeron esas viviendas masivas. Mas como lo natural es mandar gradualmente a la periferia a las empresas, primero hay que avocarse a otras zonas, como Coyoacán, donde debe haber un cambio de uso de suelo para permitir que las empresas se asienten, y evitar a varios habitantes de esta delegación desplazarse hasta el otro lado de la ciudad para ir trabajar.

Finalmente el doctor en urbanismo precisó que el desarrollo de las centralidades urbanas debe estar ligado al transporte público interconectado, por lo que indiscutiblemente cada centralidad urbana debería estar alrededor de una salida del Metro.

La ponencia de Montejano Escamilla formó parte del ciclo de conferencias Retos y oportunidades de la urbanización, organizado por la Maestría en Proyectos para el Desarrollo Urbano de la Universidad Iberoamericana; posgrado que podrán conocer a profundidad quienes acudan este miércoles 12 de marzo, a partir de las 16:00 horas, a Expo Posgrados Ibero 2014, a celebrarse en el campus de esta institución educativa.

PRL