En este 2023, en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México nos llena de orgullo celebrar 80 años de una trayectoria de liderazgo educativo humanista y con un enorme compromiso social, lo que nos caracteriza desde aquel 7 de marzo de 1943, cuando la Compañía de Jesús fundó el entonces Centro Cultural Universitario (CCU).

El CCU surgió en una época difícil: en el plano internacional el mundo vivía en plena Segunda Guerra; en México todavía se sentían las heridas del conflicto religioso. Arrancamos con una Escuela de Filosofía y Letras incorporada a la UNAM que impartía la carrera de Filosofía y tenía una matrícula de siete profesores y 13 estudiantes.

Nuestro primer Rector oficial fue el Lic. Gabriel García Rojas, y nuestro primer Rector interno, el Lic. Enrique Torroella, S. J. Dos años más tarde se fundó también la Escuela de Ciencias Químicas Berzelius, que impartía las carreras de Química, Farmacobiología e Ingeniería Química.

En 1953 el CCU pasó a denominarse Universidad Iberoamericana, tal como la conocemos ahora, y se dio a conocer un primer escudo, así como nuestro lema actual, “Veritas Liberabit Vos” (La verdad nos hará libres). En 1956 se creó el Patronato Fomento de Investigación y Cultura Superior Asociación Civil (FICSAC), que actualmente funge como propietario legal de los bienes de la Universidad, y tiene la responsabilidad de apoyar económicamente su desarrollo.

Mismo espíritu, diferentes sedes

En un inicio, nuestras dos primeras escuelas compartían sede en Avenida Hidalgo 120, hasta que la de Ciencias Químicas Berzelius la abandonó y se mudó a la Avenida Insurgentes Sur en 1951, luego de tres años de itinerancia. Por otro lado, las carreras de Historia del Arte y Arquitectura tuvieron su sede en la Antigua Hacienda de San Ángel Inn, hoy Restaurante San Ángel Inn.

En 1957, la sede principal de la ya denominada Universidad Iberoamericana se trasladó a la Casa de Ejercicios Espirituales de la Compañía de Jesús, en Zaragoza 84, con algunas dependencias compartiendo instalaciones con el Colegio Franco-Español.

En 1962 se inauguraron las primeras instalaciones construidas expresamente para la IBERO, en Cerro de las Torres 395, en la colonia Campestre Churubusco, donde se concentraban por primera vez todas las carreras. Gran parte de este campus sufrió severos daños debido a un sismo de magnitud 7.6 el 14 de marzo de 1979, aunque afortunadamente no hubo lesionados. El incidente tuvo lugar a las 5:07 horas, cuando la mayoría del estudiantado se encontraba en casa.

Las clases se reanudaron una semana después en las instalaciones de la ESIME Culhuacán, del IPN. Y a partir del 31 de mayo se reiniciaron las labores en los espacios que no habían sido afectados por el sismo en nuestro campus de Cerro de las Torres, porque “la escuela no son los edificios, somos nosotros”, como demostró la comunidad universitaria.
 

En 1982 arrancó el proyecto de construcción del campus Santa Fe, donde actualmente se asienta nuestra Universidad, e inició clases en 1988. Entre sus múltiples y constantes ampliaciones y crecimiento, el inmueble inauguró en 2001 el Observatorio Astronómico Clavius, por donación de FICSAC.

Consolidación de nuestra excelencia

A lo largo de estas ocho décadas, hemos reforzado nuestros mecanismos institucionales y nos hemos asegurado de que nuestra oferta académica cumpla con los más altos estándares. Así, en 1970 la Universidad Iberoamericana se reorganizó por Departamentos en lugar de Facultades, con un enfoque de formación multidisciplinaria, y en 1974 fue aceptada como miembro de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES).

También en ese año, la SEP nos otorgó el reconocimiento de validez oficial, y en 1981 se ratificó por decreto presidencial el Reconocimiento Oficial de Validez de Estudios de la Universidad en todo el territorio mexicano. Y la IBERO no se detiene, nuestros planes de estudio se evalúan y actualizan constantemente. Actualmente contamos con los planes Manresa de 2021, que refuerzan los valores ignacianos que caracterizan a nuestra Universidad.

El esfuerzo de varias generaciones del cuerpo académico y personal administrativo ha rendido frutos a lo largo de los años, como lo demuestran diversos reconocimientos y metas alcanzadas. Por ejemplo, en 2008 la SEP nos otorgó un reconocimiento debido a que 98% de nuestros estudiantes de licenciatura cursaban ya programas de calidad certificada, y en 2009 recibimos el premio SEP-ANUIES.

Además, actualmente somos la universidad privada con más académicas y académicos por campus y en proporción al número de estudiantes en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Conacyt. Y hace apenas unas semanas la reclutadora de talento global Universum reconoció a nuestra IBERO en cuatro rubros: Empleabilidad, Ambiente Cultural, Reputación y Oferta Institucional Sobresalientes.

Con la investigación como parte de nuestro sello, contamos con institutos dedicados a la educación (INIDE), al desarrollo con equidad (EQUIDE), a la tecnología aplicada (InIAT) y a la sustentabilidad ambiental (Centrus).

Estos 80 años de exitosa trayectoria no solo son motivo de gran orgullo y satisfacción, sino que han forjado una IBERO de vanguardia, solidaria y comprometida, fiel a sus valores ignacianos y con una comunidad lista para conquistar los retos que enfrenta la sociedad actual.

Texto: Yazmín Mendoza