Pasan los siglos y su presencia se mantiene titilando en nuestra fe y nuestros corazones. Es la Estrella de Belén, aquella que guio a los tres Reyes Magos en su búsqueda del Niño, del rey de los judíos, de Jesús.

En una conferencia del Centro Astronómico Clavius de la IBERO, el Padre Antonio Escobedo, especialista en Sagradas Escrituras, habló y explicó lo ocurrido hace más de dos mil años, recurriendo al Evangelio según Mateo, Capítulo 2, primeros 12 versículos, donde aparecen la Estrella, los magos y el Niño.

El texto lo abordó desde la narrativa, en la que impera la imaginación del autor y donde pudiera haber aspectos ilógicos, pero coherentes desde el punto de vista interno de la narración. En ese sentido, los evangelistas como Mateo, no transmiten historias, sino un mensaje kerigmático (un anuncio o prclamación) de la presencia de Dios en el mundo; por lo que habrá datos imprecisos.

Expuesta su metodología, el Padre refirió los primeros dos versículos. 1 Después de nacer Jesús en Belén de Judea, en tiempos del rey Herodes, he aquí, unos magos del oriente llegaron a Jerusalén, diciendo: 2 ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el oriente y hemos venido a adorarle.

Se les denomina magos, porque en el Nuevo Testamento esta palabra se refiere a los poseedores de sabiduría secreta, y que en el primer pasaje probablemente connota a unos astrólogos, es decir, hombres que adquirieron una visión especial de los asuntos del mundo a partir de la observación de planetas y estrellas.

De la Estrella, hay muchas hipótesis. Una dice que estuvo relacionada con la conjunción de Júpiter y Saturno, fenómeno astronómico no excepcional, pero sí inusual. Otra hipótesis, en línea con la anterior, es que esos dos planetas se alinearon en el año 7 o 6 antes de Cristo, en la Constelación de Piscis, y fue lo que hizo brillar a la Estrella. Una más sostiene que pudo haber sido un cometa, y algunos afirman que Halley pasó por el año 12 u 11 A.C. Y la última, menciona que fue una supernova, una estrella en explosión.

4 Entonces, reuniendo a todos los principales sacerdotes y escribas del pueblo, indagó de ellos dónde había de nacer el Cristo.

Al referirse al Niño como el Cristo, (Herodes) está haciendo una interpretación correcta de a quién están buscando los magos y da su identidad precisa: el rey escatológico de los judíos.

8 Y enviándolos a Belén (Herodes a los magos), dijo: Id y buscad con cuidado al Niño; y cuando lo encontréis, avisadme para que yo también vaya y le adore.

9 Y habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí, la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo sobre el lugar donde estaba el Niño.

"La Estrella se les había ocultado y vuelve a aparecer" es una descripción que dificulta su explicación como fenómeno astronómico natural relacionado con la estrella de oriente, porque ninguno es capaz de moverse y detenerse en determinado lugar. Buscar una respuesta coherente es perderse de lo que quiere mostrar Mateo, y no significa que la Biblia cuente mentiras; “la Biblia cuenta historias. El mundo judío prefiere narraciones, más que razonamientos lógicos y bien estructurados”.  

Al proseguir su disertación, el Padre dio lectura al Antiguo Testamento Num 24,17 Oráculo de Balaam (vidente mesopotámico), hijo de Beor, a Balac (rey de Moab):

Lo veo, pero no ahora;

lo contemplo, pero no cerca;

una estrella saldrá de Jacob,

y un cetro se levantará de Israel

que aplastará la frente de Moab

y derrumbará a todos los hijos de Set.

La palabra cetro ayuda a comprender el significado de estrella. Si el cetro se levantará de Israel, se puede suponer con certeza que está hablando de un rey, su portador. Entonces se puede concluir que la estrella también está hablando de un rey y, por tanto, deducir que estrella significa rey.

Si, como experimento, se quitan las palabras estrella y cetro, y se coloca la palabra rey, quedaría:

Un rey saldrá de Jacob,

y un rey se levantará de Israel

Cuando dice saldrá de Jacob, Mateo habla de Jesús, que es el rey máximo, el rey supremo. Así se puede advertir que la Estrella “está hablando del mesianismo y del reinado de Jesús”.

La historia de este versículo “es una poderosa celebración de la certeza del éxito de Israel, su avance triunfal hacia la tierra prometida no puede ser detenido ni obstaculizado... Esta abrumadora confianza en el éxito del buen propósito de Dios persiste en la teología cristiana, la venida del gobierno de Dios al mundo que Él hizo no puede ser impedida ni desviada por intrigas ni por artimañas de reyes y gobernadores”.

10 Cuando vieron la estrella,

Se regocijaron sobremanera con gran alegría.

Los Reyes Magos sienten esa presencia y guía divina de principio a fin, y a punto de ver al Niño, se regocijan de sobremanera con gran alegría. “Es aquí donde encontramos el verdadero sentido de la Estrella; nos lleva a tener un gran gozo, un gozo que no tiene comparación en todo el mundo bíblico”.

Por si fuera poco, la Estrella de oriente sigue teniendo vida, permanece, continúa firme en el lugar donde está Jesús. “La estrella aparece para recordarnos que Dios nunca nos deja solos en nuestra búsqueda, siempre se manifiesta cuando menos lo esperamos y donde menos lo esperamos. La guía divina nos permite concluir nuestra búsqueda y encontrar al Niño”.

11 Y entrando en la casa, (los magos) vieron al Niño con su madre María, y postrándose le adoraron; y abriendo sus tesoros le presentaron obsequios de oro, incienso y mirra.

“Hay que voltear a ver con fe la audacia de estos hombres, para ir a un lugar tan lejano a buscar a alguien de quien no sabían nada, sólo por fe; ¡qué aventura ir a buscar a alguien en estas condiciones! ¿Estamos listos nosotros para hacer esta aventura?, ¿qué llevamos nosotros en la valija para darle a Jesús?”

Los magos encontraron su tesoro escondido, el tesoro del Reino de los Cielos; los magos están alegres por haber encontrado al Niño, al rey de los judíos; los magos están alegres por ser testigos de este rey que acaba de nacer.

“Hoy podríamos preguntarnos si somos capaces de reconocer en los planes de Dios la inmensa alegría de encontrarnos con Jesús, la inmensa alegría de haber trabajado por un sueño y que al final todo haya valido la pena, la inmensa alegría de haberlo apostado todo y de haber recibido más, la inmensa alegría de ser parte de esta historia de la salvación. Esta es la consecuencia de haber vivido la fe, la confianza total en Dios, en su Estrella”.

PEDRO RENDÓN

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