Universidad, actor decisivo para el futuro de las sociedades: Rector

Mar, 1 Sep 2020
El Mtro. David Fernández Dávalos glosa algunas ideas contenidas en su libro ‘En Voz Alta. Propuestas para una universidad comprometida con su tiempo’, recientemente presentado
  • Mtro. David Fernández Dávalos, S.J., Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
  • Portada del libro 'En voz alta', escrito por el Padre David Fernández, S.J.

A la universidad, como institución atravesada por múltiples agendas y proyectos frente a los que debe discernir, no le es posible decir que está por encima del conflicto social, las ofertas políticas o los proyectos económicos, y debe optar por respaldar, cuestionar o modificar el statu quo; por lo que entonces, la universidad se constituye en un actor decisivo para el futuro de las sociedades y de las personas, consideró el Mtro. David Fernández Dávalos, S.J., Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Al glosar algunas de las ideas contenidas de manera transversal en su libro ‘En Voz Alta. Propuestas para una universidad comprometida con su tiempo’, el Maestro mencionó, en la presentación de su texto, que durante su Rectorado la opción desde la cual tomó posición la IBERO fue la ‘agenda de la Compañía de Jesús’, no la de David Fernández, y que él actuó en la Universidad como un jesuita que tiene una misión y que “está cumpliendo con esa misión como con un deber sagrado; de ahí la radicalidad”.

Explicó que, en los últimos 40 años, ‘Fe y Justicia’ es la agenda de la Compañía de Jesús, es decir, construir e impulsar decididamente la justicia, porque sin eso, la fe no es creíble. “Yo no puedo proclamar a un Dios misericordioso, solidario, que escucha el clamor de su pueblo, si no hace nada frente a la situación de ruptura, de desorden social, de depredación de la naturaleza que estamos viviendo…Y la única manera que tiene Dios de actuar, somos nosotras y nosotros; nosotras y nosotros somos las manos, las piernas, los ojos de Dios”.

Por eso, la fe sin obras no sirve absolutamente para nada. Y no puede ser justicia la que no incorpora la dimensión trascendente del ser humano, que no revela que lo que existe no es todo lo que hay, que lo que se ve no es todo lo que existe, “sino que hay mejores posibilidades y que el mundo puede ser distinto y mejor, porque Dios mismo está presente acá, involucrado con la realidad”.

Reconciliación

El Rector abundó que Fe y Justicia es la opción de la Compañía de Jesús, como actualización del carisma de San Ignacio de Loyola, y que ahora se ha formulado también como misión de reconciliación en un triple nivel.

1. Reconciliación con de los demás seres humanos en una sociedad confrontada. El deterioro social de la convivencia en México, que se ve en las redes sociales, en el plano político, en las familias, preocupa enormemente al Rector y, “esto llama a la acción de acercamiento, de diálogo, de reconciliación, y en eso tenemos que trabajar”.

2. Reconciliación con la naturaleza. La relación que han establecido los seres humanos con la naturaleza es una de explotación, de aprovechar sus recursos; no una de cuidado, de preservación, de gozo común de los bienes de todos y todas.

3. Reconciliación con Dios. Ésta no puede darse si no se dan las dos anteriores, porque la voluntad de Dios es que el ser humano viva; decía San Irineo. “Si no hacemos que los seres humanos vivamos, entonces no puede haber reconciliación con la voluntad de Dios y con Dios mismo”.

Prioridades

Posteriormente, el Mtro. Fernández mencionó que el Padre Arturo Sosa Abascal S.J., Prepósito General de la Compañía de Jesús, tradujo después la ‘agenda de la Compañía de Jesús’ en cuatro prioridades, las llamadas ‘Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús 2019-202’.

1. Mostrar el camino hacia Dios mediante los Ejercicios Espirituales y el discernimiento. Los ejercicios, que son la identidad de la espiritualidad ignaciana, deben estar presentes vivamente en la IBERO, pero no como un discurso, sino transformando a las personas.

2. Caminar junto a los pobres, los descartados del mundo, los vulnerados en su dignidad en una misión de reconciliación y justicia. Es la opción por los grupos vulnerables y excluidos, por los pobres, por las mujeres, por los diferentes.

3. Acompañar a los jóvenes en la creación de un futuro esperanzador. A los jóvenes, “probablemente el bien más preciado de nuestra Universidad”, hay que hacerles descubrir el sentido de sus vidas, de su vocación, “y su vocación más profunda como voluntad de Dios presente en ellos, independientemente de cómo formulen su credo”. Hay que contagiarles de esperanza, de la idea de que puede existir un mundo mejor después de la pandemia, a pesar de la pandemia, “después de estos seres humanos y a pesar de estos seres humanos que somos nosotros”.

4. Colaborar en el cuidado de la Casa Común. Del tema de la ecología, central para el Pontificado actual, la Compañía de Jesús ha emitido documentos fundamentales, como: ‘Vivimos en un mundo roto’ y ‘Qué hacer frente a un mundo roto’. Además, “las nuevas generaciones no nos pueden perdonar si nosotros pasamos de largo frente al desastre que hemos creado en el mundo de hoy”.

Luego entonces, la IBERO, como obra apostólica de la Compañía de Jesús, ha de asumir estas prioridades en todas sus funciones sustantivas: en la docencia, en la investigación, en la vinculación, en la innovación y en la incidencia. Y hacerlo transversalmente, como responsabilidad de todos y todas, no de un organismo creado exprofeso para hacer tal o cual cosa, pues el organismo “existe para que todos hagamos lo mismo, para que todos realicemos esta Misión”.

Tener una misión significa también no dejarse arrastrar nada más por la inercia de los mercados educativos, por los rankings o por las acreditaciones, que indudablemente se deben incorporar, pero no como si fueran la clave de la tarea universitaria.

Por otra parte, el Padre David Fernández ve algunas amenazas entre las cuales la universidad tiene que navegar (mismas que aborda en su libro ‘En voz alta’).

1. Las inercias y automatismos del mercado. Es la competencia en el sector educativo, que se refleja en los rankings, acreditaciones, certificados y evaluaciones externas que, al garantizar la calidad académica, no se pueden pasar por alto, porque son exigencias a las que hay que responder.

Lo que toca empujar, porque no lo garantizan los automatismos, es la Misión que tiene la IBERO, que es su particularidad y su diferencia. “Eso no nos va a empujar nadie a que lo cumplamos, tiene que ser una tarea de los que estamos acá adentro”.

2. El academicismo ahistórico. De muchos académicos que pasan de largo frente a la realidad, “que tiene que ser la fuente y el destino de nuestro saber, porque en la realidad se revela Dios”. Este academicismo condena a la irrelevancia a la universidad, al no ofrecer nada a las generaciones de hoy frente a la realidad y sus problemáticas.

3. El compromiso con el poder económico y político. En esto, el Mtro. David Fernández es, “un poco platónico”; al referirse que cuando Platón postulaba el gobierno de los filósofos, estaba buscando que no hubiera condicionamiento del poder económico y político, sino libertad para pensar, con reflexiones hondas, rigurosas.

4. El pragmatismo. El simplemente responder a la realidad en el corto plazo. “Aquí reconozco un viejo adagio, que dice: no hay nada más práctico que una buena teoría”. Y efectivamente, no se puede entender y emprender una práctica adecuada si no se tiene una teoría y una reflexión, rigurosa, honda y con exigencia. “Si lo que pretendemos es enmendar al mundo, cuánto más rigor y exigencia tenemos que tener que aquellos que sólo se dedican a que siga caminando a sus libres fuerzas”.

No obstante, lo anterior, el Rector compartió que su reflexión siempre es esperanzada, “porque sé que la Universidad puede ser primicia de lo que queremos, de la sociedad que postulamos, es decir, empezar a vivir el respeto exquisito por los derechos humanos y las personas, la inclusión sin condición, la relación fraterna independientemente de la posición en el organigrama de cada cual, el acceso igualitario a los recursos, cosas así”.

Sabe que se pueden atemperar las resistencias al cambio, tumbar los miedos presentes frente a cambios que favorecen a los sectores populares, que se pueden sumar aliados a estas causas y a la fe y la justicia, que se puede legitimar a movimientos sociales -al darles consistencia teórica, credibilidad y racionalidad- y se puede hacer crecer y distribuir la riqueza. “Todas estas cosas están al alcance de nuestra mano, sin tener que esperar a que haya un cambio espectacular”.

En voz alta

Sobre el título de su libro, que fue presentado en la Sala del Senado de la Rectoría de la IBERO (bajo las medidas sanitarias pertinentes), el Mtro. David Fernández Dávalos dijo que es ‘En voz alta’, porque es lo que dijo y porque contiene discursos que dio en voz alta. Pero también significa que cuando uno comenta, estoy pensando en voz alta, quiere decir que es un pensamiento provisional, rápido, urgido por las circunstancias y que puede cambiar, porque no está escrito en piedra.

Con esto quiso decir que, “a lo mejor cambio de opinión, o estas letras dejan de ser relevantes en el corto plazo y hay que dejarlas, y lo que venga es mejor, lo que venga y se construya es mejor.”. Y más allá de su persona, que es “lo absolutamente secundario”, destacó que, “lo importante es la Universidad, es la propuesta social y es la propuesta universitaria”.

A quienes presentaron su libro, agradeció los elogios a su persona, que lo hicieron sentir honrado e indigno, porque “soy apenas un dedo que apunta al Sol. Lo importante es el Sol, no es el dedo”. Reiteró que él estuvo cumpliendo con un deber sagrado y, dijo, como Pablo de Tarso lo hizo, en mi vida encontré un tesoro, un tesoro en un campo, frente a eso entendí que nada más valía la pena, que el único absoluto es Dios y la fraternidad.

Así, lo que encontró, o le fue dado a entender y encontrar, está contenido en su Credo. “Eso es lo que encontré, lo que me fue dicho al oído, es lo que ahora he dicho en voz alta”.

También agradeció al Mtro. Pedro Padierna Bartning y a la Lic. Dina Mejía Rodríguez, Presidente y Directora de Fomento de Investigación y Cultura Superior A.C (FICSAC), patronato económico y de desarrollo de la IBERO, por haber tomado la iniciativa de publicar el libro. Asimismo, agradeció a Don Valentín Díez Morodo, Presidente de la Asamblea General de Asociados de Universidad Iberoamericana, Asociación Civil (UIAC), por su acompañamiento a lo largo de sus seis años de Rectorado.

A su equipo de Rectoría le externó su aprecio por acudir a la actividad en donde se dio a conocer su libro; al Dr. Saúl Cuautle Quechol, S.J., quien le sucederá en el Rectorado, le agradeció por asistir a la presentación; y también hizo un agradecimiento muy especial a la Biblioteca Francisco Xavier Clavigero, y al Mtro. Luis Inclán Cienfuegos, coordinador de Acervos Históricos, por hacer “un maravilloso trabajo de edición y de ordenamiento. Hicieron la labor para situar los distintos momentos de la vida estos últimos seis años”.

Texto: PEDRO RENDÓN

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