Guadalajara. En la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2025, Rectores del Sistema Universitario Jesuita (SUJ) coincidieron en que la salud mental debe convertirse en un eje estratégico dentro de las universidades.

El Dr. Luis Arriaga Valenzuela, S. J., Rector de la IBERO Ciudad de México, abrió la mesa recordando que “hemos pasado de una vaga idea de malestar en la cultura a una realidad tangible en nuestras instituciones”. Describió el momento actual con claridad: “Ansiedad, desmotivación, fatiga emocional y miedo al futuro”, síntomas que afectan a estudiantes, docentes y personal administrativo.

El Rector recordó que nuestra casa de estudios ha impulsado acciones concretas para responder al creciente desgaste emocional de su comunidad. Abundó sobre el modelo de acompañamiento integral que articula áreas de salud física y mental, cultura, deporte, espiritualidad, nutrición y orientación académica.

Este esquema, explicó, busca atender de manera coordinada las dimensiones académica, emocional y humana del estudiantado, evitando que la salud mental se trate como un servicio aislado, con el fin de asegurar que el bienestar forme parte estructural de la vida universitaria.

Acompañamiento ignaciano y acciones conjuntas

El Dr. Arriaga subrayó que, desde la tradición jesuita, el principio de ‘cura personalis’ implica reconocer “trayectorias humanas complejas, con cuerpo, historia, contexto y vínculos”.

Propuso tres líneas de acción para el SUJ:

• Crear una red universitaria en salud mental y acompañamiento integral,
• Integrar el bienestar emocional al núcleo formativo,
• Y capacitar al profesorado con habilidades socioemocionales: “Que sepan detectar señales, que no se sientan solos, solas al acompañar”.

El Dr. Alexander Zatyrka, S. J., Rector de la Universidad Jesuita de Guadalajara (ITESO), complementó el diagnóstico señalando que muchas y muchos jóvenes llegan a la universidad sin haber desarrollado procesos básicos de autonomía emocional tras la pandemia. Recordó que el confinamiento coincidió con la adolescencia de esta generación, lo que impidió la diferenciación natural respecto a las figuras parentales. “Llegan a la universidad sin haber tenido ese proceso de diferenciación, de autonomía”, explicó.

Añadió que la crisis sanitaria amplificó el “miedo a morir” y lo transformó en “miedo a la vida”, lo que ha derivado en un aumento de la ideación suicida. Zatyrka sostuvo que el profesorado es clave en la detección temprana de señales de riesgo, pero que la magnitud del problema exige reforzar la capacitación docente y establecer redes de colaboración profesional para canalizar oportunamente a estudiantes que requieran acompañamiento especializado.

El reto de formar profesorado con habilidades socioemocionales

El Dr. Alejandro Guevara Sanginés, Rector de la IBERO Puebla, enfatizó que los equipos docentes requieren mejores herramientas, ya que una gran parte del profesorado trabaja por asignatura y necesita estrategias para la detección temprana de señales de riesgo, además de claridad para derivar casos a equipos especializados. Señaló que la demanda de atención psicológica se ha incrementado de manera notable en los últimos años, pero esto también refleja confianza del estudiantado en los espacios de acompañamiento institucional.

Por su parte, el Mtro. Luis Alfonso González Valencia, Rector de la IBERO León, compartió datos que muestran la magnitud del desafío: “Hablar de salud mental hoy no es una opción ni un tema accesorio. Es una necesidad ética”. Recordó que “uno de cada siete jóvenes entre diez y diecinueve años padece un trastorno mental” y que el suicidio “es la tercera causa de muerte entre personas de 15 a 29 años”, por lo que “no hay futuro universitario sin cuidado de la salud mental”.

Hacia universidades que cuidan

Al cierre, los Rectores coincidieron en que la salud mental es un desafío académico, social y espiritual. González resumió la misión común: “La universidad no solo enseña a pensar el mundo, sino también a habitarlo con mayor humanidad”. Los especialistas llamaron a continuar construyendo instituciones capaces de sostener, acompañar y formar comunidades donde el cuidado mutuo sea parte de la vida diaria.

Fotos: Alberto Hernández Mendoza.

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