10 Estigmas Sobre Nutrición que Conviene Desentrañar

Lun, 31 Mar 2025
¿La proteína animal es mejor que la proteína vegetal? ¿Son los carbohidratos tan malos como se dice? ¿La falta de sueño puede afectar mi peso? Del gluten, ¿mientras más lejos, mejor?..
La Clínica de Nutrición de la IBERO te explica más sobre el consumo de proteínas, carbohidratos, aceites vegetales, gluten, probióticos y otros
  • Foto: Pexels.

En el ámbito de la nutrición, circulan numerosos estigmas y mitos que pueden conducir a prácticas alimenticias inadecuadas. A continuación, la Clínica de Nutrición de la IBERO desmitifica y explica con detallediez de estos estigmas para fomentar una comprensión más equilibrada y saludable de la alimentación:

  1. La proteína animal es mejor que la proteína vegetal: Las proteínas de origen vegetal (leguminosas, semillas oleaginosas, temphe, seitan, heura, etc.) son bajas en grasas saturadas y colesterol, ricas en fibra y antioxidantes, lo que promueve beneficios para la salud. Si las combinas con un cereal (arroz, maíz, avena, etc.), formas una proteína de un valor similar a la de una proteína de origen animal.

  1. Los carbohidratos son malos y los debemos de evitar: Más que evitarlos debemos aprender a incorporarlos en adecuada cantidad y de buena calidad (cereales integrales como tortilla, elote, leguminosas, verduras y frutas). La dieta cetogénica o baja en hidratos de carbono se recomienda en casos puntuales, bajo la supervisión de un profesional de la salud; no está indicada para la mayoría de las personas. 

  1. Los aceites vegetales son malos: El consumo de grasas vegetales, sobrecalentadas o reutilizadas de manera habitual podrían implicar riesgos potenciales a tu salud debido a cambios en la composición química de los aceites. Por lo que los aceites no son malos, sino que debemos de fijarnos en las prácticas que realizamos para preparar o elegir los alimentos que consumimos.

  1. El gluten es malo y debemos de evitar su consumo: Si no tienes enfermedad celíaca y no presentas ningún síntoma de intolerancia al gluten (dolor y distensión abdominal, diarrea, estreñimiento, fatiga, dolor articular) o alguna enfermedad autoinmune, no es necesario llevar una dieta libre de gluten. El evitarlo además de no ser necesario, puede favorecer a una dieta con mayor riesgo de deficiencias nutricias y un mayor gasto económico.

  1. La falta de sueño puede afectar mi peso: Durante el sueño se regulan hormonas de hambre y saciedad, por lo que el desvelarte podría hacerte sentir con más hambre y más cansado, lo que probablemente haga que disminuya tu actividad del día. Como resultado es más probable que consumas alimentos con mayor aporte de azúcar o grasa para disminuir el cansancio, lo cual podría implicar un exceso de las calorías que consumes. Prioriza tu descanso y duérmete temprano, procurando cubrir 7-8 horas de sueño continuo. 

  1. Todos debemos consumir probióticos: Mas allá del consumo de probióticos como suplementos, deberíamos procurar incluir alimentos ricos en fibra (alimento para las bacterias benéficas) y en probióticos como sería el yogurt, kefir (bebida láctea fermentada), pepinillos, kombucha, pan de masa madre, kimchi (col fermentada) y la sopa miso, dentro de nuestra dieta habitual.

  1. Necesitas consumir mucha proteína para ganar masa muscular: Más no es mejor, ya que el consumo de proteína debe de ajustarse a tu programa de entrenamiento y a las metas y características individuales. Las personas que realizan entrenamientos de larga duración y/o intensidad son quienes podrían requerir de un consumo extra de proteína, el cual puede ser cubierto por la dieta. Si consumes proteína en exceso y ésta no es utilizada, el excedente se eliminará a través de la orina y/o se acumulará en forma de grasa corporal.

                                 

  1. Necesitamos realizar diez mil pasos al día: Aunque es una buena estrategia para comenzar a activarnos físicamente, el cuerpo se adaptará a esta actividad por lo que en algún momento será insuficiente para que tengas beneficios a tu salud. La recomendación de ejercicio para la mayoría de los adultos es de 30 minutos al día de ejercicio cardiovascular de moderada intensidad durante al menos 5 días a la semana, el cual puede complementarse con entrenamiento de fuerza muscular de 2 a 3 veces a la semana.

  1. Es mejor entrenar en ayuno: Si bien, entrenar en ayuno es una estrategia que puede ser efectiva para algunas personas, este tipo de prácticas sin supervisión adecuada puede comprometer tu salud. Para la mayoría de las personas, el entrenamiento en ayuno puede ser recomendado siempre y cuando se realice con ligera intensidad. Los riesgos potenciales de entrenar intenso en condiciones de ayuno son: disminución del rendimiento físico, presencia de fatiga, recuperación lenta, en algunos casos se puede presentar pérdida de masa muscular y, en casos más extremos, podría aumentar el riesgo de desmayos.

  1. Necesito suplementarme cuando realizo ejercicio: Antes de considerar consumir algún suplemento, pregunta a un profesional de la salud si presentas deficiencia del nutrimento o si es insuficiente su consumo en tu dieta. Además, es importante que conozcas las dosis recomendadas, que estas sean efectivas y seguras, así como que tengas claro que este producto no te pueda generar un efecto adverso a tu salud o que interactúe con algún medicamento o sustancia que consumas habitualmente.

El Departamento de Salud IBERO, desde su Clínica de Nutrición, propone cuestionar y reevaluar estos estigmas para adoptar hábitos alimenticios basados en información veraz y científica, promoviendo así una salud óptima y un bienestar duradero.

Texto: Clínica de Nutrición de la IBERO / Fotos: Pexels.

Notas relacionadas:

 

Las opiniones y puntos de vista vertidos en este comunicado son de exclusiva responsabilidad de quienes los emiten
y no representan necesariamente el pensamiento ni la línea editorial de la Universidad Iberoamericana.

Para mayor información sobre este comunicado llamar a los teléfonos: (55) 59 50 40 00, Ext. 7594, 7759
Comunicación Institucional de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Prol. Paseo de la Reforma 880, edificio F, 1er piso, Col. Lomas de Santa Fe, C.P. 01219