El hirsutismo, o crecimiento excesivo de vello corporal, asociado al Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP), tiene un impacto significativo en la exclusión social y en la salud mental de las mujeres. Así lo plantea el artículo ‘Barbuda, bigotuda y velluda, pero bonita. Síndrome de Ovario Poliquístico, biopolítica y feminidad normativa’ (Bearded, Mustached, and Hairy, but Looking Pretty. Polycystic Ovary Syndrome, Biopolitics and Normative Femininity), escrito por la Mtra. Claudia Zamudio Lazarín, estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales y Políticas de la IBERO.
Este trabajo de Zamudio Lazarín analiza, desde la biopolítica, cómo este padecimiento afecta a mujeres que no se ajustan a los parámetros tradicionales de belleza, lo que causa cuestionamientos sobre su feminidad. Forma parte de su tesis de maestría y fue supervisado por el doctor Óscar Martínez Martínez, académico-investigador del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la IBERO. 

Además, expone las implicaciones sociales y económicas del SOP, un problema crónico, degenerativo e incurable que afecta a entre el 21 y el 22 por ciento de las mujeres mexicanas, según cifras de la Jefatura de Ginecología Reproductiva del Instituto Nacional de Perinatología (INPer) ‘Isidro Espinosa de los Reyes’.

Uno de los síntomas más visibles es el hirsutismo, el cual suele tratarse como un problema exclusivamente estético, y se ignora su impacto en la salud mental, ya que puede incrementar los casos de depresión y suicidio, especialmente entre mujeres que no cuentan con recursos económicos para atenderlo.

En su análisis, la autora destaca que las mujeres con SOP enfrentan exclusión social debido a expectativas estéticas inalcanzables. “Aunque no son reglas formales ni escritas, los cánones de belleza se nos exigen a todas las mujeres. Se espera que nos ajustemos a estos ideales”, señaló en entrevista. 

También reflexiona sobre cómo la presión por eliminar el vello corporal es una forma de control social. Asimismo, convierte a las mujeres en consumidoras de productos o tratamientos que refuerzan la idea de que hay cuerpos y apariencias que son más valoradas que otras.

Este padecimiento, generalmente, es visto desde las ciencias de la salud; sin embargo, la estudiante de posgrado le ha dado una nueva arista con su enfoque de investigación. En ese sentido, Zamudio Lazarín resaltó la apertura de la IBERO para abordar investigaciones transdisciplinares. “La universidad permite abordar problemas con fronteras disciplinares difusas”.

Impacto del vello corporal en el discurso de la feminidad 

Para este estudio, la maestra Claudia Zamudio Lazarín analizó la experiencia de mujeres con SOP y con características físicas particulares, como vello facial notable, cuerpos de talla grande, caderas estrechas y abdomen abultado. 

Las vivencias de las mujeres mostraron que al dejar de intentar controlar el crecimiento de su vello facial y al presentarse públicamente con barba o bigote, ocasionó cuestionamientos sobre su identidad, así como discusiones polarizadas en torno a su apariencia y sobre los estándares de belleza tradicionales.

El análisis permitió identificar dos momentos clave en las experiencias de las participantes. El primero, una etapa de ocultamiento, caracterizada por el uso de métodos costosos o dolorosos para eliminar el vello y cumplir con las expectativas sociales. 

Y segundo, una etapa de aceptación, en la que optaron por presentarse públicamente sin intentar ajustarse a las normas estéticas tradicionales.

Zamudio utilizó el Análisis del Discurso Multimodal, un enfoque cualitativo que permitió interpretar el lenguaje en combinación con modalidades sensoriales como expresiones faciales, gestos, posturas corporales y otros elementos visuales. 

“Esta técnica integra varios niveles de expresión, ya sea facial, hablada o simbólica, y nos ayuda a comprender cómo las mujeres enfrentan las nociones impuestas sobre belleza y feminidad”, explicó la investigadora.

Además destacó que, aunque dejar crecer el vello facial puede ser un acto de oposición a las normas sociales, esto no exime a las mujeres de ser discriminadas o presionadas para cumplir con roles tradicionales. La investigación también identificó que aunque el vello reduce la percepción de feminidad, las participantes demostraron que podían ser consideradas femeninas por otras características más allá de lo físico, como su valentía y fortaleza para enfrentar las complicaciones causadas por el SOP.

Texto: Dirección de Investigación y Posgrado 

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