Analiza Rector de la IBERO IA y democracia: desafío para la universidad del siglo XXI, en la FIL

Lun, 27 Nov 2023
La disputa por el uso y el desarrollo de la inteligencia artificial se enmarca en una disputa mucho mayor: lo público contra lo privado, sostiene el Dr. Luis Arriaga Valenzuela

Guadalajara Jalisco.  En el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el Dr. Luis Arriaga Valenzuela, S.J. Rector de la Ibero CDMX ofreció una charla sobre “Inteligencia artificial y democracia: un desafío para la universidad del siglo XXI

La ponencia giró en torno a dos aspectos: los retos que enfrentan las democracias del mundo en su interacción con la inteligencia artificial y la manera en la que las universidades pueden contribuir a iluminar esta problemática.

Para el Rector de la Ibero, los recientes avances en materia de inteligencia artificial abren la puerta al desarrollo de conflictos nunca vistos, especialmente porque las tecnologías emergentes tienen la capacidad de darle demasiado poder a quienes hoy las administran y esto provoca desequilibrios de poder.

 

Ante la creciente polarización y los conflictos, el Rector plantea una pregunta fundamental: ¿Qué tan seguido revisamos el origen de la información que recibimos y compartimos en redes sociales? Y responde que, a su parecer, no lo hacemos muy seguido, el like y el retuit, según Arriaga Valenzuela son dos operaciones que parecen esquivar el ejercicio crítico.

 

Ante toneladas de información ¿quién tiene tiempo de discernir? se pregunta Luis Arriaga y afirma que esto se vuelve aún más problemático con la inteligencia artificial porque aumenta la posibilidad de recibir información falsa con características que la hacen parecer más realista.

El Rector de la Ibero advierte que es necesario prestar atención a los efectos de estas distorsiones en las próximas elecciones federales.  Los algoritmos que usan las redes sociales tienden a mostrarnos información compatible con nuestros puntos de vista y esto confirma nuestros prejuicios, lo que provoca una incapacidad para dialogar con quienes ven, piensan y sienten de manera distinta.

De esta forma, ante la avalancha del desarrollo tecnológico, Luis Arriaga recomienda conservar y cultivar la conciencia y el pensamiento crítico, sugiere también dialogar con similares y contrarios. Y aquí es en donde las universidades juegan un papel central, ya que tienen la posibilidad de educar a las nuevas generaciones en el ejercicio de habilidades críticas, pero también en el diálogo como única forma de solucionar conflictos y construir mejores sociedades.

Por otra parte, en el contexto internacional el Rector también advierte riesgos, las potencias económicas y políticas que logren mayores avances en el desarrollo de la inteligencia artificial obtendrán ventajas en las dinámicas de poder y podrán someter a aquellos países que no hayan logrado insertarse en esta nueva ola tecnológica.

Además de este riesgo que ya empieza a concretarse, Arriaga apunta hacia otra arista también preocupante: el empoderamiento de agentes privados que, al invertir en el desarrollo de la inteligencia artificial buscan ampliar su poder más allá de lo económico con el potencial de influir incluso en los grandes conflictos internacionales, como es el caso de Elon Musk y la guerra en Ucrania.

Ante estos escenarios el Dr. Arriaga lanza las siguientes preguntas: ¿Qué le depara todo esto a las democracias contemporáneas? y ¿qué responsabilidad y margen de acción tenemos quienes nos consideramos ciudadanos democráticos?  

Al respecto, nos ofrece tres propuestas:

La primera, no ser indiferentes ante los cambios tecnológicos, es preciso entender que las nuevas tecnologías no son dispositivos neutros, sino que deben ser analizados dentro del sistema en que se producen.

La segunda, los ciudadanos tienen la obligación de mantenerse involucrados en la discusión sobre el uso de la inteligencia artificial.  Saber discernir entre la información que reciben, ser críticos y no dogmatizar, sino dar cabida al debate en el espacio público.

Y finalmente, pugnar por un rescate democrático de las tecnologías hegemónicas.   Es decir, pensar a la inteligencia artificial como una nueva esfera del dominio público, una esfera que no puede ser sometida a los intereses de grandes conglomerados.

“En el fondo, la disputa por la inteligencia artificial —por su uso y su desarrollo— se enmarca en una disputa mucho mayor: lo público (o común) contra lo privado, en el marco de la ciudadanía global del siglo XXI” concluyó el Rector de la Universidad Iberoamericana.

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