Aportarle cada uno, cada una, a la vida y a los demás, especialmente a quienes más lo necesitan, para hacer distinto este mundo y vivir mejor, es la gran misión que se tiene, consideró el Doctor Saúl Cuautle Quechol, S. J., Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, durante la clausura de las actividades académicas del diplomado Teología y Magisterio latinoamericano: aportes al Pensamiento Social Cristiano.

En la ceremonia virtual realizada por la culminación de clases de este programa, significativo para la vinculación entre el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (IMDOSOC) y la IBERO (a través de su Dirección de Educación Continua), el Rector invitó a las y los egresados del diplomado a que vean en esta Universidad una posibilidad para seguir ahondando en aquellos conocimientos que son importantes para formarse de la mejor manera, pero, sobre todo, para servir mejor.

“Esa es nuestra gran misión; de qué manera podemos servir mejor a esta sociedad que necesita tantas y tantas ideas nuevas, personas con mente abierta, con una capacidad de saber qué significa eso de aportar… cómo voy a aportar, qué tengo que aportar, qué de lo que aporto verdaderamente transforma”.

Por ello, pidió al estudiantado tener la capacidad de llevar esos aportes a sus lugares, pues en esta gran misión que se tiene se necesitan líderes, misioneros, personas que piensen y vivan en grande el Evangelio, el pensamiento de tantas y tantos que a lo largo de los años han dejado su huella enmarcada en el modo como se hacen presentes los valores, la buena noticia y el Dios del amor.

A las y los representantes del IMDOSOC, el Rector les agradeció por la participación del Instituto en este diplomado, y les aseguró que la IBERO será siempre un lugar donde podrán hacer brillar las ideas que tienen y, sobre todo, donde puedan brotar, para ayudar a hacer una mejor sociedad.

Un mirada renovada a partir del Evangelio

La Mtra. Lucila Servitje Montull, coordinadora de la Comisión de Vigilancia del IMDOSOC, dijo a quienes concluyeron el diplomado que el magisterio latinoamericano les necesita, porque la función del pensamiento social cristiano es prolongar el trabajo del magisterio y preparar éste a través de cristianos comprometidos en la práctica.

Esto es de particular importancia en Latinoamérica, a la que tradicionalmente se ha considerado un complejo de problemáticas sociales, económicas y políticas. Pero ciertamente, América Latina ha tenido el valor de pensar sus propias palabras, de pensar su propia postura frente a la historia que le está tocando vivir. Por eso la teología latinoamericana, apoyada por todo el trabajo que inició y que ha fomentado el magisterio latinoamericano, ha animado particularmente a Latinoamérica a pensar en ello, abundó.

“Las graves crisis económicas, políticas y sociales de Latinoamérica no van a cesar si nosotros no tenemos claro que la responsabilidad de cada uno tiene que despertarse, tiene que salir del letargo en el que mucho de este sistema económico y social la ha sumergido, y esa es una de las tareas más importantes del pensamiento social cristiano”.

A las y los graduados les comentó que seguramente apreciaron que el magisterio latinoamericano no es un listado de conocimientos preconcebidos e inmutables, sino que exige una respuesta desde una mirada siempre renovada, a partir del Evangelio, donde la historia latinoamericana va haciendo sus constantes cambios.

“Deseamos entonces que el recorrido de este diplomado haya logrado de verdad desafiarles y entusiasmarles, personal y comunitariamente, para volver la mirada a los signos de los tiempos, y juzgar y actuar siguiendo las pausas del compromiso y de la esperanza que marcaron la madurez y la voz propia de la Iglesia latinoamericana”. Y también que, de esta manera, se renueve el deseo del Papa Francisco, “que es hijo precisamente de este magisterio”, quien quiere una Iglesia para las y los pobres.

Sembrar un nuevo horizonte

La Hermana Diana Cruz Torres, misionera del Perpetuo Socorro y alumna destacada, mencionó que el diplomado favoreció en el estudiantado su comprensión del ser y hacer de la Iglesia en América Latina, específicamente de la Iglesia en México, y reflexionar “nuestras realidades” a partir de la luz del Evangelio. En tanto que el tener un primer encuentro con los padres y teólogos de la Iglesia latinoamericana, conocer su encuentro y experiencia de Dios entre los más pobres, su conversión y compromiso, “nos impulsan a creer que otro modo de ser Iglesia ha sido y es posible”.

“Ellos son testimonio de que la opción por los pobres inicia en la propia conversión, en el llamado a dejarnos afectar por las realidades de dolor e incertidumbre que día con día hacen eco a nuestro alrededor. Confirmamos que seguir a Jesús hoy pide desinstalarnos, desaprehender y vivirnos en actitudes de misericordia”.

Añadió que este diplomado ha sembrado un nuevo horizonte hacia realidades concretas, que son signos de la presencia de Dios y que necesitan liberación; ha sembrado una nueva mirada, para reconocer en quienes nos rodean el esfuerzo, la generosidad, la fe y la esperanza en el trabajo de crear lazos de solidaridad; “y también ha sembrado el compartir los sueños que propone el Papa Francisco, de ser y sentirnos parte de una Iglesia en salida, encarnada, misericordiosa y comprometida con los más pobres”.

El diplomado

La Mtra. Hilda Patricia Gutiérrez Chávez, coordinadora Académica de la Dirección de Educación Continua (DEC), recordó que el diplomado Teología y Magisterio latinoamericano: aportes al Pensamiento Social Cristiano tuvo como propósito formar en la memoria histórica del pensamiento social y la reflexión teológica elaborada desde América Latina, como un aporte esencial del pensamiento social cristiano universal y su impacto en otros lugares de mundo.

A las y los estudiantes de este programa les dijo que espera “hayan construido conocimientos trascendentes y fortalecido su capacidad analítica para aprehender el contexto de cambio social en que los padres de la Iglesia Latinoamericana dieron su mensaje al mundo”.

Les agradeció por confiar su proceso formativo a la IBERO, y les aseguró, “estamos ciertos y ciertas de que desde el conocimiento crítico de la fe es posible construir un futuro más justo, humano y solidario para todas y todos”.

Asistentes

Además de las personas que tomaron la palabra, la ceremonia de clausura también se distinguió con la presencia, por parte de la IBERO, del Mtro. Randolfo González de la Mora, director de Educación Continua; el Mtro. Mariano Torres Vargas, S. J., director del Departamento de Ciencias Religiosas; y el Mtro. Juan Carlos López Sáenz, coordinador de diplomados y extensión del Departamento de Ciencias Religiosas.

Y por parte del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (IMDOSOC): Ing. Constantino de Llano Marhx, presidente; Mtra. Wanda Rodríguez Mangual, directora; Mtro. Saúl Pérez Herrera, coordinador de Formación-Investigación; y Mtro. Alejandro H. Palacios Torres, coordinador del diplomado por parte del IMDOSOC.

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Texto: PEDRO RENDÓN/ICM