Diplomado de la IBERO y CCTI enseña a investigar y documentar casos de tortura

Vie, 7 Feb 2020
Concluye ‘Diplomado Documentación de Casos de Tortura de acuerdo con el Protocolo de Estambul’
La IBERO y el CCTI son aliadas en la lucha contra la tortura
Fundamental, el acompañamiento a víctimas
  • Estudiantes que egresaron del ‘Diplomado Documentación de Casos de Tortura de acuerdo con el Protocolo de Estambul’.
  • Mtra. Mariana Castilla Calderas, coordinadora Académica del Diplomado por parte del CCTI.
  • El Mtro. David Fernández Dávalos, Rector, dijo que la IBERO es aliada del CCTI en la lucha contra la tortura.
  • Médico José Raymundo Díaz Taboada, coordinador general del Colectivo Contra la Tortura y la Impunidad (CCTI).
  • Estéfani Cuevas Ramírez, egresada del diplomado.
  • La ceremonia de clausura se realizó el pasado 31 de enero.
  • Las y los egresados recibieron un diploma y adquirieron un compromiso con las víctimas de tortura.

Desarrollar conocimientos teóricos y habilidades para ser capaces de investigar y documentar casos de probable tortura fue lo que aprendieron a hacer las y los estudiantes del ‘Diplomado Documentación de Casos de Tortura de acuerdo con el Protocolo de Estambul’, impartido por la Dirección de Educación Continua (DEC) de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y el Colectivo Contra la Tortura y la Impunidad (CCTI).

El principal objetivo de este programa, que tuvo su ceremonia de clausura el pasado 31 de enero, fue lograr que la formación y aprendizaje del alumnado fuera integral, profundamente sensible a la compleja problemática de las víctimas, y con procesos de reflexión y de pensamiento crítico y ético, para dirigir su acción hacia la transformación de la realidad a favor de quienes sufren la violación sistemática de sus derechos humanos.

En la clausura, la Mtra. Mariana Castilla Calderas, coordinadora Académica del Diplomado por parte del CCTI, recordó que, como dijera un sobreviviente de tortura que acompañó al estudiantado en las primeras sesiones presenciales del diplomado, el sistema de procuración de justicia está fundado en la tortura como un método de investigación.

Además, la complicidad de médicos, agentes de ministerio público y jueces posibilita que las víctimas de tortura no accedan a la justicia, y los responsables nunca tengan un castigo, es decir, es “un sistema perfecto de impunidad”. Dentro de ese sistema de impunidad es relevante considerar también como actores a los peritos y peritas, a quienes pocas veces se les señala y cuestiona, al arroparse en el carácter científico de sus dictámenes oficiales.

En cuanto a documentar la tortura, dijo que es difícil por el riesgo que implica señalar a los responsables, y por la devastadora experiencia que fue para quien la sufrió; por lo que una entrevista con una víctima de tortura no sólo es una técnica, sino también es una experiencia que “trastoca nuestro cuerpo, nuestro espíritu y que nos compromete profesionalmente”.

Y aunque se debe ser neutral al aplicar el método para documentar la tortura, que es básicamente lo que representa el Protocolo de Estambul - el estándar internacional de Naciones Unidas para documentar la tortura-, eso no implica ser insensible o estar ante la víctima buscando si miente o dice la verdad.

Por otra parte, pese a que México adoptó el Protocolo como un medio interno de documentación de la tortura, su implementación no fue la esperada. “Las causas sin duda tienen que ver con un sistema que necesita la tortura, que se fundamenta en la tortura. Sin embargo, también tienen que ver con no comprender adecuadamente el espíritu del Protocolo, es decir, el trabajo multidisciplinario”.

“Si un abogado no se plantea una estrategia de documentación para el caso concreto será difícil que pueda integrar las periciales y demás actos de investigación que se realicen. Asimismo, si un perito, policía o distintos actores que intervienen no comprenden aspectos que requieren documentar para lograr probar la hipótesis del abogado, abogada, no generarán los documentos adecuados”.

Al dirigirse a las y los egresados del diplomado, la maestra Castilla les comentó que junto con el certificado académico obtenido adquirieron un compromiso, al haber sido formados para desempeñar una tarea urgente en esta sociedad, colaborar para que exista justicia, verdad y reparación a las víctimas de tortura.

“Tal vez no todas ni todos realizarán litigio, peritajes o acompañamiento; pero sí pueden investigar, desenmascarar, analizar dictámenes oficiales y cuestionarlos. Hacer que los peritos y peritas tengan consecuencias por su mal trabajo, es decir, abonar a que la impunidad se resquebraje, que si alguien quiere seguir simulando que hace un trabajo científico exista quien posea los conocimientos para cuestionarlo”.

La IBERO, aliada del CCTI en la lucha contra la tortura

En un panorama que no es alentador en México, con la política migratoria que se está teniendo, con las propuestas que se empiezan a barajar en torno de la modificación al Código Penal Federal, con la extensión del arraigo, “que no es sino una licencia para los maltratos y la tortura en general”, van a ser cada vez más necesarias las personas con una capacitación como la que se impartió en el ‘Diplomado Documentación de Casos de Tortura de acuerdo con el Protocolo de Estambul’, consideró el Mtro. David Fernández Dávalos, S. J., Rector de la IBERO.

Para situar la tortura en México, señaló que de acuerdo con un documento que muestra los índices de impunidad, presentado por la Oficina de Derechos Humanos de la Fiscalía General de la República, en 2019 se abrieron por casos de tortura alrededor de cuatro mil 800 carpetas de investigación, y de esos, sólo uno fue turnado al juez.

Es por eso que, ante este panorama, felicitó a quienes egresaron del diplomado, sean funcionarios públicos, miembros de organismos de la sociedad civil o de otro tipo de colectivos, porque capacitarse en el tema de la documentación de la tortura “significa que tienen una simpatía, una empatía, por el respeto al estado de derecho, por el respeto a la dignidad de las personas”.

Asimismo, el Rector destacó que para las instituciones que impartieron este diplomado, la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y el Colectivo contra la Tortura y la Impunidad, la tortura no es justificable en ninguna circunstancia, “porque es ineficaz, porque es cruel, porque es inhumana” y porque degrada también a quienes la ejercen.

Finalmente, se dijo honrado de que la IBERO sea socia del CCTI en la impartición de este exitoso diplomado, del que eventualmente se tendrán nuevas ediciones. Y agregó: “Sepan que, en la lucha contra la tortura, en la lucha contra la impunidad, en la IBERO cuentan ustedes con un aliado. Deseo, muy sinceramente, que no tengan que ejercer lo aprendido; pero que, si lo tienen que ejercer, lo hagan con toda la capacidad, la dignidad, la entereza, de quienes se saben combatiendo un flagelo que cada vez nos hace peores como sociedad y como personas”.

Reconstruir es posible

El coordinador general del CCTI, el médico José Raymundo Díaz Taboada, puntualizó que la sociedad mexicana está inmersa en una profunda crisis de derechos humanos, con “cifras inciertas”, de 250 mil ejecutados, 60 mil desaparecidos, un creciente número de casos de desplazamiento forzado y un número indeterminado de víctimas de tortura.

Tortura que, es una práctica sistémica, generalizada y sistematizada que hace necesario formar a más personas en su documentación, porque, “hemos visto cómo el Estado mexicano ha simulado cumplir con los acuerdos, tratados, pactos y convenciones en el tema de los derechos humanos. La convención contra la tortura nunca ha sido cumplida completamente en México, el respeto a la integridad de las personas y la prohibición de la tortura es una lejana utopía; de ahí la razón de la existencia y del trabajo del CCTI”.

La lucha contra la tortura, añadió, incluye un eje de capacitación y profesionalización, para poder atender a sobrevivientes en todo el territorio nacional, tanto mexicanos, como migrantes y turistas; por eso la importancia de la formación.

“Este diplomado con la Universidad Iberoamericana integró la experiencia de los 15 años del CCTI. En ellos hemos trabajado construyendo y aprendiendo a construir lenguajes comunes, interdisciplinarios y metas de atención. Hemos coincidido con posturas políticas, humanitarias, solidarias y también intransigentes, en la defensa de los sobrevivientes, familiares y comunidades”.

El doctor Raymundo Díaz llamó la atención sobre la posibilidad de que personas no profesionales, pero capacitadas en el Protocolo de Estambul, también pueden hacer la documentación sobre posibles casos de tortura, “en aquellos lugares lejanos donde no hay señal de celular, donde no hay escuelas, donde no hay Estado y mucho menos gobierno”.

Y abundó, “si la condición humana busca tener ciertas certezas, la tortura barre con eso. La documentación y atención de los sobrevivientes incluye la posibilidad de recrear las certezas, y de vivir con incertidumbre, pero sin angustia. Quienes aprobaron el diplomado tienen ahora la certeza de un conocimiento: de que estaremos para caminar juntos y de que reconstruir es posible”.

Fundamental, el acompañamiento a víctimas de tortura

En una sociedad que no denuncia, porque entre muchas razones el sistema de justicia mexicano está basado en el cuestionamiento a la dignidad de las víctimas, es fundamental el acompañamiento que se brinde a éstas durante las investigaciones por tortura, consideró Estéfani Cuevas Ramírez, egresada del diplomado.

“Por ello, ser perita o perito en cualquier parte del mundo, pero particularmente en México, implica hacer un ejercicio de traducción de las diversas realidades, tanto culturales como sociales, que vivan las y los sobrevivientes de tortura”.

Un posible camino, propuesto en este diplomado, fue la realización de peritajes psicosociales, lo que necesariamente implicaría hablar de un trauma psicosocial, que en palabras del jesuita y psicólogo Ignacio Martín-Baró, es una vivencia o experiencia que afecta de tal manera a la persona, que la deja marcada.

“Él habla de una herida producida socialmente, cuyo grado de afectación varía de un individuo a otro, por lo tanto, determinar de manera precisa el daño causado es el eje principal de los peritajes. No obstante, lo anterior requiere esencialmente del trabajo conjunto entre abogados, psicólogos, médicos, que fortalezcan los argumentos y propicien estrategias que favorezcan la exigencia de justicia de las víctimas y sus familias”.

Por tal motivo, es necesario capacitar a personas peritas con una mirada interdisciplinaria, que puedan establecer vínculos basados en la confianza con las víctimas, con las familias o con las comunidades; y que a la vez faciliten la búsqueda de sentido, al ver los peritajes como una vía para acotar y certificar la experiencia traumática e impactos ocasionados por la tortura, lo que permita dar lugar a una reparación integral del daño, donde las víctimas sean partícipes del trabajo de investigación y de documentación de sus casos.

Texto y fotos: PEDRO RENDÓN/ICM

 

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