La semana Laudato Si’, este año llevada a cabo del 22 al 28 de mayo, es una iniciativa internacional en la que participa nuestra IBERO para poner de relieve la importancia de la Encíclica del Papa Francisco publicada en 2015. En este documento, “de una sola vez le dio al clavo al tipo de educación, de transformaciones y de acciones que deberíamos de llevar a cabo en nuestra sociedad”, explicó en conferencia el Dr. Carlos Zepeda.

El investigador explicó que la ecología integral, término que plantea la carta papal, consiste en un camino inspirado en llegar a la raíz de la crisis socio-ambiental que vivimos y en notar las conexiones entre tres aspectos: los seres humanos, la naturaleza, y el conjunto de los valores espirituales, la ética, las perspectivas de fe, la sabiduría y las cosmologías indígenas. “La ecología integral es como unos lentes holísticos que nos permiten ver hacia la raíz de esas injusticias sociales y ecológicas”, y a través esos lentes se puede abordar cada problemática.

Este enfoque tiene cuatro principios: el grito de los oprimidos y excluidos; el grito de la tierra; ver cómo todo está conectado, y encaminar hacia una conversión y transformación ecológica para poder cambiar las raíces del sistema, según lo explicó el académico durante la conferencia virtual Ecología integral y educación superior, convocada por el Programa Universitario para la Sustentabilidad de la Universidad Iberoamericana en el marco de la semana Laudato Si’.

Habiendo aclarado que se trata de principios y no de una receta rigurosa que se deba seguir al pie de la letra, el Dr. Zepeda comentó un par de ejemplos de cómo los equipos en los que él colabora han aplicado la ecología integral en el Instituto Laudato Si de la Universidad de Oxford.

Coatuoría de personas indígenas en proyectos de investigación

Para comenzar, señaló la importancia de que el conocimiento indígena tenga igualdad de inserción en la investigación académica como coautores y coautoras, no solamente como entes consultados. La ecología integral, dijo Carlos, necesariamente va de la mano con el conocimiento transdisciplinario, que es lo que nos permite ver la complejidad de la realidad. Y esa transdisciplinariedad implica que los y las investigadoras inviten a los saberes indígenas y en defensa de la tierra a la hora de hacer proyectos. “Esa es la metodología investigativa que estamos desarrollando, pero ustedes pueden tener otras”, destacó.

El también especialista en temas de la relación entre el poder y la degradación social y ambiental señaló que los grupos de investigación pueden fomentar la relación horizontal para que “las comunidades indígenas nos enseñen qué es lo prioritario, lo que debería ser investigado, cómo debería formularse la pregunta de investigación, los indicadores que deberíamos de estar utilizando para ver si eso es desarrollo”.

Agregó que, por ejemplo, en la ecología integral, un profesor de la Universidad de Oxford estaría al mismo nivel que una persona de una comunidad indígena de Guatemala con un conocimiento intrínseco de la realidad que le ha tocado vivir, y podría ser coautora del artículo con el profesor.

La revista digital Polyhedron, proyecto que el Instituto Laudato Si está por lanzar, tiene justamente este espíritu; “invita a participar para compartir ideas rebeldes, el cuidado del planeta vivo”, señaló el doctor. Además, la plataforma de acción Laudato Si, donde participan varias universidades, incluidas las jesuitas, cuenta con objetivos bajo la visión de la ecología integral para poder tener líneas de acción muy concretas.

Capitalismo neoliberal, raíz de la crisis socio-ambiental

Al mencionar la perspectiva de que el cambio climático ha incrementado en los siglos XX y XXI la temperatura promedio del planeta, y la continuará incrementando (como se ha advertido ya desde la academia, incluyendo a la IBERO), el Dr. Carlos Zepeda señaló que el sistema económico y social dominante a lo largo de este periodo de deterioro es el capitalismo en su versión más extrema, la neoliberal, una sobremercantilización de todo lo material.

Las injusticias sociales y ecológicas están íntimamente vinculadas con este sistema, señaló contundente, pero no tenemos todavía los mecanismos, tanto en nuestros sistemas educativos, como en nuestros sistemas de entender la realidad y visualizar la injusticia socio-ecológica, para ver que es el sistema la raíz de esas injusticias. “Sólo tenemos mediciones de indicadores de desarrollo que están relacionadas a cosas que podemos medir materialmete, por ejemplo, el producto interno bruto (PIB), medida clásica del desarrollo global”. Pero no podemos visualizar cuánto es “remover una tonelada de injusticia”, dijo.

Una muestra de que la sociedad no ha logrado ver que la raíz de la crisis socio-ecológica radica en el sistema capitalista neoliberal es que “no hemos logrado alcanzar ningún objetivo real radical: detener la destrucción de la naturaleza y del mundo; detener el cambio climático, ni detener la pobreza”. Ello porque objetivos como los de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible de la ONU “no están encaminadas a responder necesariamente a la raíz de por qué tenemos pobreza, hambruna, problemas sistémicos con agua y sanidad”, lamentó el especialista.

¿Acudiste a las actividades de la semana Laudato Si en la Ibero Ciudad de México? También se proyectó la cinta La carta y se realizaron una oración purépecha por la naturaleza en el Jardín de los Lobos y el taller ¿Cómo convertirte en el Señore de las plantas? en el Huerto IBERO José de Acosta, S. J.

Texto: Yazmín Mendoza

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