El equipo de ajedrez de la Universidad Iberoamericana (IBERO) Ciudad de México (CDMX) sueña en grande: está a un paso de alcanzar el oro en el InterSUJ 2025 de León. Con gran entusiasmo, Alan Espinal, Elías Romano, Jerónimo Félix, Mateo de la Peña y Luis Castrejón preparan su camino rumbo al cierre del torneo, acompañados del coach, Eduardo Rubio.

Prensa IBERO platica con ellos antes de las partidas finales. Los jugadores coinciden en que el ajedrez les ha dejado aprendizajes de vida. Para algunos, es una forma de mantener la calma. Para otros, les ha enseñado a estar en el presente, a pensar antes de actuar, a no dejarse llevar por los impulsos y a cultivar la capacidad de la concentración.

Más allá de los resultados, comparten que el ajedrez no es solo jugar con una pieza favorita porque cada una de ellas forma parte de un ejército y entre todas deben apoyarse entre sí para lograr un jaque mate. No se trata de ser bueno con una pieza, sino de lograr que todas trabajen juntas hacia un objetivo.

Reflexionan sobre la flexibilidad de la mente: saber adaptarse cuando la estrategia inicial no funciona, aceptar los errores y reinventarse sobre el tablero. Cuentan que la gente cree que el ajedrez es puro cálculo, pero en realidad es una lucha de ideas y de voluntades, porque cada jugada tiene una intención y una emoción detrás.

No pueden ocultar que están llenos de mucha motivación. Saben que cada partida es una experiencia nueva y cambiante, porque las piezas del rival se mueven dependiendo la situación y analizar cómo abrir o cerrar el juego teniendo rey, reina, alfil, torre, caballo, peón. Si son blancas o negras, dependerá de cada una de sus mentes.

Tuvieron una práctica previa para afinar detalles, trabajar fortalezas y mejorar debilidades. Se sientan al tablero, observan estrategias y estudian jugadas. Uno de ellos, toma su teléfono celular y juega ajedrez en línea. Como les ha aconsejado su coach Eduardo: “Con confianza, no confiados”.

Confiesan que cada partida que han tenido les ha enseñado más sobre ellos que sobre sus oponentes porque como suele pasar, a veces se pueden ver fantasmas y puede existir preocupación por lo que podría pasar cuando están en medio de una partida, pero el ajedrez también les ha enseñado que hay varias posibilidades para un solo problema.

¿Cómo jugarían contra un clon de sí mismos?

Alan, jugaría con un estilo completamente diferente al suyo; Jerónimo, buscaría ser más aventado y menos cauteloso; Luis, no sabría qué mover, pero sabría que para una situación hay diferentes opciones; Elías, evaluaría la posición de sus piezas y haría la mejor jugada, y Mateo jugaría muy fiel a su estilo, siguiendo la idea de creer en él.

El día de la gran final ha llegado este viernes, se juegan todo y las piezas están en el tablero. Aspiran a la victoria, a jugar sin miedo, que no significa precaución, a no dudar de su estrategia, pero sí a aprovechar el momento y a darlo todo. ¡Venga, venga lobos, venga, venga Santa Fe! Estamos con ustedes.

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