Es cada vez más preocupante la presencia de los microplásticos (fragmentos de cualquier tipo de plástico de menos de medio centímetro de tamaño) en casi todos los rincones del planeta –desde la Fosa de las Marianas hasta la punta del Everest y las nubes--, así como en el interior de los organismos de animales y seres humanos.

En ello coincidieron los y la especialista convocados por la Licenciatura en Sustentabilidad Ambiental (LISA) de nuestra IBERO Ciudad de México, durante la charla El PET en debate: mitos, realidades y visiones opuestas, la cual fue moderada por la Mtra. María Zorrilla, Coordinadora de la LISA. El plástico PET, o polietileno tereftalato-poliéster, es un polímero plástico que se obtiene a partir del etileno y el paraxileno.

El Mtro. Nick Leopold Sordo, Director de campaña en Oceana México, señaló que en promedio cada persona respira 7 gramos de microplásticos a la semana, lo que pesa una tarjeta de crédito. Indicó que aún no hay suficientes estudios sobre su impacto en la salud humana, pero que no deberíamos esperar para preocuparnos por sacar los microplásticos del ambiente. Lamentó que al día de hoy no tenemos una solución para hacerlo. Por ello, consideró que entonces lo más importante es no permitir que lleguen, “cerrar la llave”.

Por su parte, el Lic. Jaime Torres Fidalgo, Director de Comunicación de ECOCE A. C., indicó que no hay solamente una solución, sino varias, con las estrategias conocidas como las R de la economía circular, por ejemplo: reciclaje, reúso, reducción, rediseño, reparación, restauración, remanufactura, readaptación, recuperación, renovación, revalorización y recompensación. “La idea principal es que el material se mantenga en uso el mayor tiempo posible y no llegue al medio ambiente, ni el plástico ni ningún otro material ajeno al medio ambiente”.

Dialogar con las empresas antes de hacer prohibiciones

La Lic. Ximena Neri Barrios, Analista de Sustentabilidad para la División PET de envases Universales, indicó que lo que más se encuentra de microplásticos en sistemas marinos costeros son fibras textiles. Por ello, consideró que el problema no se terminaría con la prohibición del uso de las botellas de plástico.

Añadió que la perspectiva prohibicionista desde el lado ambiental es ecologismo, que tiene su lugar y es importante para acelerar las cosas. “El problema de irnos por el lado ecologista es que te vas a encontrar con una pared y te van a decir que no”. Lo mejor no son las leyes prohibicionistas, dijo, sino dialogar con las empresas.

El reciclaje no es suficiente, hay que volver a la retornabilidad

El Mtro. Leopold Sordo, también Ingeniero Mecánico Eléctrico por la IBERO, dijo que, en el caso del plástico PET, el reciclaje actual no es suficiente, ya que a nivel global solamente se recicla 9% de todo el que se produce. Por ello, señaló la necesidad de soluciones más inteligentes, creativas e innovadoras, “pensar cómo salir de la caja y crear sistemas nuevos”.

Por ejemplo, indicó que se puede hacer un “decrecimiento” hacia lo que se hacía antes del auge de las botellas PET, cuando se usaban envases retornables o ni siquiera se usaban envases, sino que se consumía el agua potable de la red hidráulica, la cual, en la actualidad, se podría filtrar para garantizar su calidad para el consumo.

Al concluir, la Mtra. María Zorrilla recordó que “las diferentes posturas enriquecen cualquier tema; una sola idea nunca va a ser la solución; las ideas para la sustentabilidad tienen que ver con escuchar a todas las partes involucradas y generar diálogos”.

Texto y Fotos: Yazmín Mendoza

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