¿Qué puede el arte ante la migración, ante los desplazamientos que borran el nombre, ante los cuerpos expropiados? ¿Qué puede el arte ante la política y la economía que consiste en desplazar las subjetividades de su lugar? Estas preguntas son las que resuenan detrás de la pieza de Alexander Apóstol Ser latino es estar lejos. Sin duda el arte puede poco o nada en sentido práctico ante los desplazamientos de cuerpos por los territorios de anomia, pero lo que si puede el arte es producir una vibración, mostrar un resto del modo en que los migrantes producen cartografías y arqueologías del afecto a la hora de producir rutas de viaje por el cuerpo, el canto y su tránsito por diversos lugares.

La exhibición Ser Latino es Estar Lejos llega a la Universidad Iberoamericana como parte de las actividades artísticas y culturales de alcance internacional que promueve esta casa de estudios. La instalación, que se inaugurará el 24 de abril en la Galería Andrea Pozzo de la IBERO, es una reinterpretación de la obra galardonada en la Bienal de Cuenca y busca generar espacios de reflexión sobre la migración y sus implicaciones sociales. La curaduría de la muestra está a cargo de José Luis Barrios, curador que colaboró con la artista Melanie Smith en la 54° edición de la Bienal de Venecia en el 2011,  y académico de la División de Humanidades y Comunicación de la IBERO.

 

Por iniciativa del Departamento de Filosofía y de la Dirección de Difusión y Divulgación Cultural, la División de Humanidades y Comunicación (incluyendo a los Departamentos de Arte, Comunicación, y Filosofía ) se une a IBERO Arte y Cultura y al Patronato de la institución para presentar esta propuesta de arte multisciplinario. Ser Latino es Estar Lejos explora la realidad de la migración y los problemas derivados de él, como las deportaciones masivas, a partir de una dimensión estética que actúa como un vínculo entre lo subjetivo y lo social.

 

La instalación de Apóstol está compuesta por doce ensamblajes en forma de rayuelas que develan lugares de tránsito dispuestos líricamente sobre las superficies de las piezas. La obra encuadra y da lugar al canto, al movimiento corporal y a la imagen, sumando todos estos elementos como una metáfora de la afección y afectación del migrante.

 

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