Foros IBERO por México: Educación, la vía para una mayor equidad social
La Universidad Iberoamericana Ciudad de México llevó a cabo el segundo de sus ‘Foros IBERO por México: espacio universitario para el diálogo’, que llevó por nombre ‘Educación y equidad’, y en el que se realizaron cuatro mesas de debate, que abordaron los siguientes temas: Evaluación docente: posturas y debates; Estrategias para la convivencia y bienestar en la educación básica y media superior; Educación y diversidades: equidad, interculturalidad e inclusión; y El derecho a la educación superior y la equidad.
La IBERO procuró que en este espacio universitario coincidieran académicos de otras universidades, funcionarios públicos, activistas sociales y emprendedores. “También hemos buscado diversidad de posturas y de opiniones porque aceptamos que en nuestro país hay divergencias e incluso polarización”, mencionó la Mtra. Sylvia Schmelkes del Valle, vicerrectora académica de la Iberoamericana.
Al hacer un encuadre del foro, la Vicerrectora dijo que la convocatoria de la IBERO obedece a la preocupación sobre la gran desigualdad en el sistema educativo mexicano y las limitaciones que por ello encuentra la educación para representar la vía para una mayor equidad social. “Queremos preguntarnos, junto con ustedes, cómo proceder para romper el círculo de reproducción de la pobreza, en el que la pobreza educativa que reciben los sectores menos beneficiados de la población explica una parte importante de la dificultad para hacerlo”.
Comentó que, aunque los cambios constitucional y legislativos implantados por la presente administración priorizan la obligatoriedad de la educación inicial y superior, la equidad educativa, la atención a la diversidad y la educación para la convivencia y la paz, y el papel de los docentes en este proceso, las diferentes formas de entender estos problemas, y las formas que se vienen eligiendo para atenderlas, no necesariamente conducen a hacer de la educación pública un servicio conducente a la equidad educativa y como consecuencia, a una mayor justicia social.
Agregó que históricamente en México se ha entendido mal la equidad educativa, al entenderla como la necesidad de asegurar el acceso a la educación, cuando lo que importa es asegurar los aprendizajes de todos y todas. Se ha entendido como la atención a los grupos vulnerables, y ello ha significado una preocupación mínima por dar un poco más a los que se encuentran en condiciones más pobres o minorizadas, sin que nunca se logre siquiera la igualdad respecto de quienes están en condiciones de mayor ventaja. Y se ha entendido como una forma de asimilar o integrar a los diferentes a la cultura dominante.
Para Schmelkes, la preocupación por una verdadera equidad tiene que reflejarse en tres puntos:
- Primero. En el establecimiento de criterios totalmente distintos para distribuir los recursos de todo tipo: estos criterios deben perfilar una atención MAYOR y DIFERENTE a quienes más lo necesitan.
- Segundo. Tiene que verse operando en asegurar la calidad de los procesos educativos mismos, sobre todo entre quienes están en condiciones de mayor desventaja, de forma que se vea que lo que verdaderamente preocupa es que todos logren aprendizajes útiles para la vida.
- Tercero. Debe visualizar la diversidad cultural y lingüística del país como una característica a valorar, a conservar y a fortalecer, por lo cual la actividad educativa tendría que dar espacio a la reproducción y al fortalecimiento de las lenguas y de las culturas de los diversos pueblos indígenas y afrodescendientes del país, y a su enriquecimiento del sistema educativo y de todos sus estudiantes.
Dicho lo anterior, señaló: “Parece que en la visión de la actual administración se avanza un poco en entender la necesidad de asegurar el acceso y la permanencia de todos y todas, pero no se visualiza cómo completa el lograr la condición de equidad con los programas que atiendan lo que verdaderamente importa: la calidad de los procesos para el logro de los aprendizajes”.
“Tampoco se observan cambios radicales en los criterios que rigen la distribución de los recursos, que en muchos casos mantienen la tendencia inercial que históricamente ha caracterizado el presupuesto educativo. Y aún no se sabe cómo se encarará la atención a la diversidad cultural y lingüística y la transversalización del enfoque intercultural”.
Tras dar este contexto, dijo a las y los asistentes al foro ‘Educación y equidad’ que, partiendo de que comparten una preocupación central por el problema planteado, “la propuesta es que dialoguemos en torno a las mejores maneras para lograr avances hacia su solución. Éste es el propósito de este encuentro, que no tengo duda nos permitirá avanzar en la comprensión de los temas que nos ocupan y también apuntar rutas posibles de acción que puedan permitirnos trascender las polarizaciones y conseguir un mayor consenso social”.
Relatoría de las Mesas de Trabajo
Después del encuadre dado por la Vicerrectora, iniciaron las mesas de trabajo mencionadas, que conformaron lo que fue propiamente el dialogo ‘Educación y equidad’ -el cual fue coordinado por el Dr. Stefano Sartorello, director del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE) de la IBERO, con apoyo del Departamento de Educación-. Tras varias horas de conversación, al final de las mesas, que se realizaron de manera simultánea, se llevó a cabo la Sesión Plenaria de Cierre, moderada por la Doctora Marisol Silva Laya, directora de Investigación y Posgrado.
En la Plenaria, las y los relatores de cada una de las mesas expusieron los resultados de su diálogo, que fueron enriquecidos y complementados con una discusión entre todos y todas las personas que participaron en el cierre.
Parte de los acuerdos a los que se llegó en la Mesa 1 ‘Evaluación docente: posturas y debates’, son los siguientes. Respecto a las Finalidades y consecuencias de la evaluación: la evaluación no debe ser un fin, sino un medio, y debe tener un propósito compartido y explícito; la evaluación y el acompañamiento, o formación docente, especialmente la continua, deben ser considerados como binomios; y es necesario conocer más sobre los efectos de la evaluación, para informar nuevas decisiones en este tema.
Sobre los Objetos, focos y referentes del servicio profesional docente: deben evaluarse diferentes componentes; debe ser una evaluación contextualizada; se debe evaluar de manera diferenciada; tiene que ser una evaluación incremental; debe existir una vinculación entre la evaluación, las necesidades de los formadores de formadores y también de los diseñadores curriculares; y la evaluación siempre debe considerar la necesidad de los docentes o del colectivo escolar.
De los Actores y medios: se reconoce que el diseño de la evaluación es una labor de especialistas, pero no quiere decir que sean sólo del gobierno, por lo que debe contemplar actores escolares y comunitarios.
En la Mesa 2 ‘Estrategias para la convivencia y bienestar en la educación básica y media superior’, algunos de los acuerdos fueron, en Acciones y estrategias: las estrategias y programas que se han hecho en educación socioemocional y en convivencia han logrado visibilizar la necesidad y las problemáticas de la convivencia; no hay programas ideales, deben ser ad-hoc para los contextos y las necesidades educativas; las figuras de autoridad a veces no facilitan los procesos de convivencia, porque se enfocan más en una mirada punitiva.
Además: se debe de trabajar la convivencia de forma lúdica, a través de proyectos, utilizando el arte y el deporte; se debe trabajar desde el enfoque de bienestar, no como hasta ahora, desde la atención a la violencia; y hay que involucrar a la familia, no sólo a la escuela.
Acerca del Currículum: se requiere un espacio curricular en tanto a planes y programas, una asignatura específica para trabajar las habilidades socioemocionales y visibilizar esta educación socioemocional en todas las asignaturas; en la gestión y organización escolar, los reglamentos de convivencia deben ser menos punitivos.
En cuanto a la Pertinencia: estos espacios curriculares deben ser adecuados a las necesidades y características de las comunidades y contextos socioculturales, dentro y fuera de la escuela; los planes y programas deberían de ser preventivos y orientados a favorecer la convivencia sana y pacífica; y tendría que haber actores y espacios específicos para atender la violencia y problemas graves de convivencia.
Y de la Formación docente: los docentes deben desarrollar sus habilidades socioemocionales y para la convivencia; comprender sus alcances y limitaciones a partir de las necesidades y problemáticas que deben atender; desarrollar autoconocimiento, autorregulación, empatía, sentido de autoeficacia y agencia, para que puedan modelar las habilidades socioemocionales y la convivencia en los estudiantes; y la convivencia entre los cuerpos docentes y directivos debería de modelar la convivencia que se desea entre todos los estudiantes.
En la Mesa 3 ‘Educación y diversidades: equidad, interculturalidad e inclusión’, se concluyó: hay asimetrías y desigualdades que la educación no puede solucionar sola, por ello, es fundamental operar una ruptura profunda con el sistema educativo nacional, y en particular con su concepción de la diversidad; es una prioridad replantear completamente la formación inicial docente y formar a las y los maestros del futuro para que tengan recursos pedagógicos, cognitivos, actitudinales y didácticos, para que puedan trabajar en contextos diversos y cambiantes.
Es necesario favorecer la participación efectiva y real de madres y padres, y de las comunidades, en el diseño, implementación y evaluación de los programas educativos dirigidos a las diversidades; es fundamental reconocer la existencia de otros espacios y actores de aprendizaje, más allá de la escuela y de las y los maestros, puesto que se aprende con las madres, padres, comunidades, con la sociedad, en el territorio, en los barrios, en los espacios.
Es importante articular el nivel local, estatal y federal, en una articulación que debería ser centrada en las necesidades de lo local del contexto, pensando puede ser un espacio importante de encuentro entre estos niveles, a partir del criterio de territorializar la gestión escolar y la atención educativa.
Del Presupuesto, se dijo: es insuficiente y está desigualmente distribuido, lo que refleja la discriminación y exclusión histórica de los actores considerados diversos; hay una grave falta de flexibilidad en el presupuesto, en términos de sus tiempos de ejercicio y de sus rubros de aplicación; y sigue asignándose de manera vertical, del Estado hacia las escuelas, cuando lo que se necesita es revertir esta dinámica.
En cuanto a las Becas: hay que reformular el concepto de beca, para pensar en la beca como un salario para estudiar; y se señaló la importancia de implementar políticas de acción afirmativas más claras y contundentes, sin caer en el asistencialismo y el clientelismo.
Sobre el Currículum: se tienen dudas sobre la necesidad de mantener el currículum único nacional; es fundamental diversificar, negociar y consensar un nivel de mínimos compartidos y de máximos diferentes diversificados, según contextos y necesidades específicas; es importante paralelizar el currículum nacional y local, o bien, traducir entre los conocimientos comunitarios.
Y de las Lenguas, todas las existentes -originarias, francas, extranjeras, de señas, braille y las híbridas producto de las migraciones-: se necesita que toda escuela sea plurilingüe y que pueda aprovechar todas las lenguas que existen en los contextos en que se encuentra; y no se debe seguir usando cualquier lengua como trampolín para pasar a otra, más bien hay que ir hacia un plurilingüismo aditivo.
Finalmente, en la Mesa 4 ‘El derecho a la educación superior y la equidad’ se tuvieron como acuerdos: la equidad no puede ser sin calidad; el enfoque de la política para educación superior, en materia de equidad, no puede sustentarse solamente en el acceso irrestricto; hay que reconocer la diversidad del sistema universitario mexicano para poder orientar la demanda y la oferta educativas.
Hay que reconocer que hay una tensión en la relación entre desigualdad, equidad y mérito, y la forma en que esto está consignado en la Ley General de Educación Superior, el anteproyecto que existe; la meritocracia debe ser cuestionada como un sistema social y un recurso de tintes ideológicos que regula y legitima las relaciones entre individuos y las instituciones de que forman parte.
Respecto al Financiamiento: se requieren más recursos para hacer más; y se privilegia el ingreso y desatiende la permanencia, el egreso y la calidad. De la Permanencia: las universidades deben desarrollar estrategias para contrarrestar las deficiencias con que llegan las y los estudiantes; fortalecer el sistema nacional de becas; apostar por las tutorías. De la Calidad y equidad: acordar una definición mínima de calidad que puedan compartir instituciones públicas y privadas; y no puede deslindarse la calidad de la equidad.
Y de las Aulas: recuperar experiencias institucionales nacionales y extranjeras; preguntarse qué se entiende por innovación pedagógica y para qué se quiere innovar, si es para ampliar la cobertura y para mejorar los aprendizajes; es importante recuperar buenas prácticas y experiencias exitosas; y la primera innovación que debería considerarse es abrir las puertas a distintos modelos universitarios.
La Dra. Silva Laya precisó que a los resultados de cada Mesa se agregarán los comentarios del dialogo abierto expresados en la Plenaria de Cierre, para integrar un producto final que será socializado con todas y cada uno de los participantes del diálogo. “Y una vez que tengamos esta versión final, difundirlo, colocarlo, tratar de incidir en la agenda, en las discusiones, en los trabajos que se están haciendo en estos diferentes temas”.
Dialogar para construir consensos en torno del proyecto de país
Cabe mencionar que en este segundo foro fueron inaugurados los ‘Foros IBERO por México: espacio universitario para el diálogo’, por parte del Mtro. David Fernández Dávalos, S. J., Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, quien comentó que, en un contexto de tensiones y polarizaciones en temas de género, derechos humanos, de proyecto educativo, de modelo económico, de libertad de prensa, todas las universidades tendrían que jugar un papel de acercamiento en las distintas posturas y en la construcción de consensos en torno del proyecto de país.
Proyecto de país que, al ser tan importante, no se puede dejar sólo a los políticos o a los empresarios, “sino que tiene que haber una reflexión de carácter riguroso, académico, de acercamiento de saberes y de posiciones. Y esa es la apuesta que la Universidad Iberoamericana ha hecho al estar convocando a estos foros a los que hemos llamado Foros IBERO por México: espacio universitario para el diálogo”.
Foros que se espera sean de discusiones de altura, rigurosas y profundas; y que además tengan visibilidad mediática, porque se quiere influir en la agenda nacional y llamar a los distintos actores a que se sienten a dialogar, como ocurrió en este foro ‘Educación y equidad’, al que se invitó a personajes de los sectores académico y público, como Rectores, docentes o el Secretario General Ejecutivo de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), Mtro. Jaime Valls Esponda, cuya presencia agradeció el Mtro. Fernández Dávalos.
Sobre el tema de este segundo foro, el Rector de la IBERO dijo que el reto es convertir en educación pública los proyectos educativos del país. Una educación pública que incorpore la participación de todos los involucrados, de los padres de familia, de las escuelas, de los profesores, de los funcionarios, de los empresarios.
Y para dar cuenta del ánimo que se desea impere en los foros, el Padre David Fernández retomó los principios básicos para el desarrollo de un diálogo democrático: que haya disposición a este diálogo, lo que implica reconocer que las personas son política y moralmente plurales, distintas, y que esto es necesario y positivo en una sociedad democrática.
Reconocer también, que el saber de uno, los saberes rigurosos, occidentales o de las comunidades, son incompletos, y que se tiene que establecer un diálogo de saberes para aspirar a un mejor, mayor y más profundo conocimiento de las realidades; eliminar amenazas, mecanismos de coacción y tener disposición a asumir la posibilidad de la validez de la hipótesis de la otra persona; y reconocer que hay distintas posibilidades de camino y de fórmulas, que no es una única y válida para siempre.
“Con esto, en realidad lo que queremos decir, (es que) nos parece hoy necesario que las universidades todas, particulares y públicas, nos enfrasquemos en la convocatoria al diálogo y al acercamiento de posiciones en temas difíciles en nuestro país”.
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Texto y fotos: PEDRO RENDÓN/ICM
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