El futbol mexicano atraviesa por un periodo difícil desde la eliminación de la selección nacional en fase de grupos de la más reciente Copa Mundial de la FIFA, en Qatar 2022. Esto fue resultado de un cúmulo de malas decisiones en las estructuras del deporte más popular de nuestro país, y llevó a la Federación Mexicana de Futbol (FMF) a presentar un plan para revertir la situación. ¿Será suficiente? Platicamos con el Dr. Erasmo Zarazúa, académico del Departamento de Estudios Internacionales de nuestra IBERO, y te presentamos su análisis.

El futbol mexicano se encuentra en una crisis profunda, ¿cuál o cuáles son el origen de esta situación?

El negocio a corto plazo es el origen de esta lamentable situación, pero creo que coincide que no se busca la calidad y que la parte deportiva queda totalmente fuera. Los clubes dejaron de ser clubes para ser de un solo dueño, de una extremidad inferior de alguna macroempresa, o bien son una de las caras del aspecto económico o político de su municipio o estado.

Algo que últimamente le ha traído mucho mal al futbol mexicano es la compra de los derechos televisivos en Estados Unidos. Ahí no importa si los equipos o la liga es buena o mala, la nostalgia de la población mexicana migrante hace que se compren los derechos de los juegos, independientemente de su calidad.  

Además, las empresas ya no han visto esta parte del futbol disfrutado en cancha porque se enfocan más en sacar dinero de los derechos televisivos o del streaming. Se ha abandonado la seguridad de los estadios, que es responsabilidad de los gobiernos estatales, municipales, delegacionales y los clubes. El precio de la entrada no corresponde a la calidad del partido, los precios de los alimentos son estratosféricos; la comodidad de asientos, sanitarios, accesos y estacionamientos dejan mucho que desear. 

Otro de los problemas es la falta de hambre campeona de los jugadores. Éstos han pasado por múltiples experiencias para llegar a primera división, pero muchas veces se quedan ahí y no buscan salir al extranjero o mejorar su rendimiento. Los jugadores se enfocan más en el beneficio económico.

La disciplina muchas veces no existe. Un ejemplo de esto es la comparación con jugadores de otras ligas como las europeas. Ellos hacen mucho trabajo de gimnasio y de estrategia, y ven que no sólo es ir a jugar los fines de semana, que es la idea de muchos jóvenes de 8 a 16 años.

¿Cree que los cambios que impulsa la FMF tras el fracaso de Qatar 2022 sean suficientes para revertir la situación? ¿Qué tendría que cambiar?

Lamentablemente, hubo cambios de forma, pero no de fondo. Los principales puntos que yo pondría sobre la mesa son el regreso del descenso, y no solamente de un equipo, sino de los últimos tres de la tabla, esto hace que la competencia sea feroz para no quedar en esos tres lugares; el ascenso de los tres primeros equipos de la liga inferior también crearía una feroz competencia.

El formato de liguilla no beneficia realmente al mejor equipo del torneo. Lamentablemente, se tiene la idea de perder la emoción al momento de que no hay buenos equipos que pasen a esta etapa.

El torneo corto es uno de los factores que no han beneficiado a la calidad, ya que solamente es un encuentro, una campeonitis extrema. Varias personas deberían decidir en los equipos, y no los caprichos de la cabeza designada de la empresa, y que se busque el beneficio deportivo del club.

Texto: Guillermo Gutiérrez

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