La propuesta educativa del Conafe, de clase mundial: Vicerrectora IBERO

Mar, 24 Ago 2021
La Mtra. Sylvia Schmelkes señala las innovaciones del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe)
La Vicerrectora participó en la mesa de diálogo ‘Historia del CONAFE: su importancia para los habitantes de los territorios rurales’, con motivo de los 50 años del Consejo
  • Mtra. Sylvia Schmelkes del Valle, vicerrectora académica de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
  • La Dra. Elsie Rockwell muestra el 'Manual del Instructor Comunitario de Conafe'.
  • Sylvia Schmelkes, Elsie Rockwell y Édgar Pérez participaron en la mesa de diálogo ‘Historia del CONAFE: su importancia para los habitantes de los territorios rurales’.

La Mtra. Sylvia Schmelkes del Valle, vicerrectora académica de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, señaló algunas de las innovaciones realizadas por el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), durante la mesa de diálogo Historia del CONAFE: su importancia para los habitantes de los territorios rurales, realizada con motivo de los 50 años de existencia del Consejo.

Al compartir algunas reflexiones al respecto, relató que el Conafe se fundó luego de concluido el Plan Nacional de 11 Años (1960-1970), cuando éste no alcanzó su propósito de lograr la universalización de la educación primaria tras expandir la cobertura de la misma.

Entre las innovaciones pretendidas y realizadas por el Conafe estaba que sí podía llegar a las pequeñas comunidades rurales que atendía –menores de 100 habitantes y que en la época de surgimiento del consejo eran cerca de 100 mil-.

También fue innovador en recurrir a lo que después fue la figura de becarios, que entonces eran egresados de secundaria; en depender del apoyo de la comunidad, para construir la escuela y brindar manutención a los docentes -techo y alimentos-; y, sobre todo, en tener una propuesta educativa diferente.

Esta propuesta educativa, cuyo diseño se solicitó a especialistas de la educación conocedores del México rural, se adaptaba a la realidad de un docente para todos los grados, o sea, para una escuela unitaria de arranque -no una adaptación a tener menos profesores que grados en la escuela-.

El Manual del Instructor Comunitario de Conafe, que se llamó Dialogar y descubrir, aprovechó las ventajas de la diversidad y propuso el trabajo entre pares, es decir, un mismo tema visto con diferentes niveles de profundidad y de complejidad, que permitía que niños y niñas de diferentes edades trabajaran en proyectos que emprendían de manera conjunta y que tenían que ver con la realidad del medio.

En el proceso de elaboración del manual, “se partió de un conocimiento de lo que era la realidad rural, no para ruralizar los contenidos, pero sí para hacer los contenidos significativos y contextualizados a ese medio. Eso me parece que es una cosa sumamente valiosa”, dijo Schmelkes.

Para la Vicerrectora, la propuesta educativa de las primeras décadas de Conafe fue de clase mundial, por ser capaz de trascender fronteras nacionales y ser útil en otras latitudes -como en la India, un país tan diferente a México-. “Creo que hay muy pocas propuestas educativas que puedan decir esto, puedo contar a lo mejor tres o cuatro en este momento para la educación básica o primaria, pero desde luego que Dialogar y descubrir, en concreto, es una propuesta de clase mundial”.

“El acierto fue haber invertido en profesionalismo, en conocimiento, en evidencia que procedía del lugar en donde se iba a aplicar la propuesta, en la calidad del diseño, de la fotografía” (algunas imágenes fueron tomadas por Mariana Yampolsky). Este profesionalismo permitió una adecuada capacitación de los instructores comunitarios.

Con este mismo espíritu de los cursos comunitarios de Conafe, de llevar la educación a comunidades rurales, se fueron creando otros programas en el consejo, como el Programa de Educación Inicial, cuyo propósito era apoyar a padres y madres en el cuidado y promoción del crecimiento y desarrollo de sus hijos/as.

El Programa de Educación Inicial revirtió las tendencias naturales de crecimiento de los niveles educativos en México, que siempre han sido de las zonas más desarrolladas a las menos, y de las zonas urbanas a las rurales. Este programa, bien pensado, innovador y muy orientado por las tendencias de vanguardia de crecimiento y desarrollo de los niños, empezó en las zonas más pobres, dispersas y alejadas del país, fue bien recibido por los padres de familia y funcionó con los instructores comunitarios.

De esa época, Schmelkes también recordó ‘las caravanas culturales’, que llevaban contenidos culturales a las comunidades, a través de promotores especialmente capacitados para ello, y muchas veces estas caravanas hicieron sinergias importantes con los cursos comunitarios.

Asimismo, mencionó que hubo un programa editorial que acompañó y alimentó estos proyectos, y que fue verdaderamente extraordinario, al ofrecer materiales de literatura infantil –como la revista Colibrí-, orientados a favorecer la lectura de placer en niños y niñas. Este programa editorial también revirtió las tendencias naturales, al brindar los mejores materiales a los niños más pobres.

Más tarde, Conafe incluyó dos programas que la Vicerrectora consideró fundamentales. Uno de ellos fue el Programa de Educación Intercultural y Bilingüe, que adaptó los cursos comunitarios a un programa con pertinencia para las comunidades indígenas, sobre todo lingüística. Los instructores comunitarios eran hablantes de la lengua indígena y de la variante de sus alumnos, y se enfatizó mucho la lectura y escritura en lengua indígena.

Igualmente se trasgredieron ortodoxias porque, aunque una lengua indígena -la que fuera- no tuviera un alfabeto consensuado, ni sistematizada su gramática, se impulsó a los niños a escribirla, lo que derivó en una producción importante de escritos de niños indígenas en bastantes lenguas y variantes indígenas.

Al referirse al papel de los instructores comunitarios de la Conafe, Schmelkes resaltó que esta experiencia los forma profundamente y los marca de por vida, son jóvenes hombres y mujeres que dan lo que saben y sus afectos, durante dos años en que se vinculan con sus niños y niñas –sus estudiantes- y con la comunidad.

“Se trata de jóvenes que han logrado comprender la importancia de la educación, que se han entregado a sus estudiantes y a su comunidad. Muchos de ellos trabajan en condiciones en extremo difíciles, pasan hambre, pasan frío y, en las últimas dos décadas, están trabajando en zonas de alta violencia… Por eso digo yo que hay muchos héroes, muchas heroínas, entre estos instructores comunitarios. La inmensa mayoría son muchachos y muchachas con una gran entrega y con un compromiso, y son, yo creo, que un motivo de orgullo de nuestro país, y esto es un logro de Conafe”.

Para terminar con sus reflexiones personales sobre sus recuerdos de Conafe, la maestra mencionó que el diseño del consejo sí partió de la voluntad de atender a quienes no estaban siendo atendidos, y aunque no se hablaba del derecho a la educación, su intención era lograr hacerlo vigente entre los niños y niñas de las comunidades rurales dispersas.

Y gracias al compromiso de la mayor parte de las personas que han trabajado en Conafe, a nivel nacional, estatal y en las escuelas, se le ha intentado dar lo mejor a las niñas, a los niños y a los jóvenes beneficiarios, concluyó.

Mesas de diálogo

En la mesa de diálogo Historia del CONAFE: su importancia para los habitantes de los territorios rurales también participó la Dra. Elsie Rockwell Richmond, académica del Departamento de Investigaciones Educativas (DIE) del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional. La mesa fue moderada por el Mtro. Édgar Pérez Ríos, estudiante de Doctorado en Investigaciones Educativas del DIE-Cinvestav.

Historia del CONAFE: su importancia para los habitantes de los territorios rurales fue la primera de las mesas de análisis por los ‘50 años del Conafe (1971-2021): reflexiones sobre el camino andado y por andar’, organizadas por el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE) de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y la Red Temática de Investigación de Educación Rural (RIER), bajo la coordinación del Dr. Diego Juárez Bolaños, investigador del INIDE, para reflexionar sobre los logros, retos y problemas que enfrenta el Consejo Nacional de Fomento Educativo, una de las instituciones fundamentales en el desarrollo de la educación rural en México, que en septiembre cumplirá 50 años de existencia.

PEDRO RENDÓN/ICM

 

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