La función de verificar información para las audiencias la deben realizar organizaciones civiles, agencias privadas, la Academia y las mismas empresas que producen contenidos, ya que esta función ayuda a corregir falsedades y a desintoxicar la conversación pública, afirmó el Doctor (Dr.) Manuel Alejandro Guerrero Martínez, Académico del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana (IBERO).

Señaló que la propaganda de los poderes (Legislativo, Ejecutivo o Judicial) que se difunde en medios públicos es legítima, pero deja de ser legal, cuando empieza a tener visos de promoción personal para los y las funcionarias, pues el artículo 134 constitucional establece que la propaganda debe tener carácter institucional y fines informativos, educativos o de orientación social, y en ningún caso incluirá nombres, imágenes, voces o símbolos de un servidor público.

"¿Qué significa esta cuestión de promoción personal? Cuando uso la comunicación que está al alcance de la institución gubernamental a la que pertenezco, uso recursos públicos para promover mi imagen personal, mis cualidades con fines de que la gente o la opinión pública me ubique eso es ilegal. O bien, que personalice los resultados de la institución de gobierno donde laboro o que encabezo", detalló.

Respecto a la iniciativa del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano llamada Infodemia, que tiene como fin combatir noticias falsas y ofrecer a las audiencias digitales un espacio de información verificada, indicó que el problema es que sea financiado con recursos públicos y compruebe información tendiente a ser favorable al gobierno, lo que resulta muy parcial para un ciudadano, quien corre el riesgo de quedarse con una visión sesgada de las cosas.

Sobre los programas de opinión que se trasmiten en medios públicos, el académico de nuestra casa de estudios dijo que no debe espantar que favorezcan una posición u otra, la dificultad que puede implicar que transmitan este tipo de programas es que estén cargados hacia una sola línea, desestimando el debate o la crítica válida que se pueda hacer respecto de la gestión gubernamental.

"Los medios públicos están para formar fundamentalmente a la población. Educarla, formarla, informarla de una manera que, si bien nunca va a terminar de ser enteramente imparcial, sí debe ser equilibrada. Hay programas que favorecen una posición, pero debe haber otros que favorezcan otras posiciones. Que se dé un equilibrio en los programas de opinión", anotó.

Remarcó que los programas informativos en los medios públicos están doblemente obligados a la imparcialidad, y aunque no exista la objetividad en la información, sí puede se puede dar equilibrio, profesionalismo, balance y criterios, como ceñirse a datos comprobables y contrastados en otras fuentes de información.

Ante el alejamiento de las y los consumidores de noticias: "periodismo de soluciones"

El investigador de medios de comunicación y democracia señaló que hay datos que muestran que hay un alejamiento de las y los consumidores de noticias, no solo en México, sino en todo el mundo, y esto se debe fundamentalmente a que “hay un tono pesimista en las notas”, pues se retratan problemas y un mundo en crisis o con mucha incertidumbre.

Manifestó que esta situación a la gente la abruma porque la deja con un sentimiento de impotencia, por lo que una de las recomendaciones que ha hecho a diferentes medios de comunicación es que implementen nuevas estrategias de cómo contar la realidad y una que promueve en México llamada "periodismo de soluciones".

"Si en una colonia hay desabasto de agua, que no se quede en eso. Hacer la investigación para ver qué están haciendo las autoridades y la propia comunidad. De ahí puede haber lecciones y experiencias que pueden aprender otras comunidades. Enfocarse en la solución, aunque no haya sido exitosa, da un aprendizaje. Esto termina por empoderar a la gente que desde su trinchera es parte de esa solución", concluyó.

Texto: Luis Reyes / Foto: Firefly

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