Mención honorífica para estudiante IBERO en la ‘Architecture Competition Sansusī Forest Food Court’
Decía el escritor francés Honoré de Balzac que “no existe gran talento sin gran voluntad” y eso sin duda lo sabe Diego Sierra Mora, un alumno de décimo semestre de la Universidad Iberoamericana dedicado a sus estudios de Arquitectura, su trabajo y su servicio social.
Como es de esperarse, su tiempo libre es muy escaso, pero esas valiosas horas las dedica a desarrollar proyectos que inscribe a diferentes concursos, uno de los últimos fue la “Architecture Competition Sansusī Forest Food Court”, en el que su propuesta The Forest Wind Chime obtuvo la Mención Honorífica.
El “Sansusī Forest Food Court” es organizado por Buildner, una plataforma internacional que -de acuerdo con su sitio web- promueve dos tipos de concursos de diseño y arquitectura: unos enfocados en ideas y otros en proyectos. Los primeros “son ejercicios académicos para fomentar el desarrollo de conceptos enfocados en temas específicos, mientras que los segundos, generalmente se promueven en asociación con un colaborador o cliente que busca soluciones para proyectos potenciales”.
Este concurso estuvo enfocado en proyectos, que giraron en torno a un festival que se organiza en Letonia desde 2014, el “Sansusī”, el cual fusiona conciertos al aire libre de música de cámara con otras artes escénicas -como danza contemporánea y teatro-, en un entorno boscoso y en donde la propuesta arquitectónica consistía en diseñar el área de comida que serviría como el elemento central del evento, cuya estructura debería poder ensamblarse a mano y construirse con materiales sostenibles.
¿Cuál es el concepto de “The Forest Wind Chime”?
La propuesta, que destacó en la competencia internacional de “Sansusī Forest Food Court”, la trabajó en sus tiempos libres Diego Sierra Mora durante cinco meses y su concepto está basado en "la creación de un pabellón de campanas de viento que generen sonidos relajantes a través del movimiento del aire, que además pueda mezclarse con el entorno natural”.
Para este proyecto, Diego partió de la idea de que la arquitectura puede “trascender su forma física y lograr una conexión entre las y los espectadores con el entorno, para transportarlos a una experiencia inmersiva más profunda y significativa, que no sólo es visual, sino también auditiva y sensorial”.
El diseño busca que las hojas caídas de los árboles circundantes proyecten una sombra sobre el pabellón, “haciendo que el proyecto se mezcle armoniosamente con el entorno natural”; para ello, la elección de los materiales fue muy importante pues la idea era no sólo promover la sostenibilidad, sino “crea una relación simbiótica entre la naturaleza y la arquitectura”.
¿Cómo fue el desarrollo de este proyecto?
“Encontré el concurso hace como cinco meses, comencé a desarrollar la propuesta antes de inscribirme, generalmente, cuando encuentro un concurso que me llama la atención, empiezo a planear y a desarrollar el proyecto y ya que tengo una idea buena y clara, que pienso podría tener potencial, ya pago la inscripción, pero me espero a tener algo empezado”, dice Diego Sierra.
“Realmente no tenía mucho tiempo de trabajarlo, pero en mis ratos libres le daba un día a la semana o un fin y así lo fui desarrollando, la última semana le metí más intenso porque se acercaba la fecha de entrega; pero, por ejemplo, si una semana no podía avanzar, la siguiente se me ocurría algo, lo modificaba y me iba poniendo metas de acabar hasta tal punto”, señala Diego, quien compagina sus estudios en Arquitectura con su empleo.
Sobre cómo inicia la planeación de un proyecto, menciona que “varía mucho, no hay tal cual un método, una receta de pasos a seguir, cada arquitecta o arquitecto tiene sus métodos; incluso pienso que yo personalmente, cada proyecto que he hecho lo he abordado de manera diferente y siguiendo una metodología diferente, creo que depende mucho del tipo de proyecto, del tema y cuál es la intención de esa propuesta”.
“Lo que sí pienso que es importante, y eso sí, probablemente tienen en común todos los proyectos que he hecho, es que tienen una investigación o una intención inicial detrás; o sea, creo que no se debería de empezar, aunque muchas veces se hace, pero no se debería de iniciar con un resultado de quiero que mi proyecto o mi edificio se vea así y luego veo cómo hago que funcione, yo creo que tendría que ser completamente al revés”.
Para Diego, “el resultado estético, formal, tendría que ser una consecuencia de todo el proceso de planeación que hay detrás, toda la investigación sobre qué es lo que se necesita, para quién va dirigido, dónde está ubicado, y partir de información importante como el clima, hacía dónde debe estar orientado, qué materiales debo de utilizar y que el resultado digamos de la forma del edificio sea con base en esto”.
¿Qué motiva a Diego a participar en concursos de arquitectura?
Diego Sierra Mora se recuerda a sí mismo como un niño muy inquieto que disfrutaba armar legos, jugar con piezas de madera con las que construía cosas, y siempre lo motivó el acto de pensar en una idea y luego materializarla físicamente; por esta razón, al elegir carrera optó por Arquitectura, porque “quería algo que no fuera completamente teórico o técnico, sino que se fusionara con una parte creativa y artística”.
Su gran curiosidad e incesante deseo por crear cosas nuevas se acompañan de una férrea disciplina; que incluso ahora, alternando entre su carrera, su trabajo y su servicio social, lo han llevado a continuar un hábito que cultiva desde tercer semestre: buscar concursos de arquitectura, desarrollar propuestas y, si son lo suficientemente buenas, inscribirlas.
Además de la Mención Honorífica que acaba de ganar este 2023 en la “Architecture Competition Sansusī Forest Food Court”, Diego ha recibido diversos reconocimientos -solo o con amigos de la licenciatura que comparten su gusto por generar propuestas-, como el 3er lugar en el Concurso Nacional de Arquitectura que organiza Canacero, el 1er lugar en una competencia de Arquitectura Regional que organiza IBOMEX, el premio de estudiante por un pabellón de madera que presentó en otro concurso organizado por Buildner, entre otros.
“Llevo desde tercer semestre metiendo proyectos a concursos con varios amigos y a veces individuales como éste, sobre todo cuando tengo tiempos libres o semestres que no tienen muchas materias de esta área más creativa de diseño y que siento que necesito complementar”, dice Diego Sierra.
“Busco en internet, tal cual ‘concursos de arquitectura’ y ha encontrado diferentes, pero en Buildner, que es quien organizó el ‘Sansusī Forest Food Court’, ya he metido unos seis o siete y yo solo o con amigos ya hemos ganado algunos, primeros lugares o menciones honoríficas”, agrega el estudiante del Departamento de Arquitectura, Urbanismo e Ingeniería Civil de la IBERO.
¿El pequeño Diego que pasaba horas armando legos habría imaginado que su “yo” del futuro se convertiría en arquitecto? Quizá no, pero para el ganador de la Mención Honorífica en el Architecture Competition Sansusī Forest Food Court “el materializar una idea que está en tu cabeza, plasmarla en un plano y verlo en una construcción real es algo que a mí me movía mucho y que aún hoy me sigue motivando”.
¿También eres arquitecta o arquitecto? ¿Qué es lo que más disfrutas de tu carrera? Comparte tu opinión en nuestras redes sociales.
Por: Laura Herrera Camarillo. Fotos: Sitio web del Sansusī Forest Food Court.
Notas relacionadas
Las opiniones y puntos de vista vertidos en este comunicado son de exclusiva responsabilidad de quienes los emiten
y no representan necesariamente el pensamiento ni la línea editorial de la Universidad Iberoamericana.
Para mayor información sobre este comunicado llamar a los teléfonos: (55) 59 50 40 00, Ext. 7594, 7759
Comunicación Institucional de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Prol. Paseo de la Reforma 880, edificio F, 1er piso, Col. Lomas de Santa Fe, C.P. 01219