¿Neurociencia en la Ibero? Aquí las investigaciones que debes conocer
La “Semana del Cerebro” en la Universidad Iberoamericana tuvo lugar los días 21, 22 y 24 de marzo y además de la exposición “Cerebro al Desnudo” --que estuvo abierta a toda la comunidad en el Edificio S-- el Departamento de Psicología realizó una serie de conferencias que nos permitieron conocer más sobre los proyectos de investigación que se realizan actualmente en nuestro campus.
“Utilizamos sólo una parte muy pequeña del cerebro, pero todas estas investigaciones nos permiten avanzar en su estudio y nos acercan a una mejor comprensión de la mente humana”, mencionó la Dra. Graciela Teruel Belismelis, Directora de la División de Estudios Sociales de la Universidad Iberoamericana, durante la inauguración del ciclo de conferencias de la “Semana del Cerebro”, que tuvo lugar en el Auditorio Ignacio Ellacuría.
¿Sabías que la IBERO cuenta con un Laboratorio de Neurociencias?
El Dr. Mario Buenrostro, académico del Departamento de Psicología, mencionó que las líneas de investigación sobre neurociencia que se realizan en nuestra universidad están basadas principalmente en animales, particularmente en ratas y ratones, aunque “estamos empezando desde hace un par de años con proyectos en seres humanos”.
El Dr. Buenrostro explicó que las investigaciones con ratones y ratas “permiten entender fenómenos básicos, que son similares en diferentes animales y en el ser humano”; sin embargo, “son más accesibles tanto en tiempo, en dinero y por cuestiones éticas”.
“Los diseños experimentales para trabajar en humanos son complejos y costosos, normalmente a las personas no les gusta irse a vivir al laboratorio varias semanas --dice con un toque de humor el también académico-- ; además, no tenemos acceso al tejido cerebral porque las personas están vivas y, usualmente, a la gente no le gusta donar su cerebro, se pueden hacer resonancias magnéticas funcionales, pero eso eleva el costo de los estudios”.
Partiendo de la naturaleza interdisciplinar de la neurociencia, aunque en nuestra IBERO el laboratorio se encuentra en el Departamento de Psicología, es importante mencionar que algunas de las y los académicos que realizan investigaciones en él, forman parte de los Departamentos de Educación, Salud e incluso Ingeniería.
¿Qué investigaciones se desarrollan en el Laboratorio de Neurociencias?
En la “Semana del Cerebro” conocimos algunas de las investigaciones de neurociencia que se realizan en nuestra IBERO, las cuales son en su mayoría con ratas y ratones, como mencionamos anteriormente; sin embargo, el Dr. Mario Buenrostro nos compartió algunos detalles sobre el proyecto “conductoma”, el cual se realiza en humanos y se enfoca en un problema de salud pública que afecta a México desde hace unas décadas: el sobrepeso y la obesidad. (Aquí te decimos qué es la neurociencia).
“Llevamos casi tres mil personas registradas, es una muestra amplía, y lo que buscamos entender es en qué se fija una persona al momento de seleccionar un alimento y qué de todo su bagaje, de su pasado, tanto histórico o familiar como del día, le llevan a tomar una decisión y cómo eso va sumando a que tenga o no tenga obesidad”, menciona el Dr. Buenrostro.
“Estamos pasando a la siguiente fase, en donde vamos a trabajar con equipo que tenemos aquí en el laboratorio; por ejemplo, un seguidor ocular (eyetracker) que nos ayudará a registrar, aunque parezca obvio, por qué una persona elige unos chilaquiles en lugar de una ensalada; lo que nosotros queremos entender es qué lleva a alguien a desarrollar ciertos patrones alimenticios y qué influye en su toma de decisiones y por qué tienen o no obesidad, lo cual nos ayudará a proponer estrategias de intervención más efectivas para la gente con obesidad”.
Sobre obesidad, separación materna y el desarrollo de fármacos
La Mtra. Nayeli Zapata, especialista en obesidad y comorbilidades, también desarrolla una investigación sobre nutrición en el Laboratorio de Neurociencias de nuestra Ibero, el cual se llama “Efecto de la separación materna en el desarrollo de la obesidad y su participación en el sistema endocannabinoide”, el cual se realiza con ratones.
“El 76% de las y los mexicanos padecen sobrepeso u obesidad, lo cual es un problema de salud pública y lo que busco conocer con mi proyecto es qué está sucediendo en el sistema endocannabinoide (localizado en el cerebro y en los sistemas nerviosos central y periférico), específicamente, en los receptores CB1 y CB2, sobre los que la literatura nos dice que a veces sube o se hiperactiva o a veces baja, pero no sabemos bien cómo funciona”, explica la académica, quien estudió la maestría en Nutriología Aplicada.
Al respecto, la Mtra. Zapata señala que, si bien la nutrición es muy importante en el combate de la obesidad, “al tratarse de un problema vinculado con el sistema nervioso central, pienso que entender mejor el sistema endocannabinoide, podría ayudarnos a encontrar un fármaco que nos permita regular el apetito y la saciedad”.
¿De qué va su investigación? “Mi hipótesis es que al separar a las ratitas de su mamá, el estrés las hará buscar comida altamente palatable (la cual tiene porcentajes elevados de azúcar, grasa, sal y harina) y van a desarrollar obesidad, en mayor medida que el grupo control que no va a consumir tanto este tipo de alimentos”.
“A través de ellas voy a estudiar qué efecto tienen algunas proteínas en el cerebro a nivel hipotálamo y ver cuál fue el efecto de esta separación materna y este estrés en el consumo y en el cerebro, qué pasó en el sistema endocannabinoide y qué pasó en sus receptores, que en este caso son los CB1 y CB2”, amplía la también nutrióloga.
¿La alimentación puede reducir el daño causado por la inhalación de solventes?
Otra investigación que se realiza actualmente en nuestra IBERO es “Efectos del consumo de una dieta enriquecida de isoflavonas de soya sobre el estrés oxidativo producido por la administración crónica de tolueno en ratas adolescentes”, que realiza la estudiante del doctorado en Investigación Psicológica, Flor Mata, quien es bióloga y tiene una maestría en Ciencias en Farmacología.
“¿Qué quiero hacer en este proyecto? Tenemos ratas adolescentes con las que investigamos el uso de disolventes, los cuales, al ser una droga tan barata y accesible, ha incrementado su consumo y esto representa un problema de salud pública en México, sobre todo en población de niños y jóvenes”, explica la Mtra. Mata, quien actualmente se desempeña como técnica académica en el Laboratorio de Neurociencias de la IBERO.
“Lo que queremos determinar con la investigación es que, como ya se sabe, el estrés oxidativo generado por la inhalación de estos disolventes genera daños en el organismo, entonces, queremos ver si con el consumo de una dieta enriquecida de isoflavonas de soya, disminuye o reduce el daño en las ratas adolescentes”, dice la investigadora.
¿La separación materna influye en el alcoholismo?
El Mtro. Sinuhé Muñoz, quien también estudia el doctorado en Investigación Psicológica, desarrolla un estudio en ratas sobre los “Efectos de la separación materna sobre el consumo de alcohol”, la cual “consiste en tomar un modelo de estrés temprano que ya ha sido reportado en la literatura que tiene un efecto importante en la conducta”.
Para la investigación “tomamos a las crías de una ratita y los separamos en los primeros dos o tres día de nacimiento, lo que hacemos de manera experimental es que en otra caja ponemos a la madre y dejamos a las crías separadas durante tres horas y esto lo hacemos durante dos semanas”, menciona el también psicólogo, quien ha trabajado en instituciones de servicio público como la Comisión Nacional contra las Adicciones de la Secretaría de Salud.
“Este tipo de niveles de estrés temprano son importantes porque desestructuran o modifican por completo toda la arquitectura de los sistemas de recompensa, por lo cual, de manera conductual, estos animales tienen una mayor preferencia al alcohol”, menciona el estudiante de doctorado, quien explicó que parte del experimento consiste “en que una vez que las crías pasaron por ese periodo de separación, dejamos que estén con su mamá otras dos semanas más y ya que están grandes, quitamos a la mamá, dejamos que los hermanitos estén un rato y posteriormente los colocamos en cajitas individuales”.
Cada ratita tiene acceso a dos botellas, una con agua y otra con una concentración de alcohol a las cuales tienen acceso todo el tiempo, “esto lo hacemos de manera gradual; es decir, damos una concentración bajita, hasta una alta concentración”, describe el Mtro. Muñoz.
“Lo que podemos observar es que las ratas separadas de su mamá, tienen una alta preferencia por el alcohol; a diferencia del grupo control, quienes también tienen alcohol y agua, pero no les gusta el alcohol”, menciona el psicólogo.
Sobre su proyecto, el Mtro. Sinuhé dice que también estudian la “resiliencia”, un concepto acuñado por las ciencias sociales en el que un individuo atraviesa por eventos estresantes y tiende a recuperarse. Aplicado a su modelo, el investigador señala que “hay animales que a pesar de haber sido separados no consumen tanto alcohol, podríamos decir que cuentan con una mayor resiliencia al estrés”.
¿Socializar ayuda a nuestro cerebro?
“Otro de los proyectos que estamos trabajando es con ratas, que son expuestas a diferentes estímulos, los cuales pueden ser la actividad física, el juego, la actividad social y la actividad sexual. Lo que queremos ver es cómo estas conductas favorecen el desarrollo de nuevas neuronas, particularmente en estructuras que nos ayudan a mejorar nuestra memoria, a tomar decisiones y a tener menos problemas de estrés y ansiedad”, menciona el Dr. Mario Buenrostro.
Respecto de esta investigación, el académico señala “les vamos adelantando que una de las conductas que tienen un mayor performance es la actividad social, la cual mientras más aumenta, registra mejores niveles de memoria, mejores niveles de control de ansiedad, estrés, menos problemas de depresión, etcétera y lo que queremos ver ahora es si estas conductas, se vinculan con los niveles de neurogénesis (el proceso mediante el cual se generan nuevas neuronas) y con la conexión neuronal”.
“Entre más conexiones, normalmente, el cerebro responde mejor a los estímulos ambientales y somos más exitosos al momento de adaptarnos, entonces, queremos ver si existe esta correlación, nuestra hipótesis es que sí existe y que esta relación está mediada por ciertos genes, los cuales promueven la plasticidad cerebral”, amplía el Dr. Buenrostro.
¿Sabías de estas investigaciones de neurociencia que se realizan en la IBERO? Comparte tu opinión en nuestras redes sociales.
Por: Laura Herrera Camarillo.
Notas relacionadas
Las opiniones y puntos de vista vertidos en este comunicado son de exclusiva responsabilidad de quienes los emiten
y no representan necesariamente el pensamiento ni la línea editorial de la Universidad Iberoamericana.
Para mayor información sobre este comunicado llamar a los teléfonos: (55) 59 50 40 00, Ext. 7594, 7759
Comunicación Institucional de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Prol. Paseo de la Reforma 880, edificio F, 1er piso, Col. Lomas de Santa Fe, C.P. 01219