¿Qué es un Evento Vascular Cerebral (EVC) y cómo prevenirlo?
Seguro has escuchado que alguien dice que a un familiar o conocido “le dio un derrame cerebral” o “tuvo un infarto cerebral” y, por consecuencia, falleció o a partir de entonces no puede mover una parte de su cuerpo, no puede hablar o perdió la vista.
Aunque comúnmente pensamos que el “derrame” o “infarto cerebral” son sinónimos, el Dr. Carlos Omar López, académico e investigador del Instituto de Investigación Aplicada y Tecnología (InIAT) y especialista en rehabilitación, nos explica que “no son los términos correctos porque una cosa es que se te tape una arteria y no te llegue la sangre y otra es que se rompa una arteria y se empiece a desangrar dentro del cerebro, las dos son parte de la Enfermedad Vascular Cerebral (EVC), pero una cosa es un infarto y otra una hemorragia”.
“Los médicos le llamamos Enfermedad Vascular Cerebral o Evento Vascular Cerebral, esos sí son sinónimos”, nos dice el Dr. Carlos López. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los EVC representan la segunda causa de muerte a nivel mundial; mientras que en nuestro país, datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2021 revelan que ocasionaron 37 mil 453 decesos, convirtiéndose en la séptima causa de fallecimientos, la mayoría en hombres mayores de 65 años.
Además de su potencial mortífero, la razón por la que los EVC son un problema de salud pública es que, a nivel mundial, representan la primera causa de discapacidad en personas adultas, dado que pueden afectar a diversas partes del cerebro que controlan la motricidad, el habla, la vista e incluso la capacidad de razonar.
¿Qué causa un EVC? ¿Y qué son el tipo isquémico y hemorrágico?
“Si fumas, si tienes obesidad, si tienes diabetes o hipertensión - principalmente si estas dos últimas no se tratan, porque su presencia controlada representa un riesgo menor - si ya tienes cierta edad (es más frecuente en hombres mayores de 40 años), niveles de colesterol altos, todo eso se conoce como riesgo cardiovascular o factores de riesgo cardiovascular”, nos explica el investigador de nuestra Ibero.
La obesidad y los niveles de colesterol son un riesgo porque el Dr. Carlos nos explica que “existe una patología que se conoce como placa de ateroma, que es cuando se te llenan las arterias de grasa, no sólo en el corazón, en cualquier arteria, pero poniendo como ejemplo las coronarias, que son las más comunes, te dicen ‘le dio un infarto porque se le hizo un coágulo de sangre y tenía tapada la arteria’, eso se debe a lo que los médicos llamamos aterosclerosis y eso se incrementa por los factores de riesgo cardiovascular”.
El académico de nuestra Ibero abunda que “así como se tapa la arteria de un corazón, se puede tapar la arteria del cerebro, esa es una de las causas del EVC, nosotros le llamamos causas oclusivas, que es como la isquemia cuando se tapa la arteria y la sangre ya no llega; es como si le cortaras el flujo de sangre a ese segmento del cerebro, y generalmente se puede deber a una placa de ateroma que creció mucho y ocluye la arteria, o sea que la sangre llega y ya no puede pasar, y como ahí van tus plaquetas y tus eritrocitos, se hace un coágulo y se tapa”.
“La otra es que la placa de ateroma se rompa, jale todo el sistema de coagulación, se forme un coágulo en la placa y ese coágulo después se desprenda y viaje, se vaya a una arteria más chiquita. Asimismo, puede deberse a un problema del corazón, en el cual se mueva de forma irregular, forme coágulos y uno de estos se vaya para el cerebro y te tape. Entonces, hay muchas causas para el EVC, pero la causa más frecuente es el riesgo cardiovascular”, nos dice el investigador.
Con relación a las causas isquémicas, el Dr. Carlos López dice que “pueden ser embólicas o trombóticas; trombo es cuando se forma el coágulo ahí y tapa, mientras que embólica es cuando viaja el coágulo desde otro lado y va y se deposita ahí, eso es un émbolo”.
Es por ello que el académico nos explica que “infarto” y “derrame” cerebral no son sinónimos: “Cuando dicen hemorragia cerebral sobre un EVC, no necesariamente fue hemorrágico, una hemorragia cerebral es cuando una arteria se rompe, entonces empieza a sangrar y la sangre sobre el tejido nervioso es tóxica, entonces, daña las neuronas y las neuronas comienzan a morir”.
¿Por qué se puede romper una arteria del cerebro?
“Una puede ser por que tengas, por ejemplo, hipertensión descontrolada, a una persona se le sube muchísimo la presión y una arteria del cerebro es muy frágil y se rompe. Otra, es que nazcas con una malformación en las arterias del cerebro que se conoce como aneurisma; es decir, tienes esta condición y de repente sube un poquito la presión en el cerebro y se rompe”, nos explica el Dr. Carlos López.
Aunque las aneurismas son poco comunes y se nace con ellas, para los médicos “son bombas de tiempo en la cabeza” porque pueden romperse con presiones tan simples como pujar en el baño o levantando una caja pesada y “generalmente se manifiestan en la niñez, en la adolescencia, muy rara vez en etapas más adultas”.
“El problema de este tipo de hemorragias es que tienen una alta tasa de mortalidad; sin embargo, si sobreviven, las secuelas del EVC suelen ser mucho menores, a diferencia del otro: el isquémico, el trombótico o el embólico dejan muchas secuelas”.
¿Cuáles son las secuelas de un EVC?
El académico e investigador menciona que las secuelas dependerán del lugar donde se haya formado o donde se lleve a cabo el EVC; por ejemplo, si ocurre en la parte posterior del cerebro, conocida por los médicos como zona occipital, puede haber daños en la visión e incluso la o el paciente pueden perder la vista por completo. Si afecta el cerebelo, ahí se controla el equilibrio.
“Si afecta la arteria que va hacia la parte del cerebro que es la región parietal, que es el más frecuente en la cerebral media, la alteración más frecuente suele ser motora, la persona pierde movimiento de la mitad del cuerpo; sin embargo, si afecta el lado dominante, ahí surge un problema mayor porque también puede afectar el habla, nosotros le llamamos afasia, que es la incapacidad de comunicarse y puede ser motora, donde la persona sí te entiende pero cuando quiere hablar no puede o responde algo que no tiene sentido; por ejemplo, le preguntas ‘¿cómo estás?’ y responden ‘tortilla’, en su cabeza la idea estaba bien, pero la parte que integra lo que yo entiendo con lo que quiero decir está perdida”, explica el Dr. López.
“Las afasias son altamente discapacitantes y hay otro tipo de afasia que yo creo que es peor porque todavía una persona que tiene afasia motora puede reeducarla con dibujos, con un esquema de interpretación, que nosotros podamos entender lo que nos dice, pero los pacientes que tienen afasia sensorial, no entienden lo que les estás diciendo, entonces, ellos escuchan y lo que les dices no tiene sentido y no te pueden contestar”, dice el médico experto en rehabilitación.
El investigador señala que “también podemos tener infartos en una estructura del cerebro muy importante que se conoce como tálamo, el cual les explico a mis alumnas y alumnos que es como el policía de nuestro cerebro porque filtra la información que entra y sale, la parte sensorial, de lo que tocamos, de lo que sentimos, de lo que vemos, y tener un EVC ahí las y los pacientes pueden quedar con mucha discapacidad, son los tipos de infarto más difíciles de rehabilitar”.
“Las secuelas pueden ser muy variables, la realidad es que depende del sitio donde se lleve a cabo el EVC y de ahí el pronóstico cambia”, nos dice el Dr. López. Informes del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN) de México, publicados en 2022, detallan que el 80% de los casos que atiende dicha dependencia son del tipo isquémico y 20% por hemorragia cerebral.
¿Podemos prevenir un EVC?
Como ya nos explicó el especialista de nuestra Ibero, podemos reducir los factores de riesgo, que son fumar, el sobrepeso y la obesidad, el colesterol alto y tener descontroladas la diabetes y la hipertensión. El problema en el EVC es que, al igual que en el caso de un infarto al corazón, se presentan de forma repentina sin tener, necesariamente, dolores que durante los meses previos generen sospechas en las y los pacientes.
Por lo cual, en su sitio web el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) destaca que conocer los signos de alarma que ocurren en las horas previas a un EVC nos pueden salvar la vida: entumecimiento, debilidad o parálisis de la cara, el brazo o la pierna - en uno o ambos lados del cuerpo- que aparecen de forma repentina, visión borrosa o reducción de la visión en uno o ambos ojos, aparición brusca de mareos, pérdida del equilibrio o caídas sin explicación, incapacidad repentina para comunicarse, ya sea por dificultad para hablar o entender y dolor de cabeza súbito, de gran intensidad y sin causa aparente.
Si tú o alguien cercano presentan estos síntomas, tienen que ir inmediatamente al hospital porque se trata de una emergencia médica en la que cada minuto cuenta, pues mientras más tiempo dure la interrupción del flujo sanguíneo al cerebro, el daño puede ser mayor, por lo que recibir una atención oportuna puede salvar a la persona y reducir las secuelas.
Actualmente, el Instituto de Investigación Aplicada y Tecnología (InIAT) de la Ibero trabaja en un simulador inmersivo de realidad virtual y una plataforma robótica en el cual las personas que han perdido la movilidad en la mitad de su cuerpo, pueden realizar su terapia de rehabilitación de una forma más lúdica y que comenzará a probarse clínicamente a partir de marzo de 2023 en el Hospital General de México.
Te recordamos que en la Universidad Iberoamericana contamos con un Departamento de Salud, que tiene entre sus programas académicos una licenciatura en Nutrición y Ciencia de los Alimentos, así como las especialidades en Obesidad y Comorbilidades y Nutrición Gerontológica.
Por: Laura Herrera Camarillo / MYMV
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