“Ojalá México comprenda que la salida nunca son las armas”: Padre de Roux en la IBERO

Mar, 20 Jun 2023
El Presidente de la Comisión de la Verdad y figura clave en el proceso de paz en Colombia, habló con la prensa sobre la experiencia de su país con la guerra y los conflictos armados
Durante su charla con reporteras y reporteros en la IBERO, el Padre de Roux explicó por qué la guerra no es la solución a ningún conflicto
  • El padre Francisco de Roux luego del encuentro con medios en la IBERO Ciudad de México. (Foto: Alberto Hernández)

Pese a su sencillez, el Padre Francisco José de Roux Rengifo, S.J. no pasó desapercibido mientras caminaba rumbo al Auditorio Fernando Bustos de la Universidad Iberoamericana, en donde se reunió con la prensa, previo a la entrega del Doctorado Honoris Causa que le otorgó este martes 20 de junio el Sistema Universitario Jesuita (SUJ).

No obstante que vivió los horrores de un conflicto armado que sumió a Colombia en una guerra interna de 60 años y de haber escuchado las historias más desgarradoras tanto de parte de las víctimas, como de lado de las y los perpetradores, la presencia del Padre de Roux emana calma y tranquilidad

Desde esa ecuanimidad y con la experiencia de décadas trabajando por la paz en el Magdalena Medio, uno de los epicentros del conflicto en Colombia, nos dice: “Ojalá se llegué en México a comprender que la salida nunca son las armas, nunca, ni de parte del Estado, ni de parte de la sociedad civil, las armas llevan a la guerra, todo lo que la guerra toca lo daña, todo”.

“Nosotros lo aprendimos en Colombia porque no fuimos capaces de solucionar un problema que era político y social, que había que solucionarlo por una negociación, en la cual hay que ceder, se negocia para llegar a un acuerdo, y como no lo pudimos solucionar así, decidimos solucionarlo con las armas”, menciona el sacerdote jesuíta, quien presidió la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición.

¿Cuáles son los conflictos no negociados a los que hace referencia?

Históricamente, durante el siglo XIX, cuando muchos países en Latinoamérica alcanzaron su independencia, vivieron luchas internas entre conservadores y liberales; por desgracia, esos conflictos continuaron en Colombia hasta el siglo XX, teniendo su periodo más álgido entre 1920 y 1960, en una etapa recordada por las y los colombianos como “La Violencia”.

Esas disputas políticas entre simpatizantes del Partido Liberal y del Conservador, que pudieron arreglarse por la vía de la negociación, como menciona el Padre de Roux, generaron una gran inestabilidad económica y social que fue el medio ideal para el desarrollo de grupos guerrilleros que comenzaron a surgir en los 60 y que junto a nuevos actores, como paramilitares y cárteles del narcotráfico, desataron dolorosos episodios de violencia en Colombia.

“Nos fuimos a una guerra de 60 años, entre otras, con la asesoría del Pentágono, yo no diría de Estados Unidos, sino del aparato militar que empujó esa guerra y no llegamos a nada, todos los problemas se agrandaron, nada se arregló y los que más sufrieron fueron los pobres, los indígenas, las poblaciones afrocolombianas, los campesinos, que no querían la guerra y que no querían saber nada de la guerra”, señala el Padre de Roux.

¿A quién le conviene la guerra? 

Hace casi un año, el 28 de junio de 2022, el Padre Francisco de Roux, al frente de la Comisión de la Verdad, entregó en Bogotá el primer informe con “hallazgos y recomendaciones” para lograr la paz, después de haber conversado con cerca de 30 mil personas víctimas del conflicto, sin descanso, durante más de 2 mil 200 días.

Como parte de su labor en la Comisión de la Verdad y trabajando por más de 15 años en el Magdalena Medio, tras la entrega del informe, el Padre Francisco comparte que fue invitado a hablar sobre los resultados tanto en su país, como en Francia, España y frente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en donde dijo: “Por favor, ustedes países del Consejo de Seguridad nos han ayudado para la guerra, ¡no más!, no den un peso más para la guerra, si nos quieren ayudar, ayúdenos para la paz”. 

Esa convicción con la que se enfrentó a poderosos grupos económicos en Colombia, que pusieron en riesgo su vida, la mantiene al hablar de los intereses que mueven las armas en el mundo y no teme opinar sobre la actual guerra en Ucrania que describe como una “invasión agresiva y criminal de Vladímir Putin”, aunque también condena el papel de otras naciones en este conflicto: “Que Europa y Estados Unidos pongan 17 mil millones de dólares en esa guerra hace que mueran muchachos, que huyan familias”.

“Cada uno de los muchachos que mueren en todos lados son empujados por políticos, invitados a que vayan a matarse entre ellos”, condena el Padre Francisco de Roux, quien a pesar de la crudeza de los hechos que narra, jamás se inmuta, ni alza la voz. 

Pero el dolor se deja ver en su mirada cuando recuerda las conversaciones personales con las víctimas: “uno comprende que no son sólo números, sino que cada persona es un mundo con ilusiones, con sueños, con familia, con proyectos, con aspiraciones y queda de pronto devastada en la guerra sin saber por qué”.

Ninguna ni ningún joven debería morir por la patria

El Padre de Roux trabajó por más de 15 años en una zona de Colombia que destaca por la belleza de sus paisajes, poseedora de una enorme biodiversidad y por donde atraviesa el majestuoso río Magdalena, pero cuyas riquezas -que incluyen oro y petróleo- la han convertido en el centro de las disputas entre el gobierno, los paramilitares, los grupos guerrilleros y del narcotráfico: el Magdalena Medio.

Estos acercamientos tanto con la naturaleza, como con la población indígena de esta vasta área de unos 30 mil kilómetros de extensión, que comprende 28 municipios, han dotado al sacerdote jesuíta de una gran conciencia por la ecología, quien durante su reunión con medios de comunicación en la IBERO expresó: 

“Hay que pensar en la totalidad del planeta y construir una comunidad mundial, de la cual son parte las personas que vivirán dentro de 200 años y dependen de nosotras y nosotros cuidar a las especies nativas, esto no puede seguir así, debemos motivar a las y los jóvenes para que nunca más se dejen atrapar en la idea de la defensa de la patria, vamos a morir por la patria, no”.

Estamos avanzando hacia un mundo en donde no habrá más patrias, tendremos esta parte de la Tierra que es cada vez más pequeña, donde estamos todos cada vez más conectados y donde felizmente hemos descubierto o hemos ido descubriendo la belleza de las diferencias de los mexicanos, los colombianos, los africanos, los japoneses, los chinos, los alemanes”, señaló el Padre de Roux.

¿Cómo logró la Comisión de la Verdad hacer un cambio en Colombia?

El camino no ha sido fácil y el sacerdote jesuíta es consciente de que la entrega del Primer Informe representa un avance, pero es sólo el primer paso, lo que recomienda a naciones que sufren este tipo de violencia a varias escalas como lo que ha enfrentado Colombia es, primero, escuchar a las víctimas.

“Hay que ponerse en una actitud de enorme vulnerabilidad, no la vulnerabilidad de la víctima sino la de nosotras y nosotros, dejarnos tocar por el sufrimiento humano y tratar de tener una visión de fondo sobre qué es lo que está pasando”, afirma el Padre de Roux.

Debemos partir de “acercarnos a las víctimas personalmente, yo puedo decirles a ustedes muchos números, en Colombia hubo 51 mil secuestros, murieron 120 mil muchachos entre el Ejército y paramilitares en campos de batalla, muchos de ellos sin saber para qué estaban peleando”, agrega el Padre de Roux, quien además de estudiar filosofía y teología, cuenta con un Doctorado en economía de la Sorbona, en París. 

“Hubo 7 millones 500 mil desplazados, hubo cerca de 8 mil jóvenes pobres asesinados por el Ejército que necesitaba presentar cadáveres para decir que eran muertos en combate, pero eso son números, la cosa cambia cuando le pones nombres, es Javier, es Alma Rosa Jaramillo, quien trabajaba con nosotras y nosotros en el Magdalena Medio y la despedazaron con una motosierra viva, le fueron cortando las partes del cuerpo”, recuerda con tristeza el sacerdote.

Este es un problema de personas, de niños, de niñas, de personas que tenían sueños, que tenían ilusiones, que tenían familia”; sin embargo, el Padre Francisco dice que esos testimonios hay que acompañarlos de un análisis, que requiere “un conocimiento, una metodología para recoger la información”.

¿Cuáles son los principales aprendizajes de la Comisión?

La violencia es muy compleja “nosotros logramos hacer la paz con el grupo guerrillero más fuerte que había en el país, las FARC, llegaron hacer 21 mil, con una capacidad inmensa de desestabilización del país y eso fue muy importante, pero hay otros grupos guerrilleros como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), de las mismas FARC, hubo dos mil de ellos que desistieron de la paz después de que se había firmado, como la penetración del narcotráfico que ustedes ya están viviendo en México y que desata un montón de bandas”.

A pesar de ello, el Padre Francisco reconoce que el trabajo de la Comisión de la Verdad “tuvo un efecto muy hondo en el país, durante esos cuatro años, justamente porque escuchábamos a las víctimas y todo eso se llevaba a la televisión, a los periódicos, a obras de teatro, a grafittis, a transmisiones por radio y se llegó a conversaciones con los militares, con paramilitares, con los guerrilleros, todo esto en público y se conversó con los partidos políticos, se habló en muchos foros en distintas universidades”.

“Eso movilizó a Colombia”, menciona el Padre de Roux, quien señala que las y los colombianos tomaron la paz como uno de los ejes principales para elegir a los candidatos presidenciales, que culminaron con la elección de Gustavo Petro al frente del Ejecutivo, quien al recibir el poder dijo “voy a aplicar a raja tabla las recomendaciones de la Comisión de la Verdad”.

El Padre de Roux, quien cuenta con una preparación académica de élite, pero también es un hombre de fe, concluye su reunión con los medios señalando: “Queremos hacer de Colombia, después de tanto dolor, un símbolo para la paz en el mundo”.

Por: Laura Herrera Camarillo.   Fotos: Alberto Hernández Mendoza.   Ilustraciones: Facebook/@ComisionVerdadC 

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