#Opinión | Captura de Ovidio y la Cumbre con Biden, un análisis desde la diplomacia pública

Vie, 6 Ene 2023
La captura del hijo del "Chapo" se da en un contexto donde la política energética y ambiental de México han abonado a una ríspida relación bilateral con EU
  • El gobierno de AMLO calificó el suceso como un “gran logro” de su administración
Por: 
Blanca Elena Gómez García*

El día de ayer, la noticia de la captura, por segunda ocasión, de Ovidio Guzmán, hijo del Chapo Guzmán, uno de los narcotraficantes más buscados por Estados Unidos, acaparó la atención de los medios de comunicación tanto nacionales como internacionales. Las reacciones no se hicieron esperar, por una parte, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, calificó el suceso como un “gran logro” de su administración, pues se afirma que esto da un duro golpe al Cártel de Sinaloa o también conocido como Cártel del Pacífico, mientras que la oposición sostiene que la detención careció de una efectiva estrategia de seguridad tras la detención de Ovidio, lo que derivó en enfrentamientos violentos y actos de terror contra población civil en Sinaloa.

Debemos recordar que el hijo del "Chapo" fue detenido en 2019, por un periodo muy breve de tiempo y liberado, casi inmediatamente, en respuesta a los actos violentos que este hecho desencadenó, un escenario muy similar al que observamos ayer. En aquella ocasión, el presidente Obrador pidió la liberación, ya que “estaban en riesgo muchos ciudadanos, muchas personas, muchos seres humanos y se decidió proteger la vida de las personas”. El impacto de esta decisión fue un duro golpe a la credibilidad del gobierno, y a la efectividad de las instituciones encomendadas a salvaguardar la seguridad.

Hoy, la captura del hijo del Chapo ayuda al régimen obradorista a construir la imagen, desde una visión de diplomacia pública, de un país aliado para la consecución de un objetivo común: fortalecer la seguridad nacional de México, Estados Unidos y Canadá, así como la seguridad regional en América del Norte.

El momento es propicio, el próximo lunes, 9 de enero, arrancará la Cumbre de Líderes de Norteamérica cuya agenda contempla abordar temas como diversidad, equidad e inclusión; así como cambio climático y medio ambiente, competitividad, migración, desarrollo, salud y seguridad. La captura de Ovidio Guzmán se da en un contexto donde la política energética y ambiental de México han abonado a una ríspida relación bilateral con Estados Unidos.

Basta recordar las reuniones que John Kerry ha mantenido con el presidente Obrador para discutir, por una parte, las violaciones del T-MEC derivadas de la actual política energética mexicana, y, por otra parte, para establecer metas claras en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero por parte de nuestro país, un tema que había sido opacado como consecuencia de las características del énfasis en el uso de energías no renovables por parte de México.

Ambos temas, mostraron avances significativos a lo largo del 2022, a través de la generación de consensos, México ha sido reconocido como un país cooperante, y hoy, con la detención de Ovidio, avanza hacia la construcción de una imagen de país aliado, lo que le da una ponderación marginal a sus oportunidades de negociación.

* La Mtra. Blanca Elena Gómez García es académica del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

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TP / JCM

 

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