Opinión. ¿Dónde está el camino de la liberación?
Lun, 7 Abr 2025
La insistencia en el humanismo quizás sea, en el fondo, reflejo de una sutil conciencia de que el ser humano tiene necesidad de construirse como ser humano
Quizás sea en la universidad donde uno tiene la última oportunidad de salvarse, antes de hacerse profesional y continuar su vida adulta, y así salir adelante como ser humano
El camino de la liberación no está en la acumulación de riquezas, sino en el encuentro auténtico con las personas
Al doctor Juan Bazdresch Parada, infatigable e incondicional hasta el final...
"En el caso del ser humano, el potencial intelectual del que goza le abre posibilidades inéditas de crueldad y destrucción, que han desembocado en la paradoja de poner en peligro de extinción a su propia especie.
De esta forma, la humanización no es concebida como algo dado por nuestra mera condición biológica, sino como una tarea que hay que realizar por la vía de la socialización en educación con vistas a encauzar o mitigar los impulsos destructivos de la especie homo sapiens. La insistencia en el humanismo quizás sea, en el fondo, reflejo de una sutil conciencia de que el ser humano tiene necesidad de construirse como ser humano”1.
Los amantes de Pompeya... “Salve ganancias"2.
Hasta hace menos de 2000 años, Pompeya contaba con fabricantes y expertos en comercio que la hacían una de las ciudades más prósperas de la potencia mundial número uno de esos días, Roma, un imperio poderoso y poco sensible por los débiles3.
La mañana del 24 de agosto del 79 d.C. fue la última vez de ese bello lugar: sus avenidas adoquinadas, con grandes pinos a los lados, sus villas de placer —reservadas para la gente más acomodada—, así como teatros, salones de belleza, baños públicos, casas y quintas, fueron invadidos por piedras, lava ardiente y gases lanzados por el Vesubio.
Cerca de una tienda de artículos exclusivos que hoy llamaríamos "boutique", se leía la inscripción en su frente: “Salve ganancias”. Una pareja de amantes reunía con nerviosismo, en una bolsa de piel, brazaletes, anillos, aretes, collares y cinturones de oro, amén de diamantes y otras piedras preciosas que los orfebres habían aprendido a trabajar con metales.
Otras personas alcanzaron a huir con lo que llevaban puesto o, incluso, habrían ayudado más. Pero el dominusi y su esclava predilecta no salvaron las joyas ni sus vidas.
El olvido y 10 m de ceniza sepultaron ese mundo... aparentemente.
Aquellos amantes de Pompeya, al igual que el letrero del comercio contiguo, emblematizan esas tendencias de los seres humanos a la acumulación de riquezas y a cosificarse a sí mismos y a los demás. Palabras que no corresponden al planteamiento de que el humanismo sea en el fondo reflejo de una sutil conciencia de que “el ser humano tiene la necesidad de construirse como ser humano”, citado al inicio de esta reflexión. Un elemento clave para esta edificación propia puede ser contar con ejemplos sanos y una guía inteligente desde la propia infancia.
Así, si uno los tuvo en la familia original —una buena madre, un buen padre o tío, tía, etc.—, ya inició correctamente su propio camino de liberación. Esta pretension no parece estar presente en la máxima del “culto a las ganancias”.
La verdad nos hará libres
Evidentemente, los amantes de Pompeya erraron en su realización humana y sucumbieron. Pero su mundo ávido de consumo (o “salve ganancias”) perdura y la inercia de Pompeya en el mundo ha crecido, quizá, como nunca, hasta el presente 2025.
Quedan como esperanzas aquellas pequeñas islas en el inmenso océano de la ignorancia social: los buenos hogares y los centros educativos, desde las primarias hasta las universidades.
Quizás sea en la universidad donde uno tiene la última oportunidad de salvarse, antes de hacerse profesional y continuar su vida adulta, y así salir adelante como ser humano (aunque puede haber otras vías...). Para quien esto escribe fue vital llegar a un centro educativo en el que se busca vivir la verdad y se le alienta cuando muestra ese afán.
Olvidaba decir que más de dos profesoras y profesores universitarios-laicos y religiosos, así como estudiantes de este plantel, son buenos ejemplos de esa búsqueda genuina. Ellos, “sin ser lumbreras... genios... santos o perfectos... son auténticos”4, e impulsaron a muchos a salir adelante y a liberarse. Uno de ellos fue el padre Juan Bazdresh.
Pero cuando uno halla algo muy bueno para la autoconstrucción de sí mismo, tiende a hacerlo propio y a imitarlo, como hizo San Ignacio de Loyola después de leer “la leyenda dorada de los santos”. A partir de ahí, “arranca el principio de su conversión”5.
El testimonio y palabra de cada humano que encontramos por nuestro camino “es la primera verdad que se nos ofrece en la puerta luminosa por la que podemos asomarnos a otras verdades y en especial a la verdad absoluta”6.
El camino de la liberación no está en la acumulación de riquezas, sino en el encuentro auténtico con las personas.
1.- Hilda Ana María Patiño Domínguez, Persona y humanismo, pp.13-14. Ibero 2010.
2.- Ntx, Roma. Descubren una villa punto... de... Pompeya. La Crónica, 9 - 12. 2000, 8B.
3.- Daniel Kuri Breña. La filosofía del derecho en la antigüedad cristiana, UNAM, 1968 capítulos 10 y 11.
4.- Dr. Juan Bazdresch Parada, S.J., Juan. Editorial Boletín UIA, nº 159, oct-nov 1986, p.I. “Palabras en la Ceremonia del Mérito Universitario, en la Universidad Iberoamericana”, CDMX.
5.- Víctor Manuel Pérez Valera S. J., “El dinamismo de la conversación en San Ignacio de Loyola”, en Converso. Universidad Iberoamericana. 2019, p. 29.
6.- Dr. Juan Bazdresch Parada, S.J., Juan. Editorial Boletín UIA, nº 159, oct-nov 1986, p.I. “Palabras en la Ceremonia del Mérito Universitario, en la Universidad Iberoamericana”, nota 4.
Por: Mtro. Mario Humberto Morales Albores, Área de Reflexión Universitaria
Notas de interés:
- 10 lecciones de construcción de paz para nuestra vida cotidiana
- "A Veces, la Propia Casa Es el Lugar Más Peligroso para Ser Mujer"
- ¿Por Qué con Todo y Problemas México está en el Top 10 de Países Más Felices del Mundo?
Las opiniones y puntos de vista vertidos en este comunicado son de exclusiva responsabilidad de quienes los emiten
y no representan necesariamente el pensamiento ni la línea editorial de la Universidad Iberoamericana.
Para mayor información sobre este comunicado llamar a los teléfonos: (55) 59 50 40 00, Ext. 7594, 7759
Comunicación Institucional de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Prol. Paseo de la Reforma 880, edificio F, 1er piso, Col. Lomas de Santa Fe, C.P. 01219
COMPARTIR:




