Para Trazar Caminos de Paz, hay que Formar Estudiantes que Cuestionen la Desigualdad: Rector IBERO
Mar, 12 Ago 2025
En su más reciente artículo para la Revista IBERO, el Dr. Luis Arriaga Valenzuela, S.J. escribió sobre la importancia de educar profesionistas que estén del lado de “quienes han sido sistemáticamente excluidos”
El sacerdote jesuita se refirió a la conmemoración del Día Internacional de la Paz en tiempos en los que la situación del mundo muestra una “preocupante degradación de las condiciones que hacen posible una convivencia pacífica y justa”
Rector Dr. Luis Arriaga Valenzuela, S.J.
Trazar caminos de paz y de búsqueda de una verdadera justicia exige a las instituciones educativas revisar y transformar sus prácticas pedagógicas con el fin de formar profesionistas que identifiquen y rechacen “las estructuras que sostienen la desigualdad”, que sean sensibles y que adquieran el compromiso para reconocer "el valor de la memoria histórica”, señaló el Rector de la Universidad Iberoamericana, Dr. Luis Arriaga Valenzuela, S.J., en su más reciente colaboración para la Revista IBERO: ‘Por una Cultura de Justicia y Construcción de paz’.
En el texto, que da la bienvenida al número 97 de la publicación, correspondiente a los meses agosto y septiembre de 2025, el también defensor de Derechos Humanos reflexiona en el marco de la próxima conmemoración del Día Internacional de la Paz, el 21 de septiembre, e indica que las y los especialistas que las instituciones educativas forman deben también “estar del lado de quienes han sido sistemáticamente excluidos, incluso cuando la ley les reconozca derechos que en la práctica no se garantizan”.
Para el Rector de la IBERO, la situación de varias regiones del mundo, incluyendo a América Latina y México “muestra una preocupante degradación de las condiciones que hacen posible una convivencia pacífica y justa”.
Por ejemplo, señaló el Dr. Arriaga Valenzuela con base en datos de la organización civil Impunidad Cero, casi el 93% de los delitos que se cometen en México no se denuncian, y de los que sí, sólo 0.9% logran resolución judicial. El egresado de nuestra casa de estudios también compartió datos de Human Rights Watch que indican que 90% de los homicidios no se castigan, así como cifras de reportes periodísticos que sostienen que desde 2006 más de 113 mil personas han sido reportadas como desaparecidas en el país, y tan sólo el año pasado se tuvo conocimiento de 26 mil 715 asesinatos, un promedio de 70 al día.
“La crisis también se manifiesta en la cotidianidad: extorsiones generalizadas que rara vez se denuncian, líderes sociales y periodistas amenazados, familias indefensas que pagan por su seguridad o huyen de sus hogares”, compartió el sacerdote jesuita: “Así, celebrar en nuestro contexto el Día Internacional de la Paz puede resultar no sólo vacío, sino éticamente imprudente”.
De acuerdo con la visión del autor del artículo de opinión, la justicia no debe limitarse a darle a cada uno lo que le responde, sino que también implica considerar las necesidades individuales y actuar con compasión “tanto desde un marco jurídico como desde una mirada ética, histórica y social que busca construir una convivencia fundada en la verdad. Sin considerar todo esto, sin la presencia palpable de la justicia en la ciudadanía, no puede ni debe hablarse de paz”.
¿Qué Hace la IBERO Para Educar Para la Paz?
Como parte de su reflexión de la importancia de educar para la paz, el Dr. Luis Arriaga Valenzuela, S.J. afirmó que a partir de preguntas como ‘¿Qué sentido tiene el conocimiento si las víctimas no hallan justicia?’ y ‘¿Para qué sirve el saber si no acompaña a la vida que sufre?’, la excelencia académica que se procura en la Universidad Iberoamericana sirve a la incidencia social para “discernir caminos y actuar con conciencia frente a quienes sufren la vulnerabilidad y la impunidad”.
“En la IBERO, traducimos nuestra misión en acciones concretas que entrelazan el saber académico con el compromiso por la justicia, en una labor que no ve un final, sino que va creciendo y complejizándose a medida que se involucra con la realidad del país”, escribió el Rector y dio cuenta de cómo, desde el ámbito académico, se promueven investigaciones con sentido social así como una formación crítica en justicia restaurativa, memoria histórica y acompañamiento psicosocial, con proyección gracias al “acompañamiento constante a colectivos, organizaciones civiles y comunidades, con quienes mantenemos vínculos sólidos y comprometidos, tanto en el ámbito local como internacional”.
Arriaga Valenzuela citó algunos ejemplos:
El trabajo del Programa de Seguridad Ciudadana para proponer políticas públicas de seguridad basadas en evidencia y con enfoque de derechos humanos, que realmente contribuyan a la disminución de las violencias en México e impulsen una pacificación que no pase por encima de los derechos humanos o que deje de lado las peticiones de las víctimas.
El análisis de datos que se realiza en instancias como el Departamento de Derecho, el CECRIGE o el INIAT en pro de la construcción de una sociedad de derechos y de puentes de diálogo entre entre autoridades, organismos internacionales y organizaciones de la sociedad civil, “convencidos de que sólo con una participación comprometida y compasiva se puede abonar a una sociedad más justa”.
“Formar profesionales éticos, con análisis crítico y voluntad de acción no es tarea sencilla, pero es lo que corresponde a quienes creemos que es urgente construir un país menos impune y más esperanzado”, insistió el Rector: “Educar para la paz y para la justicia implica formar personas capaces de vivir como si el mundo justo que anhelamos ya estuviera en proceso de gestación, aquí y ahora”.
Texto: Jorge Luis Cortés
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