¿Qué son los Trastornos del Neurodesarrollo (TND)?

Lun, 14 Ago 2023
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) y el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) son los más visibles, pero no son los únicos.
  • Sam Gardner, el protagonista de la serie "Atypical" es una persona con Trastorno del Espectro Autista (TEA).

Si te gusta maratonear series quizá te has topado en Netflix con “Atypical”, “The Good Doctor” o “Woo, una abogada extraordinaria”, las cuales tienen en común que sus protagonistas están diagnosticados con Trastorno del Espectro Autista (TEA), que de acuerdo con el DSM 5 --el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales más utilizado por especialistas en neurología y psiquiatría a nivel internacional--, se ubica entre los Trastornos del Neurodesarrollo (TND).

Pero, ¿qué es un Trastorno del Neurodesarrollo (TND)? La Dra. Ayodele Ikuopenikan, especialista en psiquiatría por el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, nos explica que “son alteraciones en el sistema nervioso central que pueden presentarse en cualquiera de las fases del desarrollo, que van desde la vida intrauterina --a partir de las 8 semanas de gestación-- hasta el último año de la adolescencia que es a los 18 años”.

Es decir; las personas con un TND nacen con un funcionamiento cerebral “no típico” o “fuera de la norma” que genera alteraciones en su desarrollo neuronal y se manifiesta desde una edad temprana --y hasta antes de los 18 años-- con dificultades mentales que son crónicas, pero que pueden mejorar si se detectan y se recibe un tratamiento; el cual, generalmente, es multidisciplinario e implica a especialistas en neurología, psiquiatría, psicología y pedagogía, entre otros.

¿Cuáles son los tipos de Trastornos del Neurodesarrollo (TND)?

Primero, es importante mencionar que el “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” (DSM, por sus siglas en inglés) fue publicado por primera vez en 1952 y con base en las nuevas investigaciones médicas, tecnológicas y farmacológicas se ha ido actualizando en el  DSM 2 en 1968, el DSM 3 en 1980, el DSM 4 en 1995 y su última edición fue el DSM 5 en 2013, la cual ha tenido varias revisiones y adiciones, pero no se ha cambiado de forma sustancial. 

En el DSM 5, se reconocen siete categorías entre los Trastornos del Neurodesarrollo (TND): Trastornos del Desarrollo Intelectual, Trastornos de la Comunicación, Trastorno del Espectro Autista (TEA), Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), Trastornos del Desarrollo Motor, Trastornos Específicos del Aprendizaje (TAP) y Otros Trastornos del Neurodesarrollo.

TRASTORNOS DEL DESARROLLO INTELECTUAL. En esta categoría se incluye la Discapacidad Intelectual (DI) -con una escala de gravedad que incluye leve, moderada, grave y profunda-, el Retraso Global del Desarrollo (RDSM) o Retraso Psicomotor (RPM) y la Discapacidad Intelectual no especificada.

¿Cuáles son sus características? Inicia durante el periodo de desarrollo, implica limitaciones del funcionamiento intelectual y el comportamiento adaptativo (relacionado con el comportamiento conceptual, social y práctico). 

Las limitaciones en las funciones intelectuales incluyen el razonamiento, la resolución de problemas, la planificación, el pensamiento abstracto, el juicio, el aprendizaje a partir de la experiencia y a nivel académico y son diagnosticadas a partir de la evaluación clínica y pruebas de inteligencia. 

¿Qué implicaciones tiene? Con base en la escala de gravedad señalada en el DSM 5, las deficiencias del comportamiento adaptativo “producen fracaso del cumplimiento de los estándares de desarrollo y socioculturales para la autonomía personal y sin apoyo continuo, limitan el funcionamiento en una o más actividades de la vida cotidiana, como la comunicación, la participación social y la vida independiente en múltiples entornos tales como el hogar, la escuela, el trabajo y la comunidad”.

TRASTORNOS DE LA COMUNICACIÓN. En esta categoría se incluyen el Trastorno del Lenguaje (TL), Trastorno fonológico, Trastorno de la fluidez (tartamudeo) de inicio en la infancia, Trastorno de la Comunicación Social (TCS) y el Trastorno de la comunicación no especificado.

¿Cuáles son sus características? Son diversas en cada categoría, pero a grandes rasgos:

  • Trastorno del Lenguaje (TL). De acuerdo con el DSM 5, incluye dificultades persistentes en la adquisición y uso del lenguaje en todas sus modalidades (hablar, escribir, el lenguaje de signos, entre otros). Asimismo, presentan deficiencias en la comprensión o producción que van de el manejo de un vocabulario reducido (conocimiento y uso de palabras), estructura gramatical limitada y deterioro del discurso, que se refiere a la capacidad para usar las palabras y conectar frases para describir un tema). 
  • Trastorno fonológico. Implica una dificultad persistente en la producción fonológica que interfiere con la inteligibilidad del habla o impide la comunicación verbal, lo cual limita la comunicación eficaz de las personas con esta condición e interfiere en su participación social y su desempeño académico y laboral. 
  • Trastorno de la fluidez (tartamudeo). Algunas de sus características son la repetición de sílabas, la prolongación de sonido de consonantes y de vocales, palabras fragmentadas, bloqueo audible o silencioso, Circunloquios -que se refiere a sustituir palabras para evitar las que les resultan problemáticas- y repetición de palabras completas monosílabas -por ejemplo, “tu tu tu tu no me dijiste”-. 
  • Trastorno de la Comunicación Social (TCS). Envuelve dificultades persistentes en el uso social de la comunicación verbal y no verbal; por ejemplo, no saludar o compartir información de forma apropiada para el contexto social, un deterioro en la capacidad para cambiar la comunicación de forma que se adapte al contexto y a las necesidades del oyente, problemas para seguir las normas de conversación y narración, así como para comprender lo que no se dice explícitamente o que no tiene significados literales. 
  • Trastorno de la comunicación no especificado. Se presenta cuando los síntomas no cumplen todos los criterios de los anteriores trastornos de la comunicación o no hay suficiente información para hacer un diagnóstico más específico. 

¿Qué implicaciones tienen? Dado que las personas con esta condición no pueden comunicarse como la mayoría, influye en su autoestima y limita su capacidad para desenvolverse en entornos sociales, incluído el ámbito escolar y laboral. 

TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA (TEA). Cabe mencionar que en el DSM 4 el TEA no formaba parte de los Trastornos del Neurodesarrollo, sino que se conocía como Trastornos Generalizados del Desarrollo, entre los que se ubicaban el Trastorno Autista, el Trastorno de Asperger, el Trastorno de Rett, el Trastorno desintegrativo infantil y el Trastorno generalizado del desarrollo no especificado; sin embargo, en el DSM 5 se retiraron esas categorías y se unieron en un “espectro”.

Por lo tanto, clasificaciones como Asperger o Rett ya no son válidas y la nueva caracterización es más amplia y en consecuencia, el abanico de síntomas es mayor y muy diferente de una persona a otra. 

¿Cuáles son sus características? El DSM 5 menciona deficiencias persistentes en la comunicación social y en la interacción social en diversos contextos, actualmente o por los antecedentes: 1. Deficiencias en la reciprocidad socioemocional, 2. Deficiencias en las conductas comunicativas no verbales y 3. Deficiencias en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de las relaciones. 

También implica patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades, que se manifiestan a partir de los 2 años: 1. Movimientos, utilización de objetos o palabras repetitivas. 2. Insistencia en la monotonía, excesiva inflexibilidad de rutinas o patrones ritualizados de comportamiento verbal o no verbal. 3. Intereses muy restringidos y fijos que son “poco comunes” en cuanto a su intensidad o foco de interés y 4. Hiper o hiporeactividad a los estímulos sensoriales o interés inhabitual por aspectos sensoriales del entorno.

¿Cómo impacta el TEA en la vida de las personas con este diagnóstico? Dado que hablamos de un espectro muy amplío de variables, no conlleva las mismas dificultades para todas y todos, pero en general, el que no puedan comunicarse como la mayoría de las personas limita su capacidad para relacionarse con las y los demás; por ejemplo, en muchos casos no pueden hacer contacto visual, tienen una pobre comprensión de los gestos y la comunicación no verbal, lo cual hace que sus interlocutores se sientan incómodos o se ofendan por la falta de comprensión de sus expresiones faciales.

Aunque el TEA no impacta en la inteligencia de una persona (como sí ocurre en el caso de la discapacidad intelectual), las limitaciones en su integración social o su ausencia de interés en otras personas, puede complicar su integración e incluso causarles un deterioro importante en aspectos académicos y laborales.

TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD (TDAH). “Es una condición que implica dificultades en la atención focalizada; por lo cual, aprenden de una manera muy distinta, el lenguaje les cuesta un poquito más, hablan mucho, a veces muy rápido o se les olvidan palabras, de alguna manera tienen ciertos descuidos a causa de esto, les cuesta mucho escuchar a los demás, son muy inquietas o inquietos, sobre todo los que se presentan con hiperactividad, porque hay una distinción entre TDAH con y sin hiperactividad”, dice la Dra. Ximena González, coordinadora de la Especialidad en Educación Socioemocional de la Universidad Iberoamericana.

¿Cuáles son sus características? A nivel general, implica un patrón persistente de inatención o hiperactividad-impulsividad que puede interferir en el aprendizaje y generar dificultades sociales. Existen tres clasificaciones de TDAH: Con hiperactividad, con inatención o combinado. 

Síntomas de inatención en el TDAH. Falta de concentración, no presta atención a los detalles, tiene dificultades para mantener la atención, parece no escuchar, tiene complicaciones para seguir las instrucciones hasta el final, se le complica la organización, evita o le disgustan las tareas que implican un esfuerzo mental sostenido, pierde las cosas, se distrae con facilidad, es olvidadiza u olvidadizo. 

Síntomas de hiperactividad e impulsividad en el TDAH. Mueve o retuerce nerviosamente las manos o los pies o no se puede quedar quieto o quieta, tiene dificultad para permanecer sentado, corre o trepa de forma excesiva, dificultad para realizar actividades tranquilamente, tiene mucha energía y actúa como si tuviera un motor, habla en exceso, responde antes de que se haya terminado de formular las preguntas, se le complica esperar turnos, interrumpe o importuna a los demás. 

¿Cuáles son las implicaciones del TDAH? Igual que en el caso del TEA, existen muchas variables y no representa los mismos retos para todas y todos, tampoco impacta en los niveles de inteligencia (como sí ocurre en la Discapacidad Intelectual), pero sus dificultades para mantener la atención focalizada les pueden generar problemas de aprendizaje y la hiperactividad-impulsividad, en muchas ocasiones, complica sus interacciones sociales.  

De acuerdo con el Dr. Russell A. Barkley, uno de los investigadores de TDAH más reconocidos en el mundo, las personas con esta condición tienen una esperanza de vida entre 11 y 13 años menor que el resto de la población, lo cual se explica porque la inatención, impulsividad e hiperactividad pueden llevarlas a realizar conductas que ponen en riesgo su integridad física, también son más propensas a tener adicciones y en la mayoría de los casos, este trastorno tiene comorbilidades como la depresión y la ansiedad.

TRASTORNOS DEL DESARROLLO MOTOR. En esta categoría, se encuentran el Trastorno del Desarrollo de la Coordinación, el Trastorno de Movimientos Estereotipados y los Trastornos de Tics, entre los que se incluyen el Trastorno de Tourette, el Trastorno de Tics motores o vocales persistente, el Trastorno de tics transitorio, otro Trastorno de tics especificado y el Trastorno de tics no especificado

¿Cuáles son sus características? Estas varían en cada tipo:

  • Trastorno del Desarrollo de la Coordinación. Implica que la adquisición y ejecución de habilidades motoras coordinadas está muy por debajo de lo esperado para la edad de la persona, presentan lentitud e imprecisión en la realización de actividades motoras, como tomar un objeto, utilizar los cubiertos o escribir. Esta condición interfiere en el desempeño escolar, en la vida cotidiana e incluso en sus actividades de ocio y juego. Los síntomas no están relacionados con discapacidad intelectual, deterioro visual o afectaciones neurológicas que alteren el movimiento. 
  • Trastorno de movimientos estereotipados. Se relaciona con un comportamiento motor repetitivo y aparentemente sin objetivo, como sacudir las manos, mecer el cuerpo o morderse; asimismo, puede afectar sus interacciones sociales y dar lugar a autolesiones y sus conductas no son atribuibles a otra afección neurológica o a otro desorden mental. 
  • Trastornos de Tics. Son variables, pero en el caso del Trastorno de Tourette, implican tics motores múltiples y uno o más tics vocales, presentes en algún momento de la condición, aunque no necesariamente de forma recurrente; en tanto, en el caso de los Trastornos de tics motores o vocales persistentes, éstos son crónicos. En los Trastornos de tics transitorios se presentan tanto motores como vocales únicos o múltiples y están presentes durante al menos un año desde la aparición del primer tic, en el caso de “otro Trastorno de tics especificado”, aplica en situaciones en las que los síntomas no cumplen por completo los criterios de los Trastornos de tics antes mencionados , mientras que los “Trastornos de tics no especificados”, se refieren a casos en los que no hay suficiente información para hacer un diagnóstico concreto. 

¿Cuáles son las implicaciones de los Trastornos del Desarrollo Motor? Es diferente de acuerdo a cada categorización, pero en general, afecta la calidad de vida de las personas con esta condición, quienes tienen dificultades para realizar actividades cotidianas, lo cual puede impactar en su autoconfianza y su desempeño académico o laboral. 

TRASTORNOS ESPECÍFICOS DEL APRENDIZAJE (TAP). El DSM 5 presenta tres variantes de esta condición: Dificultad en la lectura (dislexia), dificultad en la expresión escrita (disgrafía) o dificultad matemática (discalculia), las cuales pueden ser leves, moderadas o graves.

¿Cuáles son sus características? Son visibles cuando la o el niño llegan a una edad en la que comienzan a ir al colegio y pueden presentar dificultades en el aprendizaje y la utilización de habilidades académicas como la lectura, la comprensión del significado de lo que se lee, la ortografía, la expresión escrita, el sentido numérico, entender datos y el cálculo o complicaciones en el razonamiento matemático. 

¿Qué implicaciones tiene? Aunque el TAP no compromete la inteligencia de una persona con esta condición, su cerebro procesa la información de una manera diferente a la de la mayoría de las personas y eso les genera dificultades de aprendizaje que, muchas veces, puede llevarlos a tener problemas de autoestima, afectar sus relaciones sociales y afectar su rendimiento académico. 

OTROS TRASTORNOS DEL NEURODESARROLLO. El DSM 5 señala esta categoría que se aplica a casos en los que predominan los síntomas de un TND que generar deterioro en lo social, laboral u otras áreas de la vida cotidiana, pero no cumplen completamente los criterios de los Trastornos del Neurodesarrollo mencionados en las descripciones anteriores. 

¿Quién puede diagnosticar un Trastorno del Neurodesarrollo?

Aunque los síntomas de algunos TND se manifiestan sobre todo en edad escolar, como los Trastornos del Aprendizaje y el TDAH, otros son más visibles a edades tempranas, como los Trastornos del Desarrollo Motor o los Trastornos de Comunicación; por lo tanto, quienes detectan los síntomas en primer lugar son las mamás y los papás o las y los profesores, así como las y los psicólogos. 

Sin embargo, las y los únicos que pueden ofrecer un diagnóstico son médicas y médicos especializados en neurología o psiquiatría, así como psicólogas y psicólogos clínicos, quienes determinan cuál será el mejor tratamiento y si el caso amerita el uso de fármacos, pero, aunque ellas y ellos guían el proceso, los casos de TND tienen un abordaje multidisciplinario que muchas veces requiere a otras y otros profesionales como terapeutas y expertos en educación.

¿Por qué se requiere un tratamiento multidisciplinario?

Si bien las y los médicos ofrecen un tratamiento y son quienes determinan la mejor opción farmacológica en caso de que se requiera, muchas veces, las personas con un TND enfrentan retos que no se resuelven únicamente con medicamento.

Por ejemplo, en el caso del TDAH y el TEA hay un fármaco que mejora la concentración focalizada, pero esto por sí mismo no les ayuda a desarrollar estrategias para tener orden o mejorar su forma de relacionarse con otras personas, lo cual se aprende con especialistas en psicología, asimismo, dado que muchas personas con estas condiciones tienen problemas de aprendizaje, también podrían requerir la ayuda de una o un experto en educación

En casos de Trastornos de la Comunicación o Motores, además de una o un neurólogo o psiquiatra, las personas con estas condiciones también podrían requerir consultar a especialistas en lenguaje, en rehabilitación y psicólogas/psicólogos que les ayuden a superar los problemas de interacción social. 

De hecho, la terapia psicológica es altamente recomendada para personas con cualquier Trastorno del Neurodesarrollo porque muchas pueden desarrollar “comorbilidades”, principalmente ansiedad, depresión o TOCs. 

Los términos importan

La Dra. Ximena González, quien es académica del Departamento de Educación de nuestra IBERO, nos dice que si bien, las clasificaciones ayudan a las y los psiquiatras y neurólogos en el diagnóstico y tratamiento de las condiciones mentales, “los conceptos son importantes y desde el punto de vista pedagógico preferimos hablar de neurodivergencia o neurodiversidad en vez de trastornos”. 

Este punto de vista sobre la neurodivergencia o neurodiversidad busca la empatía con las personas que tienen una condición mental y que incluso desde el punto de vista médico han cargado un estigma; por ejemplo, aún en el DSM 4 (publicado en 1995) y en sus versiones anteriores, se utilizaba el término “Retraso Mental” para definir lo que en el DSM 5 se categoriza como “Trastorno del Desarrollo Intelectual”, el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad -igual que el TEA- tenía otra nomenclatura en el DSM 4 que era “Trastornos por Déficit de Atención y Comportamiento Perturbador”.

“Los conceptos importan y a mí me gusta la neurodivergencia porque saca del costal de lo enfermo, de lo patológico, de lo ‘trastornado’ a quienes en realidad, sólo tienen procesos diferentes para interactuar con el mundo y con la realidad”, menciona la Dra. González, quien es médica cirujana, maestra en Filosofía de la Ciencia, doctora en Filosofía de las Ciencias Cognitivas y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), Nivel I. 

¿Sabías qué eran los Trastornos del Neurodesarrollo y cuál era la importancia de la psicología en su tratamiento? Te recordamos que si estás pasando por un momento de salud mental difícil, en la Universidad Iberoamericana contamos con la Clínica de Bienestar Universitario (CBU), que ofrece atención psicológica a toda la comunidad y brinda talleres gratuitos para el alumnado y las y los colaboradores.  

En la IBERO tenemos un Departamento de Psicología que ofrece la licenciatura en Psicología, las maestrías en Desarrollo Humano y Orientación Psicológica y el doctorado en Investigación Psicológica.

Nuestro Departamento de Educación ofrece la licenciatura en Pedagogía, la especialidad en Educación Socioemocional, la maestría en Investigación y Desarrollo de la Educación, además del doctorado Interinstitucional en Educación

Por: Laura Herrera Camarillo.  Fotos: Unsplash.

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