Realizan en la IBERO clausura virtual del programa SUS-TER en México

Mié, 10 Nov 2021
Participaron autoridades académicas y diplomáticos en México en la ceremonia virtual organizada por la IBERO
  • Se implementó el ‘Curso de Dinamizadores/as Territoriales’, que forma parte del Proyecto SUS-TER.
  • Mtra. Sylvia Schmelkes, vicerrectora académica: “La Universidad Iberoamericana se siente muy honrada por haber podido participar activamente en este curso para dinamizadores y dinamizadoras territoriales”.
  • Dra. Guadalupe Valencia, coordinadora de Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
  • Gautier Mignot, embajador de la Unión Europea en México.
  • Luigi de Chiara, embajador de Italia en México.
  • Giovanni Belletti, de la Universidad de Florencia (UNIFI).
  • Silvia Scaramuzzi, UNIFI.

La Universidad Iberoamericana Ciudad de México organizó la ceremonia virtual de Clausura de SUS-TER en México: encuentro, balance y perspectivas, a través del cual se implementó el Curso de Dinamizadores/as Territoriales, que forma parte del Proyecto SUS-TER.

Esta capacitación buscó que las y los estudiantes desarrollen un perfil que sea capaz de potenciar formas locales de articulación entre los recursos, la sociedad y la economía local, aplicando un enfoque de desarrollo territorial basado en la sostenibilidad y la inclusión. Este objetivo fue logrado mediante la integración de conocimientos teóricos y prácticos, y, principalmente, mediante la construcción de una comunidad de aprendizaje.

Un eje fundamental del curso fue la realización de laboratorios territoriales que permitieron la construcción de espacios compartidos que, a partir de las experiencias locales, generaron un diálogo entre estudiantes, docentes, actores locales y maestras/os del territorio.

La Mtra. Sylvia Schmelkes del Valle, vicerrectora académica de la IBERO, dijo que este curso ha tenido muchos logros, los dos principales son: haber “amalgamado” la experiencia y conocimientos de más de 40 docentes para diseñar de manera interdisciplinaria un curso específico para la dinamización territorial incluyente; y haber concluido dos pilotos del curso, en los cuales participaron 84 alumnas y alumnos de Europa y América Latina, entre los cuales se incluyeron estudiantes de distintas maestrías, actores y productores locales.

Recordó que un eje fundamental del curso fue la realización de laboratorios territoriales, que permitieron la construcción de espacios compartidos que a partir de las experiencias locales generaron un diálogo entre estudiantes, docentes, actores locales y maestras/os del territorio.

También se institucionalizó el curso, que ya fue impartido en las universidades de Colombia -entre agosto y octubre-, y ya fue aprobado por la Dirección de Educación Continua de la IBERO, universidad jesuita de la Ciudad de México, “con lo cual es seguro que se imparta en México el año que viene”.

Al alumnado, maestros territoriales y docentes les auguró mucha suerte para los próximos pasos que den, los cuales parten de la base sólida de haber construido una red que comparte conocimientos, habilidades y competencias para una valorización territorial inclusiva y sostenible del patrimonio cultural, los productos de origen y la biodiversidad.

“La Universidad Iberoamericana se siente muy honrada por haber podido participar activamente en este curso para dinamizadores y dinamizadoras territoriales, que buscó que las y los estudiantes desarrollaran un perfil que fuera capaz de potenciar formas locales de articulación entre los recursos, la sociedad y la economía local, aplicando un enfoque de desarrollo territorial basado en la sostenibilidad y la inclusión. Este objetivo fue logrado mediante la integración de conocimientos teóricos y prácticos, y principalmente mediante la construcción de una comunidad de aprendizaje”.

Diálogo horizontal permite crear conocimiento nuevo

La Dra. Guadalupe Valencia, coordinadora de Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), añadió que la vinculación académica entre instancias educativas, organizaciones culturales y asociaciones civiles es de suma importancia, porque fortalece los lazos entre comunidades académicas y brinda la oportunidad de conocer los diferentes contextos en los que se desarrolla el conocimiento, para sacar un poco a éste de las aulas y paredes universitarias.

El Curso de Dinamizadores/as Territoriales planteó la combinación entre conocimiento teórico -avalado por la investigación académica- y saberes locales y prácticos sustentados en la experiencia y necesidades de los sujetos.

El conocimiento colectivo, aseguró, se logra con propuestas como la del curso, y realmente contribuye a fortalecer una comunidad, al unir saberes heterogéneos, todos ellos legítimos. “El diálogo horizontal, la conversación entre los distintos actores, permite no sólo crear conocimiento nuevo, sino también apuntalar el saber de los pueblos originarios, para alcanzar la meta de llegar a aprendizajes integrales y respetuosos”.

Por parecerle muy interesantes, Valencia resaltó tres ideas implícitas que se desprenden del curso: primera, el aula es la que sale al campo, y no al revés. Segunda, el concepto de laboratorio territorial implica la elaboración de mecanismos, dispositivos, narrativas y formas de interacción que siempre son innovadoras y que, al incluir el “saber milenario” de los habitantes de las regiones, si bien las variables se multiplican, los resultados también abarcarán las necesidades, aspiraciones, anhelos y proyectos de los pobladores.

Y tercera, la idea de visualizar el curso como una herramienta más para el desarrollo comunitario, enfocado en buscar el bienestar colectivo, en simbiosis con la biodiversidad de la que son parte.

El beneficio que se obtiene de todo esto podrá apuntar hacia una utilidad regional, pero sin olvidar que son estos sujetos, en su desarrollo individual y comunitario, los que impedirán que un beneficio económico vaya en detrimento de su patrimonio cultural y territorial”.

Proyecto esencial para la recuperación económica

Para Gautier Mignot, embajador de la Unión Europea en México, el Proyecto SUS-TER, con su enfoque territorial, sostenible e inclusivo, se desarrolló en un momento oportuno, aunque complicado por la pandemia.

Mas el objetivo del proyecto de desarrollar los conocimientos, habilidades y competencias necesarias para impulsar y gestionar procesos sostenibles e inclusivos de valorización territorial, del patrimonio cultural, los productos de origen y la biodiversidad en las áreas rurales, “es esencial para la recuperación económica y la transición hacia una sociedad resiliente al cambio climático y de bajas emisiones de carbono”.

Los objetivos del Proyecto SUS-TER, continuó, “se han alineado perfectamente con la visión de la Unión Europea sobre cómo superar la crisis económica y abordar el desafío del cambio climático. Y en ese sentido, queremos por supuesto trabajar con México y con su gobierno, sus instituciones, su sociedad civil, en muchos aspectos, y desarrollar planes concretos de cooperación de corto y mediano plazo”.

Luigi de Chiara, embajador de Italia en México, agregó que patrimonio cultural, productos de origen y biodiversidad son temas globales -y también de gran impacto en Italia- tratados en el Proyecto SUS-TER.

Consideró que México será un gran laboratorio para la sostenibilidad en el futuro, seguramente en áreas rurales, pero también en zonas urbanas, como la Ciudad de México, “que nos ofrece una paleta de problemáticas que antes o después todos vamos a enfrentar en el mundo”.

SUS-TER y el contexto internacional

Giovanni Belletti, de la Universidad de Florencia (UNIFI), explicó que la idea del Proyecto SUS-TER es que el patrimonio biocultural se pueda reconocer como herramienta para un desarrollo territorial, a través de la valorización de conocimientos y de competencias.

A través del análisis desde los ocho territorios de los cinco países que forman parte de SUS-TER se identifican los desafíos, las competencias y las capacidades que se necesitan para facilitar y acompañar los procesos territoriales de valorización de esos patrimonios. Y el dinamizador territorial es la figura capaz de acompañar a los actores locales en la activación de esos procesos de valorización territorial.

Silvia Scaramuzzi, también de la UNIFI, añadió que se quiere “que los pasos que hemos hecho hasta ahora puedan germinar”, para que en los siguientes meses pueden compartir sus avances y aprendizajes, implementar nuevas acciones en los países y entidades que ya son parte del proyecto, y ampliar el mismo a nuevas entidades.

La finalidad es tener más ofertas formativas que puedan ser adaptadas y diferenciadas sobre la base de las exigencias de los diferentes países, pero, sobre todo, de los diferentes territorios. “Queremos que este proyecto vaya mucho más allá de lo que era la intención inicial, es decir, que a través de este proyecto podamos también en el futuro acompañar nuevas iniciativas territoriales y, sobre todo, dar espacio de diálogo y fortalecimiento de la red y de la agenda temática”.

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PEDRO RENDÓN/ICM

 

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