La pandemia nos tomó a todos por sorpresa, por lo que tuvimos que tomarla por sorpresa también a ella. En mi caso, las clases magisteriales no me representaron mayor problema, excepto por detalles de índole técnica: no tenía ni idea de cómo se podían elaborar y aplicar exámenes en línea, cómo usar más eficazmente la plataforma Brightspace, cómo recibir, corregir y retroalimentar tareas…

Claro que también ha sido un reto el buscar alternativas didácticas para que las y los alumnos puedan seguir mejor las clases. Les noto con preocupación, con una cierta tendencia a hacer varias cosas al mismo tiempo para no aburrirse, pero a la vez con curiosidad e interés por adaptarse a esta nueva y retadora situación.

Yo he procurado hacer mis clases más enfocadas a los aspectos prácticos. Las deducciones matemáticas no son lo más fácil de enseñar, pues ni siquiera puedes ver las caras que hacen en señal de si están siguiendo o no la deducción. En cambio, el uso intenso de videos muy cortos (de no más de 5 minutos) me ha permitido lograr que mantengan la atención, pues los analizamos y comentamos críticamente. También he intensificado el comentar mis experiencias y anécdotas personales relacionadas con los temas de la clase, lo cual he observado que les viene bien…el contacto con lo real se ha tornado muy necesario.

Algo que definitivamente nos ha ayudado en mis clases fue el habernos tomado la primera clase para presentarnos, hablar un poco de nosotros(as), de nuestras situaciones concretas, preocupaciones y anhelos... el interés de unos por otros como personas ha sido clave para tener una relación más fluida a pesar de que sea a través de un dispositivo digital.

Aunque el curso que voy a relatar no implica oficialmente horas de laboratorio, pensé que el introducir experimentos caseros podría generar interés. ¡Y este interés rebasó mis expectativas! La Mtra. Sylvia Schmelkes, nuestra vicerrectora académica, nos ha exhortado a emplear el máximo de creatividad posible para salir avantes en la contingencia que vivimos.

Así las cosas, durante las vacaciones de julio decidí armar un kit para cada alumn@. Me propuse capitalizar las experiencias que tuvimos durante 30 años de actividad intensa del Centro Mexicano de Química Verde y Microescala, en el sentido de lograr experimentos didácticos y significativos con cantidades muy pequeñas de sustancias fácilmente asequibles, en tiempos muy cortos, con un mínimo de riesgo, evitando la generación de residuos peligrosos y con costos muy bajos.

De esta manera, contemplé una serie de experimentos sencillos y seguros. Hice una lista de los insumos necesarios; convencí a mi esposa de estar de acuerdo en dedicar una quincena completa de mi salario para hacer las compras necesarias y regalar un kit a cada alumn@ (¡pensé que esta parte iba a ser más difícil ☺!).

Localicé proveedores, negocié con ellos, y así incluí instrumentos de medición, fuentes de poder, materiales electrónicos, equipo esencial de seguridad, materiales para electrodos, vidriería, dispositivos para transferencia de líquidos y gases, y todo lo necesario para preparar una serie de soluciones clave en pequeños goteros, así como pequeñas cantidades de reactivos sólidos no tóxicos ni peligrosos. Compré cajas de plástico para meter todo allí.

Elaboré un reglamento de seguridad que me firmaron electrónicamente tod@s, con el compromiso de seguirlo. Finalmente, contraté a un chofer para que los entregara personalmente en la casa de cada un@ de ellos.

El curso va caminando. Ya iniciamos la parte práctica y el aprendizaje está siendo muy significativo. Espero que así continúe le resto del semestre.

Cierro mi contribución anexando abajo los comentarios que recibí de varios de l@s alumn@s:

• Primero que nada, te quiero dar las gracias por echarle tantas ganas a las clases y devolvernos algo que yo pensé que ya no iba a tener en mi carrera, que son los laboratorios y los experimentos.
• Buenos días Jorge, de verdad muchas gracias por esta primera clase, creo que hablo por todos cuando digo que estamos sumamente entusiasmados por tu clase, contagiados por tu propio entusiasmo. Muchas gracias por esa sorpresa del “kit de experimentos” todos lo apreciamos muchísimo.
• Te escribo para comentarte que estoy muy emocionado por poder empezar el curso, que se ve que será muy interesante, y para agradecerte la apertura a discutir sobre mis proyectos.
• ¡Muchas gracias por el detalle del kit, se ve que la materia va a estar muy interesante! 
• ¡¡Me emociona muchísimo este curso!! 
• Muchísimas gracias profesor, lo aprecio en mucho.
• ¡De verdad, muchísimas gracias por preparar esto para nosotros! Fue una gran sorpresa.
• Muchas gracias por este inesperado y lindo detalle, que sin duda es una motivación para seguir con este nuevo reto que es el aprendizaje en línea, y me emociona mucho.
• De verdad es un súper detalle el que haya preparado el kit para nosotros y tener una experiencia diferente, dentro de toda esta situación.
• De antemano, te agradezco por el equipo, y estoy seguro de que el enfoque práctico que tomaremos en el curso será de gran interés para todos. Estoy emocionado por esta materia.
• Te quería agradecer por tomarte el tiempo de hacerlo para nosotros, lo apreciamos mucho todos y sé que nos divertiremos mucho aprendiendo con los kits.

La presente reflexión fue publicada, en una versión editada y más corta, en el Numero 70 de la Revista Ibero, donde diez académicas y académicos de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México respondieron, para un sondeo, a la pregunta: ‘¿cuál ha sido su experiencia en esta pandemia del COVID-19, con el confinamiento que obligó al trabajo virtual?’.

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